sábado, 22 de noviembre de 2014
Patronato del Ática.
Nos encontramos ante una obra escultórica perteneciente al arte griego, llamada Patronato del Ática.
Podemos observar que es una escultura de bulto redondo. Observamos que es un grupo de estatuas, es decir están representadas de cuerpo entero. Nos encontramos que las estatuas tienen distintas posiciones, de izquierda a derecha, vemos que Iliso se encuentra en una posición yacente; KeKrops, Erecto y sus hijos Herse, Aglauro y Pandrosos en posición sedente; Iris, Hermes, Atenea, Poseidón y Anfitrite (esposa de Poseidón) se encuentran de pie y por último Oritia, hija de Erecto que tambíen adopta una posición sedente. La ropa con la que están vestidas estas estatuas es la técnica de paños mojados que deja ver con claridad cada rasgo corporal de las figuras.
Esta escultura está diseñada para ser contemplada de manera frontal y desempeña una función decorativa, ya que fueron diseñadas para decorar el frontón de las columnas. La luz que reciben estas estatuas es luz natural ya que el templo estaba en el exterior.
La composición de la escultura es un aspa, por lo que presenta agitación. Observamos que está representada una especie de lucha entre dioses. La posición de los cuerpos de las estatuas presentan naturalidad.
El tema presentado en este frontón occidental del Partenón, fue el célebre certamen que se convocó en el Olimpo para elegir al Patrono del Ática. Como finalistas del concurso quedaron Poseidón y Atenea. El dios del mar lanzó el tridente e hizo brotar un manantial de agua en la Acrópolis. Atenea disparó la jabalina y, al caer en la tierra, germinó un olivo que, junto con el trigo y la vid, se convirtió en producto esencial de la dieta mediterránea. Los dioses y los héroes locales que asisten como jurados no dudaron en votar a esta última como triunfadora.
Podemos hacer referencia al otro frontón, el Nacimiento de Atenea en la que la joven Niké está coronando a la radiante diosa, mientras Hermes y Hefaisto, que han asistido al parto en calidad de cirujanos, corren despavoridos ante el extraño alumbramiento. Estas imágenes, que componían el núcleo central del frontón, se han perdido, pero conocemos la escena por descripciones literarias.
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