Nos encontramos ante una obra arquitectónica, perteneciente al arte romano, concretamente con el Arco de Tito, situado en Roma.
Es
el arco más antiguo de todos los que se conservan en Roma. Forma un
bello ejemplo de proporción, nobleza arquitectónica y ornamentación
sobria. Está realizado con mármol pentélico y sus medidas son de 2,40 x 3,80 metros.
Se encuentra situado todavía hoy en el punto más alto de
Vía Sacra, en el Foro Romano y se atribuye a Tito por la dedicatoria
de la parte este del ático. Se debió erigir en honor de Tito, a
poco de su muerte en el año 81.
Respecto
a su arquitectura, se trata de una estructura sencilla de un único
arco flanqueado por dos grandes pilares, con bóveda de cañón
artesonado en el interior. Una línea de imposta separa el zócalo
del cuerpo principal, en el que destacan cuatro semicolumnas con
capiteles compuestos, situadas en los ángulos de los pilares. Estas
columnas decorativas simulan sostener el entablamento (arquitrabe,
friso con relieves y cornisa ornamentada). En la línea del gusto
romano una construcción abovedada utiliza el sistema adintelado
griego como decoración. Remata el arco un ático con una monumental
inscripción con el nombre del emperador y de sus predecesores.
Respecto
a sus relieves, el valor del arco de Tito reside en su decoración
escultórica, sobria en el exterior (friso y enjutas del arco) y
desbordante bajo la bóveda, donde altorrelieves de gran formato
presentan la entrada triunfal de Vespasiano y Tito, el año 70 d.C.,
en la arrasada Jerusalén y el desfile de los trofeos arrancados a
los judíos. Los dos grandes paneles representan dos episodios del
triunfo en Judea e imponen un nuevo concepto escultórico diferente a
lo hecho hasta entonces.
El
panel del lado sur muestra el inicio de la ceremonia, es decir, la
procesión cruzando la puerta de la victoria, que está representada
en el lado derecho, mientras que los sirvientes traen el botín desde
el templo de Jerusalén (las trompetas de plata y los candelabros de
siete brazos), y los paneles provistos de asas en los que
probablemente se fijaron las inscripciones que explicaban lo que eran
los objetos y los nombres de las ciudades.
Por
otra parte, el panel del lado norte representa el episodio central de
la celebración del triunfo, es decir, el emperador Tito que,
acompañado de una diosa de la Victoria que le corona, avanza sobre
una cuadriga precedida por lictores y dirigida por la diosa Roma,
seguido de las figuras alegóricas del pueblo y del senado romano,
representados, respectivamente, por un hombre joven con el torso
desnudo y un hombre viejo vestido con toga.
Cuando
el arco fue levantado, Tito había muerto. En lo más alto del
intradós (interior) del arco un relieve lo muestra en su transporte
al cielo a lomos del águila de la consecratio. Esta circunstancia
aconsejó sin duda no representarlo en compañía de los vivos, sino
de figuras alegóricas, aunque el hecho que se conmemoraba fuese
histórico. Nacía así como nuevo género el relieve
histórico-alegórico.
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