Las pinturas fueron hechas hace
unos 15.000 años, y representan a bisontes, caballos, ciervas, toros, signos y
máscaras zoomorfas. Las pinturas están realizadas con pinturas ocres de origen
natural, de color rojo sangre y contornos en negro. En ocasiones, el artista
utilizó los salientes de las paredes para dar a las figuras sensación de
relieve. En conjunto, se trata de 70 grabados realizados en la roca y cerca de
100 figuras pintadas, en las que merece la pena atender al gran realismo de las
imágenes y al excelente uso de la policromía. En el vestíbulo existía un
yacimiento excavado de antiguo, en el que se encontraron niveles solutrenses y
magdalenienses con interesantes piezas de arte mueble. En definitiva, se puede
afirmar que las pinturas de Altamira son el más importante logro de la
Humanidad en el periodo paleolítico. Es de lamentar que las visitas
incontroladas y las obras de protección que el yacimiento ha sufrido a lo largo
de este siglo hayan deteriorado casi irreparablemente las pinturas, hasta el
extremo de que ni siquiera el cierre de la cueva garantice, sin un estudio en
profundidad que todavía no se ha hecho, la conservación del más valioso de los
elementos del Patrimonio Arqueológico peninsular.
jueves, 20 de septiembre de 2012
Taula de Torralba d' en Salort
Autor: Anónimo
Fecha: Siglo VIII a.C.
Características: Santuario ceremonial
Dirección: -
Lugar: Menorca
Fecha: Siglo VIII a.C.
Características: Santuario ceremonial
Dirección: -
Lugar: Menorca
La Taula es, por excelencia, el monumento
ceremonial más emblemático de Menorca.
Construida en la época
talayótica, se trata de un santuario cuyo recinto tiene forma de herradura,
parecido a los de Mallorca pero que, a diferencia de estos, tiene un gran
monumento central que se asemeja a una mesa, lo que le da el nombre (taula es
"mesa" en catalán).
La taula de Torralba d'en Salort
(Menorca) sobrepasa los cinco metros de altura, mientras que otras no alcanzan
la mitad de esa dimensión. Las taulas son construcciones relativamente
sencillas, que constan de una piedra soporte, clavada verticalmente sobre el
suelo, sobre la que se coloca otra horizontal, a modo de capitel, con amplio
vuelo. En torno a la taula se levanta un recinto cuya fachada principal es
recta o ligeramente cóncava, mientras que el resto de la estructura tiende a la
forma absidal. La taula se alza en el interior del recinto, frente a la puerta
de acceso abierta en el centro aproximado de la fachada principal. El paramento
interno del muro que delimita el recinto alterna lienzos de mampostería con
grandes lajas y pilastras dispuestas sobre basas de piedra. Es frecuente que
entre cada dos de esas pilastras el lienzo de la pared tienda a una disposición
ligeramente curva, formando una especie de recinto que en su nivel inferior
presenta en ocasiones bancos corridos. A veces, en las paredes se abren nichos
cuidadosamente dispuestos. La orientación de la mayoría de estos monumentos oscila entre Sur-Sudeste y
Sur-Sudoeste. Tanto el tamaño de las taulas como el de los recintos que las
acogen son muy variables.
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