martes, 3 de noviembre de 2015

Gálata Moribundo

Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte griego, concretamente con el Gálata Moribundo, una copia romana en mármol de un original helenístico en bronce.


El Gálata Moribundo forma parte de un conjunto más numeroso de esculturas pertenecientes al monumento conmemorativo de la victoria del rey Atalo I de Pérgamo sobre los galos en el año 225 a.C.
Mide 59 centímetros y no se sabe a ciencia cierta la fecha en que fue realizada esta escultura, se estima que se tallaría entre los años 240 y 200 a.C.

La escultura muestra a un hombre de cuerpo entero desnudo recostado y apoyado sobre su brazo derecho flexionado mientras el izquierdo lo apoya en su pierna derecha y baja la cabeza. El hombre representado es joven aunque no en exceso y presenta un cuerpo musculado, característico de un guerrero, aunque representado de una manera realista, sin idealización ni exageración en las formas. Mantiene la cabeza agachada y de una herida en su costado derecho mana sangre origen del debilitamiento que muestra. Sobre el suelo la espada nos informa del carácter guerrero del hombre representado mientras que sus rasgos faciales, así como el pelo encrespado y el bigote delatan su origen galo. 

La obra transmite el momento previo a la muerte de un guerrero  herido durante la batalla. Todo en la obra transmite a la vez la sensación de derrota, inmediatez de la muerte y resignación del protagonista ante el fatal e inminente desenlace. La figura queda inscrita en un triángulo escaleno de manera que todo el peso visual de la escultura recae sobre el lado derecho de la misma que se apoya sobre el brazo flexionado que parece a punto de caer ante el peso del cuerpo. 
El hecho de apoyar el brazo izquierdo sobre la pierna derecha permite la torsión del tronco dotando a la escultura de un movimiento que da la sensación dramática de vencimiento físico y espiritual. Igualmente, el arma en el suelo, la espalda encorvada, los hombros caídos, la cabeza agachada con la mirada en el suelo transmiten la resignación del guerrero que conoce su final si bien, apoyado en su brazo, hace un último esfuerzo por no abandonar que deja en evidencia la dignidad ante la derrota.  

Las esculturas helenísticas destacan por el dramatismo y las posturas teatrales, así como por reflejar un instante concreto, en este caso el previo a la muerte. No hay que olvidar el carácter propagandístico de la obra, realizada no por el vencido sino por el vencedor, de manera que la demostración del honor y valor del enemigo añade mérito a la victoria del rey Atalo I.

Este gálata no sería la escultura principal del conjunto. Representaría a uno de los caudillos que acompañaban a su jefe en el momento de la derrota. Ese jefe es el representado en la obra el Gálata Ludovisi, que aparece clavándose a sí mismo un cuchillo en el pecho, aunque al mismo tiempo parece retar con la mirada a su enemigo. Es decir, se pretendía mostrar toda la ferocidad y valentía de los gálatas, para así dar mucho más valor a la victoria que Atalo I le inflingió.

Por último, esta obra se encuentra actualmente en el Museo Capitolino, en Roma.

Gálata Ludovisi

Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte griego, concretamente con el Gálata Ludovisi, una copia romana en mármol de un original en bronce.


El Gálata Ludovisi fue encargado por el rey Átalo I para conmemorar la victoria sobre los celtas (gálatas). Mide 2,11 metros de altura y es la pieza central de un grupo escultórico. El escultor pudo ser Epígonas y está fechada en torno al año 225 a.C.

Es una escultura helenística que representa a un gálata que acaba de matar a su esposa para librarla de la esclavitud y, mientras sujeta el cadáver, gira la cabeza hacia su enemigo en actitud desafiante, al tiempo que se suicida, hundiéndose la espada en el pecho.

Esta obra pertenece a la escuela de Pérgamo y es sumamente interesante por los inmensos contrastes que presenta: hombre y mujer, desnudez ascendente y vestido descendente, vivo y muerta, rostro expresivo y rostro inexpresivo, la fuerza hacia arriba que está haciendo el hombre para levantar a la mujer y el peso hacia abajo del cadáver...
También nos asombra la gran variedad de puntos de vista que crea y que obligan al espectador a moverse en torno a ella, ya que se trata de una obra exenta.
Su estructura es piramidal, con la espada como eje central y dos diagonales cruzadas que forman los brazos respectivos de la pareja. Su composición es cerrada, pues están enlazados y tocándose, sin dejar ningún espacio abierto.

La escena desprende mucho dramatismo y mucha teatralidad. Detalles como la sangre que ya empieza a brotar de la herida causada por la espada, ofrece mayor realismo a la escultura. O el gesto de desafío del hombre, al girar la cabeza hacia atrás, mirando con valentía al enemigo. El hecho de que los griegos representaran al enemigo como seres llenos de coraje y heroicidad era para ensalzarse a ellos mismos por haber derrotado a contrincantes de tan alto nivel.

Por último, esta obra se encuentra actualmente en el Museo de las Termas, en Roma.

Bronces de Riace

Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte griego, concretamente con los Bronces de Riace, también conocidos como los Guerreros de Riace.



Estos bronces fueron descubiertos el 16 de agosto de 1972, hundidos en el mar Jónico, frente a la costa de Riace y rescatados cinco días después. Han sido atribuidos al broncista Pitágoras de Reggio, natural de Samos, que emigró al sur de Italia huyendo de la amenaza de los persas. Este escultor fue el primero que representó con gran precisión las venas, los tendones y los cabellos de las esculturas.   
Su datación exacta no se conoce a ciencia a cierta, pero parece probable que las obras pertenezcan a un periodo entre el 480 y 450 a.C.

Los guerreros de Riace representan dos figuras de guerreros masculinos prácticamente desnudos, por su postura y por la declaración del submarinista que encontró las piezas, sabemos que ambos portaban lanzas y un escudo pero nunca se ha expuesto en público. Pese a que los dos guerreros son muy parecidos uno de ellos es más joven que el otro, su pelo aparece recogido y su mirada trasmite valentía, mientras su compañero parece más experimentado, quizás cansado de la batalla. Cada uno de los guerreros se conoce con el nombre de Guerrero A, el más joven de los dos, y Guerrero B, el más mayor.

Podemos observar en los bronces como los brazos se separan del cuerpo e incluso se aprecia un ligero contraposto. Del rostro ha desaparecido la típica sonrisa arcaica que adornaba los rostros clasicistas y la simetría de las formas ha dado paso a un mayor naturalismo y realismo en la anatomía de los personajes. Además, se ha dado paso a un ligero movimiento que invita al espectador a rodear la obra para conocer la multiplicidad de sus puntos de vista, ya que se trata de una escultura exenta.

El bronce es el material predominante en ambas obras, sin embargo también se utilizó el marfil en las cuencas de los ojos, la plata para las pestañas y los ojos del bronce A y el cobre para los labios y los pezones.

En la actualidad las obras son símbolo de la ciudad Reggio Calabria y se conservan en el Museo Nacional de Reggio de Calabria. Hoy se han convertido en una de las esculturas clásicas más valoradas debido a su originalidad, no debemos olvidar que son muy pocas las esculturas griegas que conservamos a día de hoy, la mayoría de ellas son copias romanas realizadas en mármol.

Según los estudios más recientes, el bronce A ('El Joven') podría representar a Tideo, un feroz héroe procedente del Etolia, hijo del dios Ares. El bronce B ('El Viejo') podría representar a Anfiararo, un profeta guerrero.
Las estatuas fueron realizadas probablemente en Atenas y luego embarcadas para ser llevadas a Roma; pero el barco que las transportaba hundió y el valiosos cargamento cayó en el mar.

Ménade Furiosa de Escopas.


Nos encontramos frente a una escultura griega, concretamente, la Ménade Furiosa hecha por Escopas. Se trata de una escultura exenta de bulto redondo. Se dice que pudo haber sido hecha por el 340 a.C. En la actualidad no se conserva la obra verdadera que fue hecha en bronce, sino que obtenemos una copia en mármol, que está en Dresde, Alemania. Esta obra en sus principios era polícroma.

Ménade  representa a una de las ninfas que acompañaba o rendía culto al dios griego Diónisos, que para algunos autores, posteriormente serán conocidas como “bacantes”.

Escopas es un escultor que se muestra preocupado por la representación de los estados del alma relacionados con la pasión, la violencia, el sufrimiento y el patetismo, tratando de representar el interior atormentado del personaje. Ello se traduce en cuerpos forcejeantes y, a veces, contorsionados, con los que muestra las interioridades del personaje, acompañado de las bocas entreabiertas, y los ojos hundidos. Había nacido en la isla de Paros, una de las denominadas “islas del mármol”, por lo que su material favorito será precisamente el mármol.

En esta escultura aparece retratada en plena orgía, con un cabrito muerto sobre los hombros. En esta obra, Escopas muestra el pathos  escopásico,por el cual el artista consigue complementar el dinamismo del cuerpo, para ello la boca la representa abierta, anhelante, y los ojos profundos.Escopas muestra predisposición por los irracionales y embriagados interrogantes del cortejo dionisiaco.

Es una figura femenina semidesnuda, de pie y cuerpo entero. La torsión del cuerpo, la profundidad de los pliegues y las ondas del cabello contrastan con una piel lisa y pulida. La ruptura de los ejes armónicos de la composición, la figura se concibe para ser vista de lado. Respecto a la estructura compositiva es abierta, la curva que marca el cuerpo, aumenta el intenso movimiento que agita la figura trasmitiendo un mayor grado de sensualidad. Un baile enloquecido por el vino, un cuerpo contorsionado, delirante, irracional. Este movimiento se acentúa más gracias al trabajo profundo de los pliegues que crean violentos contrastes de luz y sombra, de un efectismo en general muy impresionista. Respecto a la anatomía destaca por un perfecto estudio anatómico.

La obra simboliza la temática dionisíaca, representa los estados del alma relacionados con la pasión, el interior atormentado del hombre.

El Doríforo de Policleto (440 a.C.)



Nos encontramos frente a una escultura griega, individual y exenta, de bulto redondo, concretamente, el Doríforo (portador de lanza) de Pericles, el cual sabemos que fue hecho en el 440 a.C.  En sus principios fue de bronce, hoy día tenemos una copia en mármol. Al principio de su creación era polícroma. En la actualidad se encuentra en el Museo Arqueológico de Nápoles.


El Doríforo representa una figura masculina, joven, desnuda, de pie. Su tamaño es superior al natural 2,12 m., aunque quiere destacar el parecido con la realidad, abandonando el colosalismo que aparecía en las esculturas del período arcaico. La figura está en actitud de marcha, la cabeza aparece ladeada hacia la derecha y el rostro dotado de serenidad, con mirada lejana y distante. Representa un joven atleta desnudo, aunque  lo más probable es que se trate de una dedicación victoriosa. Desconocemos su finalidad. Aunque esta obra esté considerada como clásica tiene algunos rasgos de arcaísmo ya que, se trata de una escultura tallada con cierta rudeza.


 El Doríforo fue encontrado en el s. XVI en la villa Aldobrandini de Frascati, el original pudo venir a Roma como botín de guerra. El restaurador tuvo mucho trabajo, le faltaba el antebrazo izquierdo, el brazo derecho, pedazos en ambos muslos, dedos del pie derecho, etc. Gracias a un camafeo en el que aparecía su reproducción se comprobó que la restauración estaba bien hecha.


En esta obra se reproduce la realidad idealizada, el  más claro ejemplo lo vemos en la forma de los testículos del personaje, pues uno está más descolgado que otro. Pero no solo nos encontramos con esto, sino que esta escultura se basa en la armonía de las proporciones, en el principio de la diartrosis y la postura de contraposto. El Doríforo dota a la escultura de tridimensionalidad.


En el momento que se esculpió esta escultura, siglo V, la armonía de las proporciones fue de siete cabezas, es decir, el cuerpo debía estar proporcionado con el tamaño de la propia cabeza siete veces.


El principio de la diartrosis lo vemos en la desnudez del cuerpo, que permite ver con claridad la línea inglinal, la línea pectoral y la línea abdominal.



Por último, la postura de contraposto, la vemos en el posición de las caderas del Doríforo, este tiene el peso apoyado sobre una cadera y la otra la tiene relajada a la vez que refleja movimiento con la doblez de su rodilla. También, podemos percibir movimiento con la posición de su cabeza y la de su brazo.

El friso de las Panateneas

Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte griego, concretamente con el friso de las Panateneas del  templo griego más importante, el Partenón, situado en Atenas, Grecia.



Este friso fue esculpido en los años 442-438 bajo la dirección de Fidias, ya que decidió encapsular un friso jónico para narrar el ceremonial que seguían los atenienses durante las grandes fiestas estivales de la Panateneas. Todos los años, el 28 de julio, la ciudad subía en procesión a la Acrópolis para celebrar la hecatombe de ganado que se ofrecía a Atenea, distribuyéndose luego la carne entre los atenienses, que la consumían en un alegre banquete. Estas Panateneas Menores se intercalaban con las Mayores, que tenían lugar una vez cada cuatro años. Entonces, las doncellas entregaban a los sacerdotes una prenda que habían tejido para que revistiesen a la diosa. Ambas conmemoraciones aparecen reflejadas en el friso. Jinetes, carros, músicos y los victimarios con los animales de las ofrendas. 

El friso de las Panateneas consiste en un bajorrelieve realizado en mármol pentélico y es la mejor parte conservada de la decoración escultórica del Partenón. Se encuentra sobre la pronaos hexástila a modo de friso jónico y recorre la parte superior del lado externo del muro que delimita la naos del templo.  
El friso oeste se encuentra aún en su ubicación original en el Partenón, mientras que los otros tres lados están repartidos en diferentes museos: en el Museo de la Acrópolis de Atenas, en el Museo Británico de Londres y en el Museo del Louvre de París.
De los 160 metros, se han perdido 32 metros. Esta parte la conocemos gracias a los dibujos hizo el artista francés Jacques Carrey en 1674 y que se conservan en la Biblioteca Nacional de París. Estos dibujos fueron realizados trece años antes del bombardeo veneciano que provocó la desaparición de parte del friso. 

Sin duda, el friso fue realizado por diferentes escultores. La variación en las crines de los caballos ha sido objeto de estudio por parte de diferentes expertos para intentar distinguir las diferentes personalidades artísticas de los escultores que trabajaron en el friso. Fue policromado pero no se conserva color alguno. El fondo seguramente fue azul como el fondo de las estelas funerarias. Es posible que las figuras se completaran con diferentes objetos. Los agujeros que se han encontrado en las cabezas de Apolo y Hera nos indican que estos dioses podían portar coronas de bronce dorado.

El friso del Partenón representa la cumbre de la escultura clásica del siglo V. Una innovación importante del estilo es el uso de los drapeados como una expresión de movimiento o para sugerir la anatomía humana de la figura. Otra de las características más destacadas es el tratamiento del relieve, realizado intencionadamente aplanado para poder disponer diferentes figuras en un relieve de tan sólo  5,6 cm en los lugares de máxima profundidad.