domingo, 22 de noviembre de 2015

PLANTA Y DISTRIBUCIÓN DE LOS FOROS IMPERIALES ROMANOS


El foro es una plaza rectangular abierta en el corazón del tejido urbano, donde se manifiesta el poder político, comercial y religioso. Los edificios que representaban estas tendencias eran la curia, la basílica y el templo. A la entrada y en el centro de este privilegiado espacio social latía el protagonismo glorioso de sus habitantes. La estatua del emperador presidia el lugar y en los soportales se establecían tiendas. 

El centro de la vida urbana en Roma fue el foro romano, en el que se agolpaban las construcciones sin un orden regular. Edificios, monumentos conmemorativos y estatuas llegaron a ser tan numerosos que la Vía Triunfal que atravesaba el foro sólo medía cuatro metros de anchura. 


Al convertirse el foro en intransitable e inútil a sus objetivos primitivos -ferias y mercados- a su alrededor diferentes emperadores ordenaron construir otros foros, con los que se establecía una nueva distribución urbanística y al mismo tiempo les servían de propaganda política. 

El primero en construirse fue el foro de Julio Cesar, presidido por el templo de Venus Genitrix, mítica antepasada de la familia Julia. 

Augusto levantó su foro perpendicularmente al de César, destacando las dos exedras que tenían 
sus lados mayores. 

Para comunicar el foro primitivo con el popular y comercial barrio de la Subura, Domiciano ordenó la construcción del Foro Transitorio, siendo inaugurado en el año 97 por Nerva. A su derecha se levantaba el Templo de la Paz. 

El más importante de los foros imperiales es el de Trajano. Comprendía un pórtico, la basílica Ulpia, una biblioteca y el templo de Trajano. Los edificios se organizaban siguiendo un eje de simetría que tenía los extremos en la estatua del emperador y en su célebre columna. En la zona norte del patio se encontraba el mercado, edificado en planta semicircular.












Ara Pacis de Augusto (13 - 9 a.C.)



Nos encontramos ante una obra arquitectónica del arte romano, para ser más concretos, estamos frente al altar Ara Pacis de Augusto, iniciado en el año 13 a.C. e inagurado en el año 9 a.C. Esta construido por mármol de Carrara y sus dimensiones son: 11 metros de longitud, 10 metros de anchura y 4'60 metros de altura. Se encuentra en Roma.

El propio emperador escribe en su autobiografía los motivos que impulsaron la consagración: "A mi vuelta de Hispania y de la Galia, después de haber pactificado por completo aquellas provincias, el Senado decretó que, en acción de gracias por mi feliz regreso, se erigiera un altar a la diosa de la Paz en el Campo de Marte, al que cada año acudieran los sacerdotes para sacrificar un carnero y dos bueyes".

Al monumento se accede por dos puertas: la anterior, con escaleras, para el oficiante; y la posterior, para las víctimas. Su importancia artística reside en los relieves que decoran las paredes. Dentro, un friso con bucráneos y guirnaldas encapsulando el ara; y fuera, un zócalo con roleos de acanto, cuatro alegorías flanqueando las entradas, y dos frisos con la procesión cívica que acude al sacrificio anual "para que la Casa que garantizó la Paz viva eternamente", según recuerda el poeta Ovidio.

En vanguardia desfila Augusto, seguido de su familia, amigos y colaboradores; después avanza rítmica y pausadamente todo el aparato civil y religioso del Estado: magistrados, senadores, flámines, pontífices y augures, alineados en doble fila y vestidos como celebra Virgilio a los romanos en la Eneida "Los señores del mundo, el pueblo de la Toga". Todos los relieves fueron labrados por artistas griegos, que acuden a la tradición  helenística para expresar los motivos ornamentales y los asuntos alegóricos; en cambio, se adaptan al orden severo y a la jerarquía romana en el cortejo procesional, que en nada  se parece ya al indisciplinado tropel de atenienses que gesticulan en el Partenón durante las fiesta de las Panateneas. 

En primer lugar, Alegoria de la Tierra, y en segundo lugar, Cortejo de Senadores, ambos representados en el Ara Pacis:









Además de la construcción de altares como símbolo de la victoria de los Césares, se erigieron otro tipo de relieve conmemorativo como son los arcos triunfales, entre los que destacan el Arco de Tito, el Arco de Septimio Severo y el Arco de Constantino, y las columnas honoríficas como la Columna de Trajano o la Columna de Marco Aurelio.

Arco de Tito

Nos encontramos ante una obra arquitectónica, perteneciente al arte romano, concretamente con el Arco de Tito, situado en Roma.



Es el arco más antiguo de todos los que se conservan en Roma. Forma un bello ejemplo de proporción, nobleza arquitectónica y ornamentación sobria. Está realizado con mármol pentélico y sus medidas son de 2,40 x 3,80 metros.
Se encuentra situado todavía hoy en el punto más alto de Vía Sacra, en el Foro Romano y se atribuye a Tito por la dedicatoria de la parte este del ático. Se debió erigir en honor de Tito, a poco de su muerte en el año 81.

Respecto a su arquitectura, se trata de una estructura sencilla de un único arco flanqueado por dos grandes pilares, con bóveda de cañón artesonado en el interior. Una línea de imposta separa el zócalo del cuerpo principal, en el que destacan cuatro semicolumnas con capiteles compuestos, situadas en los ángulos de los pilares. Estas columnas decorativas simulan sostener el entablamento (arquitrabe, friso con relieves y cornisa ornamentada). En la línea del gusto romano una construcción abovedada utiliza el sistema adintelado griego como decoración. Remata el arco un ático con una monumental inscripción con el nombre del emperador y de sus predecesores.

Respecto a sus relieves, el valor del arco de Tito reside en su decoración escultórica, sobria en el exterior (friso y enjutas del arco) y desbordante bajo la bóveda, donde altorrelieves de gran formato presentan la entrada triunfal de Vespasiano y Tito, el año 70 d.C., en la arrasada Jerusalén y el desfile de los trofeos arrancados a los judíos. Los dos grandes paneles representan dos episodios del triunfo en Judea e imponen un nuevo concepto escultórico diferente a lo hecho hasta entonces.

El panel del lado sur muestra el inicio de la ceremonia, es decir, la procesión cruzando la puerta de la victoria, que está representada en el lado derecho, mientras que los sirvientes traen el botín desde el templo de Jerusalén (las trompetas de plata y los candelabros de siete brazos), y los paneles provistos de asas en los que probablemente se fijaron las inscripciones que explicaban lo que eran los objetos y los nombres de las ciudades.
Por otra parte, el panel del lado norte representa el episodio central de la celebración del triunfo, es decir, el emperador Tito que, acompañado de una diosa de la Victoria que le corona, avanza sobre una cuadriga precedida por lictores y dirigida por la diosa Roma, seguido de las figuras alegóricas del pueblo y del senado romano, representados, respectivamente, por un hombre joven con el torso desnudo y un hombre viejo vestido con toga.

Cuando el arco fue levantado, Tito había muerto. En lo más alto del intradós (interior) del arco un relieve lo muestra en su transporte al cielo a lomos del águila de la consecratio. Esta circunstancia aconsejó sin duda no representarlo en compañía de los vivos, sino de figuras alegóricas, aunque el hecho que se conmemoraba fuese histórico. Nacía así como nuevo género el relieve histórico-alegórico.

Acueducto de los Milagros



Nos encontramos ante una obra arquitectónica del arte romano, para ser más concretos, estamos frente al Acueducto de los Milagros situado en Mérida (Badajoz). Las obras fueron iniciadas por Augusto y reacondicionadas por Trajano y Constantino. 
Dicho acueducto tenía como función principal suministrar agua al lado Oeste de la ciudad. El punto de captación de agua o caput aquae se situaba en el embalse de Proserpina, desde donde nacía una conducción que serpenteaba a lo largo de casi 12 kilómetros. El inicio, en las proximidades de la presa, la conducción se hacía por una galería subterránea, excavada en roca viva. En la parte final de dicha conducción, esta tuvo que salvar el río Albarregas, para lo cual se tuvo que construir una serie de arquerías (arcuationes), que constituyen la parte más monumental de dicha construcción, la cual finalizaba en el altozano del Calvario, donde apareció la torre de distribución (castellum aquae).
En cuanto al tramo en el que se tuvo que recurrir a la construcción de arquerías, estas se alargan 830 metros, con una altura de 25 metros en la parte más profunda del valle del río Albarregas. La estructura de dicho tramo es característica de Mérida. Se compone de robustos, pero elegantes pilares, en los que alternan cinco hiladas de sillares de granito con otras tantas hiladas de ladrillo. Arcos a diferentes alturas van enlazando los pilares, cuyo núcleo es de opus caementicium. Los arcos de enlace son de ladrillo, salvo el que salva el cauce del río Albarregas, que tiene las dovelas de granito muy bien trabajadas. Son todavía 73 los pilares que han permanecido más o menos deteriorados.
Esta obra, que causó el asombro general en los pasados siglos, donde se consideró un milagro que los pilares se conservaran en gran medida aún en pie, tomando así el nombre con el que se conoce el acueducto.
Respecto a la cronología, como apuntan las intervenciones del tramo del canal frente al cementerio y del Ninfeo ubicado en el Calvario, se dataría aproximadamente en época Claudia o de los Flavios, es decir siglo I d. C.


Augusto Prima Porta

Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte griego, concretamente con la estatua de Augusto Prima Porta, una copia en mármol de un original en bronce.


Como podemos observar, se trata de una estatua de bulto redondo, de cuerpo entero y de pie, como dirigiéndose al público o arengando a sus tropas, al tener la mano derecha levantada. Está realizada en mármol y mide 204cm. Se trata de una copia en mármol, posterior a su fallecimiento el 19 de agosto del año 14 d.C., extraída de un original en bronce realizado en torno al 19 a.C. 

Las superficies parecen lisas y pulidas aunque en su armadura se aprecian relieves de mucho trabajo. En la obra aún se pueden observar restos de colores vivos como dorados, púrpura, azul y otros colores, ya que la obra estuvo policromada. En la obra se aprecia algo de frontalidad y su actitud es reposada y serena, pero al ladear la cabeza y la posición de contraposto (apoyar todo el peso del cuerpo sobre una pierna y dejar la otra en flexión) al estilo de la Grecia Clásica, trata de darle naturalidad y apartarse de las rígidas esculturas frontales de la antigüedad.

En cuanto a sus formas de expresión se aprecia un naturalismo con algo de idealización. El parecido con la realidad es evidente al representar las facciones de Augusto, ya que aparece con la mirada sombría y el típico flequillo, así como su carácter introvertido, nervioso, melancólico y majestuoso. Pero en su rostro se ve al político sereno y seguro, prudente, frío, consciente y preocupado de sus pensamientos y palabras, es la realidad idealizada, algo normal que se inicia en el imperio. La anatomía está muy bien trabajada al igual que los pliegues de sus ropajes, incluso se aprecia la técnica de los paños mojados para resaltar la musculatura de la figura. El emperador aparece descalzo, como signo de victoria. Todo está pensado para dar una dimensión temporal de eternidad.

Si nos paramos con detenimiento en la coraza que luce Augusto, podemos determinar varios aspectos en ella.



En el centro, el dios romano de la guerra, Marte, acompañado de la loba capitolina, recibe del legado parto las águilas imperiales arrebatadas en el campo de batalla a las legiones de Craso y Antonio. Esta devolución se produjo el año 20 a.C. En los flancos aparecen sentadas las personificaciones femeninas de Hispania con su arma nacional rendida, el gladius, y de la Galia con su trompeta e insignias, llorando la pérdida de su independencia y su inclusión bajo la dominación romana, lo que tuvo lugar el año 19 a.C. Arriba, la Aurora guía la cuádriga del Sol, precedida del Lucero del alba y del Rocío, bajo la bóveda del cielo. En la zona inferior, Apolo sobre un grifo, Diana sobre un ciervo y la Tierra con la cornucopia de la abundancia, en clara alegoría a la prosperidad de la Paz Augustea. 

Esta escultura fue encargada por Livia, esposa de Augusto, cuando murió su marido. Fue encontrada en 1863 en las ruinas de la Villa llamada Ad Gallims Albas, en el lugar de Prima Porta, un lugar a las afueras de Roma, junto a la Vía Flaminia, donde se retiró Livia tras la muerte de su esposo. 
Hoy en día esta escultura se conserva en el Museo Vaticano, situado en Roma.

Urbanismo en Roma

 Las ciudades de nueva planta se trazaron sobre un plano geométrico, inspirado en el urbanismo helenístico y experimentado con éxito en los campamentos militares. El siguiente paso era delimitar las dos calles mayores: el cardo, que se cruzaba en ángulo recto con el decumanus, formando en su intersección un espacio público: el foro. Estas vías coincidían con las cuatro puertas que se abrían en la muralla, orientadas hacia los puntos cardinales. Luego se cortaban longitudinal y transversalmente los cuadrantes interiores por arterias secundarias, dando origen a manzanas regulares destinadas a viviendas. El diseño urbano se convertía en un confortable damero, proyectado en el subsuelo a través de un sistema de cloacas con el fin de canalizar aguas residuales. En las afueras se situaron las necrópolis con una rica tipología de tumbas, entre las que sobresale el columbario, con nichos para depositar cenizas.

La utilización de nuevos materiales como el hormigón permitió elevar muros gruesos y voltear arcos, bóvedas y cúpulas. La ligereza, resistencia y bajo coste del ladrillo lo convirtió en el material idóneo para los paramentos, que en los edificios emblemáticos se revestían con placas de mármol. Otras particularidades del genio constructivo romano serían el descubrimento del ábside como eje de simetría horizontal y de la cúpula como eje simetría vertical. Se empleo el dórico en la planta baja por su robustez, seguido en los pisos superiores por el jónico, corintio y un módulo específicamente romano, el compuesto.

Planta de una ciudad romana:




Foro. Es una espaciosa plaza rectangular abierta en el corazón de la ciudad, donde se manifiesta el poder político, comercial y religioso. Los edificios que representaban estas tendencias eran la curia, la basílica y el templo. A la entrada y en el centro de este privilegiado espacio social latía el protagonismo glorioso de sus habitantes, visibles en sus arcos triunfales y columnas honoríficas. La estatua del emperador presidía el lugar y en los soportales se establecían tiendas.



Curia. Es el lugar de reunión del Senado y en sus aledaños se alzaban las tribunas públicas desde donde los oradores dirigían los mítines al pueblo.



Basílica. Servía de bolsa de comercio y tribunal de justicia. Su aspecto es el de un rectángulo, dividido en tres naves interiores por hileras de columnas; la cabecera se remata por un ábside y enfrente se abre la puerta de acceso. Un diseño que se convirtió en el predilecto de culto cristiano tras la Paz de la Iglesia.



Templo. Derivó del griego, pero presenta características propias, como la elevación sobre un podio con escalinatas y la invasión del espacio sacro por la cella, hasta el punto de embutir en sus muros las columnas perimetrales.

La Maison Carrée resume esta fórmula, que compaginará con la planta central en el Panteón de Roma. Fue germinado por Agripa en el 27 a.C ,sin embargo, varios incedios obligaron a Adriano a reconstruilo un siglo después. Está precedido por un pórtico columnado, que deja paso a la gran rotonda cerrada por una cúpula acasetonada, cuya altura de 43,50 metros es idéntica al diámetro de la base.

Imagen de la Maison Carrée:




Circo. Era el lugar donde se desarrollaban carreras de carros, tenía capacidad para 240 000 personas y abría sus puertas 240 días al año. Su diseño está copiado de los hipódromos griegos, y consta de una pista rectangular con los extremos redondeados para facilitar el giro de las cuádrigas, que debían dar en cada concurso 7 vueltas alrededor de una spina. Cuatro empresas se disputaban el precio en metálico, que tenían el capital invertido en sueldos de aurigas, caballos, talleres de reparación, establos...



Teatro. Se levantó a ras de suelo, diferenciándose del griego, que aprovechaba la pendiente de una colina para acomodar el graderío . El más representativo es el Teatro de Marcelo, situado en la capital, con capacidad para 20 000 personas y fue imitado en todas partes. En España se conservan 21 teatros como el de Itálica, Segóbriga o Emerita Augusta.

Teatro romano de Mérida:



Los conciertos musicales y recitales poéticos se celebraban en el odeón, cuya estructura es similar a la de un teatro, pero de proporciones reducidas para mejorar la acústica.

Anfiteatro. Es la unión de dos teatros, y se convierte en el marco ideal de las distracciones violentas. Se representaban cacería de animales y enfrentamientos entre fieras salvajes, las ejecuciones de los condenados y , en tiempo de persecuciones, los martirios cristianos. Pero sobre todo, el mayor foco de atención y lo que recogía más audiencia eran los combates entre gladiadores. También, en circunstancias excepcionales se organizaban batallas navales (naumaquias), tras impermeabilizar el suelo y convertirlo en un estanque.

El Anfiteatro Flavio es el monumento más grandioso de la Roma Imperial. Las obras comenzaron en el año 72 por Vespasiano y las acabo Tito en el año 80, con cien días continuados de regocijos
En la fachada exterior se escalonan los cuatro ordenes clásicos de la escultura greco-romana, bajo las gradas corre un elaborado sistema de pasillos abovedados que posibilita al público acceder y desalojar fácilmente la localidad, y en la arena se hunde un foso subterráneo con jaulas de fiera, enfermería y depósito de cadáveres, que se techa con tablazón de madera. Un destacamento de marinería protegía a los asistentes del sol.

Reconstrucción del Anfiteatro Flavio:



Anfiteatro Flavio en la actualidad:




Termas. Era un gran complejo deportivo que el romano frecuentaba por razones de higiene corporal, como mantenimiento de la salud física y cultivo de las relaciones sociales. Son obras de ingeniería avanzada que responden a un diseño común, consistente en insertar las salas de baño en el interior de un amplio espacio dorado de jardines, gimnasios, pistas de atletismo y biblioteca. El núcleo, del balneario lo constituye la pisca. En los flancos de distribuyen los vestuarios o apoditerium y las salas climatizadas por calefacción: tepidarium y caldarium.



El suministro de agua llegaba a través de los acueductos.

Acueducto Romano de Segovia:



Vivienda doméstica. La plebe y la clase media vivía en alquiler, los inquilinos se hacinan en bloques comunitarios de pisos de cuatro o cinco plantas, llamados insulaes. La madera predominaba como material de construcción, acarreando graves problemas de incendios y frecuentes amenazas de ruina. Estas “colmenas” gélidas en invierno y cálidas en verano, se distribuyen a lo largo de un pasillo , carecen de agua y la cocina y las letrinas eran comunitarias.

Insulae romana:






Las Domus eran amplias y lujosas mansiones unifamiliares de los patricios, pavimentada de mosaicos y con decoración pictórica sobre las paredes. El desarrollo interno de la vivienda es el resultado de añadir a la casa tradicional con atrium y tablinum.