El retablo la Adoración del Cordero Místico, también conocido como Altar de Gante, es un políptico de doce tablasal óleo realizado por los hermanos Hubert y Jan van Eyck, por encargo de Joos Vyd y su esposa, Elisabeth Borluut. Fue pensado para la iglesia de San Juan de Gante (actual Catedral de San Bavón), donde aún permanece.
Abierto mide 340 x 440 cm, siendo uno de los retablos de mayores dimensiones del norte de Europa en el siglo XV.1
El tema central es la narración bíblica sobre la redención del hombre por el sacrificio de Jesús, ofreciendo una lectura de la Teología cristiana desde la Anunciación (en su exterior) hasta la Adoración del Cordero (en su interior).2
Normalmente se mostraba cerrado, pero en las festividades se abría, dejando a la vista los colores vibrantes del interior.
Una serie de referencias esotéricas que llenan el retablo de simbolismo escondido, muy del gusto de los pintores flamencos junto a referencias cultas a la pintura italiana del Trecento, a Giotto e incluso a su contemporáneo, el pintor renacentista Masaccio, confieren al cuadro un notable interés, ya que los autores fueron capaces de reelaborar los elementos simbólicos dentro de los elementos visibles. Pero es su aporte innovador a la representación de la realidad y al desarrollo del espacio pictórico lo que sitúa este retablo como un hito en la historia del arte ya que marca la transición de la pintura gótica a la del Renacimiento.
El retablo de Gante tiene una historia material muy compleja, donde las diferentes tablas han sido desmontadas en varias ocasiones, y separadas unas de otras por largos periodos de tiempo.1 En el año 1566 se desmontó el retablo para esconderlo de las revueltas calvinistas; en 1794, las cuatros tablas centrales fueron enviadas al Louvre por las tropas de Napoleón, regresando a Gante en 1816; las alas laterales se vendieron ese mismo año y fueron devueltas en 1919; y en la Segunda Guerra Mundial, el ejército nazi trasladó el retablo, junto a otras siete mil obras de arte, a una mina de sal.
Actualmente una de las tablas sigue perdida. Se trata de Los Jueces Justos (extremo inferior izquierdo) que fue robado en el año 1934. El que actualmente se contempla es una copia realizada por el pintor belga Vanderveken en el año 1945
.
ANUNCIACION:
Los paneles del segundo nivel muestran el episodio de la Anunciación. A la izquierda se observa alarcángel Gabriel y a la derecha a la Vírgen María.
A través de un examen con rayos X se descubrió que en principio no estaba previsto el techo de madera, sino unos nichos pintados como las figuras inferiores, con ejecución en monocromo, lo que explicaría su «insólita blancura».6
En medio, hay una ventana con arcos geminados; se cree que pudo representar la vista de Gante desde el estudio de los Van Eyck. Y, además, un nicho con una palangana, un jarro metálico y un paño, alusivos a la virginidad de María.6El ángel lleva un lirio, símbolo de la virginidad, y le dice «Dios te salve, María, llena eres de gracia», a lo que ella le responde «He aquí la esclava del Señor»; la inscripción está en latín, en letras doradas, estando al revés el «Ecce Ancilla Domini» de la Virgen, como ocurre en la Anunciación, de Jan van Eyck. Las palabras de María se dirigirían de esta forma al cielo o a la paloma del Espíritu Santo que hay sobre su cabeza.7
El techo de la habitación parece demasiado bajo en comparación con las dimensiones de los personajes. La escala grande de la Virgen y del arcángel responde a una convención con la que se representaban las apariciones de los santos, y en especial de la Virgen. Puede apreciarse este efecto, de forma más acentuada, en la tabla de Jan van Eyck la Virgen en una iglesia, (hacia 1438).
POLIPTICO ABIERTO:
La representación iconográfica de la Deesis incorporaba desde el siglo IX la tradición de mostrar a la Virgen y a San Juan como intercesores de las almas ante Dios en el día del Juicio Final.12 Sin embargo, el retablo se aleja de la representación tradicional al renunciar al motivo de la intercesión de la Virgen y San Juan. Aquí en lugar rogar a Cristo por las almas de los difuntos, aparecen estudiando las escrituras.7 Igualmente, Juan el Bautista difiere de la tradición iconográfica al señalar a Dios en lugar de al Cordero —motivo que ya aparece en el panel inferior—.7 La corona situada sobre el suelo, evoca el dominio del mundo por Dios.7
Suele considerarse que es Hubert van Eyck el autor de estas figuras entronizadas, más estáticas y monumentales que todas las demás.6
Ángeles cantores y músicos
A los lados de las tres figuras hay ángeles cantores y músicos, vestidos con ropas de liturgia. Los ángeles cantores se sitúan en la tabla izquierda, mientras los músicos aparecen en la tabla de la derecha. Los ropajes, instrumentos y suelo están reflejados con gran detalle.
En el facistol de los ángeles cantores se representan figuras talladas de san Miguel venciendo al demonio y dos profetas sentados en las aristas del hueco portalibros. En el pavimento —con baldosas de mayólica importadas entonces desde Valencia—, se muestra repetida la figura del Cordero y otras alusiones a la divinidad.7 Los ángeles tienen diferentes expresiones y según algunos autores es posible distinguir el registro de las diferentes voces atendiendo a los gestos.13
Adán y Eva
Los protagonistas están separados, cada uno en un extremo del retablo, y la escena no presenta los elementos iconográficos tradicionales como el árbol, la serpiente, u otras plantas y animales del jardín.15Han sido pintados con su púdica hoja, y Eva sostiene la fruta por la que fueron expulsados del Jardín del Edén.
Se trata de los primeros desnudos monumentales en la pintura flamenca.14Los paneles superiores de los extremos representan a Adán y Eva, a la izquierda y derecha respectivamente. Están desnudos, no idealizados, sino con cuerpos extremadamente reales; el vientre hinchado de Eva hace referencia a su papel como madre de toda la Humanidad.
Se trata de los primeros desnudos monumentales en la pintura flamenca.14Los paneles superiores de los extremos representan a Adán y Eva, a la izquierda y derecha respectivamente. Están desnudos, no idealizados, sino con cuerpos extremadamente reales; el vientre hinchado de Eva hace referencia a su papel como madre de toda la Humanidad.
Adán parece como si anduviera, dotando a la pintura de mayor perspectiva tridimensional.
Los paneles de Adán y Eva están rematados con La ofrenda de Caín y Abel (sobre Adán), y el asesinato deAbel en manos de su hermano Caín (sobre Eva). A diferencia de otras figuras, estas escenas fueron pintadas para dar la apariencia de ser bajorrelieves.
Cuando en 1781 el emperador José II de Habsburgo visitó la catedral de San Bavón, encontró las figuras de Adán y Eva de un naturalismo desagradable, lejano a los desnudos idealizados del arte clásico. Con este motivo se separaron estas tablas y fueron depositadas en los archivos de la catedral.16
En el siglo XIX, las representaciones desnudas de Adán y Eva volvieron a sufrir la censura, y los paneles fueron sustituidos por reproducciones vestidas realizadas por el pintor belga Victor Lagye. Estas reproducciones aún se conservan en la catedral de Gante.
Paneles inferiores
Panel inferior central
El panel inferior central muestra la escena principal, la Adoración del Cordero Místico, representando al Hijo de Dios y su Eucaristía. Se trata de una obra fundamental en la historia de la pintura ya que ofrece un nuevo campo de visión naturalista, resultado de ampliar sobre una tabla escenas y representaciones que hasta entonces solo fueron accesibles a los conocedores de las miniaturas. La composición está basada en un pasaje del Apocalipsis de San Juan:
Después de esto vi una grande muchedumbre, que nadie podía contar, de todas naciones, y tribus, y pueblos, y lenguas, que estaban ante el trono y delante del Cordero, revestidos de un ropaje blanco, con palmas en sus manos
La sangre de Jesús es recogida en la copa, lo que se relaciona con el mito del Santo Grial. En el cielo surge la paloma, símbolo del Espíritu Santo, que ilumina la escena. El Cordero está rodeado por catorce ángeles, algunos de ellos con los símbolos de la Pasión (la cruz, la columna, la corona de espinas, la lanza, la esponja).6 Delante, la fuente de la vida de la que nace un arroyo, cubierto de joyas.
En la escena se observa una campiña con una ciudad al fondo. Esta campiña presidida por el trono del Cordero es un espacio que alberga un despliegue de numerosas figuras y detalles prodigiosamente concretos. Una ola de luz penetra toda la naturaleza, liga sin brusquedad todos los ambientes y une armoniosamente todas las materias, desde las telas de los ropajes y los metales de las hebillas y coronas hasta la piel de los rostros, las hojas de los árboles y los edificios del fondo.
Los cuatro grupos que adoran al Cordero son:
- Un grupo de judíos, sosteniendo el Libro Sagrado. Junto a ellos, los paganos, representado por sus caras orientalizantes y diversidad de sombreros y tocados. Dentro de este grupo, destaca la figura de blanco que pudiera ser probablemente el poeta romano Virgilio.
- La iglesia católica, donde figuran los doce Apóstoles en primer término y detrás santos y papas. Se reconoce entre los santos a San Esteban portando las rocas con que fue martirizado.
- Mártires masculinos, portando palmas.
- Mártires femeninos, que también portan palmas.
El paisaje representa el Jerusalén celestial. Hay plantas parecidas a las mediterráneas. En el horizonte se ven colinas, montañas y ciudades, creyéndose reconocer en la torre que queda detrás del altar el campanario de Utrecht.