Nos
encontramos ante una obra pictórica, perteneciente al arte barroco,
concretamente con el lienzo de Enrique IV de Francia recibiendo de
Júpiter y Juno el retrato de María de Medici. Este lienzo formaba
parte de la serie encargada a Rubens por la reina madre de Francia,
María de Medicis, para decorar el salón principal del Palacio del
Luxemburgo en París. Esta obra está datada en 1625, con unas
dimensiones de 394 x 295 cm. Actualmente esta obra se encuentra en el Museo del
Louvre.
Con
esa serie se pretendía exaltar y glorificar la vida y la regencia de
la soberana. El matrimonio de Enrique IV de Francia y María de
Medicis formaba parte de los habituales enlaces de Estado, en los que
los contrayentes no se conocían. María era hija del gran duque de
Toscana y tenía 25 años mientras que Enrique, divorciado sin hijos
de Margarita de Valois, esperaba una unión fecunda y más lucrativa
que la anterior.
Sería
la riqueza de la dote y no la belleza de la joven lo que animó al
monarca francés a contraer matrimonio.
Esta
escena es la cuarta del ciclo y en ella Rubens imagina un primer
encuentro entre los futuros esposos a través del arte. Enrique IV
recibe el retrato de su prometida de manos de Himeneo, dios del
matrimonio, en la izquierda, y Cupido, dios del amor, en la derecha.
Galia, la personificación de Francia, ataviada con un casco
emplumado y un vestido adornado con flores de lis, aconseja
adecuadamente al monarca mientras que en la zona superior de la
composición se halla la pareja olímpica, Júpiter y Juno,
acompañados cada uno por sus símbolos: el águila con los rayos del
dios y el carro y los pavos reales de la diosa. La presencia de los
dioses es una referencia a los "alter ego" divinos de
Enrique y María, simbolizando la armonía conyugal.
Las
figuras se ubican ante un fondo de paisaje en el que observamos una
columna de humo como referencia a la reciente guerra de Saboya, hecho
por el que el monarca aparece con armadura y portando el cetro y la
banda de general. Con su casco y escudo juegan dos amorcillos a sus
pies. El objetivo del matrimonio será convertir a un monarca
belicoso en un rey amante de la paz, lo que provocará la prosperidad
y el desarrollo de las artes en el reino, en la línea que se aprecia
en las escenas de la Regencia.
La
política defendida por la propia María estaría vinculada con esta
filosofía que defendía la paz y potenciaba la diplomacia por vía
matrimonial. No en balde, este ciclo estuvo finalizado con motivo del
enlace de la princesa Enriqueta María con el futuro Carlos I de
Inglaterra. La Educación de María de Medicis y el Triunfo de María
de Medicis en Juliers también forman parte de la serie.