Nos encontramos ante una obra arquitectónica perteneciente al arte renacentista, concretamente al Cinquecento italiano. El Teatro Olímpico de Vicenza(1580-1583) fue diseñado por el arquitecto renacentista Andrea Palladio. Está considerado como el primer teatro de sala permanente de la era moderna.
La realización del teatro dentro de un complejo medieval preexistente fue confiada a Andrea Palladio por la Academia Olímpica para representar comedias clásicas. La construcción comenzó en 1580 y la inauguración tuvo lugar el 3 de marzo de 1585, después de la finalización de la famosa perspectiva paisaje de Vicenzo Scamozzi. Esta decoración de madera de estilo renacentista aun está en perfectas condiciones.
El proyecto considerado una obra maestra fue el fruto de toda una vida de estudios dedicado a todos los aspectos de la arquitectura romana. Utilizando la estructura original del edificio Palladio logró dar forma a un impresionante teatro de estilo romano, totalmente cerrado con un proscenio monumental, donde siete escenarios de perspectiva recrean las antiguas calles de Tebas, originalmente montados para la obra inaugural Edipo Rey y que jamás volvieron a ser retirados. Cuenta además con un coro semielíptico, formado por 13 largas gradas y rematado en su parte superior por una serie de columnas monumentales.
Si bien es cierto que el Teatro Olímpico es el primer teatro olímpico y techado, su exterior no revela el destino del edificio. Situado al borde del centro histórico de Vicenza. al norte de Italia, el escenario interior se oculta tras los muros de ladrillo poco llamativos de una construcción indefinida. Incluso su entrada original se encontraba inadvertida en uno de los flancos de la edificación antes de que se le incorporara un pórtico más importante y dos salas representativas.
Aunque su estilo arquitectónico tiene sus antecedentes inmediatos en la obra de los maestros del alto renacimiento, como Donato Bramante (que a su vez se inspiró en la tradición constructiva de la antigua Roma), Palladio siempre cultivó una interpretación propia de los motivos romanos, derivada del estudio directo de la arquitectura antigua. Combinó libremente muchos de los elementos del lenguaje clásico, de acuerdo con las exigencias del emplazamiento o de las necesidades funcionales de cada edificio y en este sentido se le puede considerar como un arquitecto manierista.
Sin embargo, al mismo tiempo compartió la búsqueda renacentista de las proporciones armónicas, y sus fachadas se caracterizan por una excepcional elegancia basada en la sencillez y la serenidad compositivas. Palladio fue el primer arquitecto que desarrolló un sistema organizado para las disposición de las habitaciones privadas. También fue el primero que ubicó en edificios residenciales pórticos con frontones, propios de los templos clásicos, como los que se pueden contemplar en las cuatro fachadas idénticas de Villa Rotonda, compuestas por seis columnas jónicas sobre un elevado podium precedido por una escalinata. Los edificios de Palladio a menudo incorporaban soluciones ingeniosas, en ocasiones para facilitar la entrada de luz, o para hacer más cómodos los tránsitos entre distintas estancias. En la basílica de Vicenza, por ejemplo, proyectó una elegante fachada formada por dos pisos de arquerías donde empleó la ventana o motivo serliano, conocido también como palladiano (un vano tripartito compuesto por una parte central arqueada y más ancha que las dos laterales, separadas por delgadas columnas), gracias al cual pudo estrechar los pilares estructurales y con ello captar mucha más luz para el espacio interior.