En cuanto a esta talla, debe su nombre a Enric Batlló i Batlló, que la compró en un mercado de antigüedades y la donó en 1914 a al diputación de Barcelona. Esta talla pasó desapercibida en un inicio al llegar al museo cubierta por una capa de barniz que impedía ver su policromía. Se cree que este tipo de iconografía se introdujo por los pisanos, quienes en 1114 entraron para ayudar al conde de Barcelona en su conquista de las Islas Baleares. Está tallada en madera de ciprés y se sitúa su procedencia en Olor en la anterior comarca mencionada. Tiene unas medidas de 94x96 17 cm y la cruz 156x120 cm.
El Cristo está vestido con una larga túnica con mangas (túnica manicata) y pliegues tubulares paralelos que la recorren en su totalidad, está policromada con círculos de color rojo con fondo azul y motivos vegetales de clara influencia oriental. La cruz está pintada a base de franjas azules, blancas y rojas y presenta en la parte superior la inscripción en latín "JHS NAZARENOS REX IUDEORUM (Jesús de Nazaret Rey de los Judíos).
En el románico, la madera fue uno de los materiales más empleados para la elaboración del mobiliario litúrgico y las imágenes para el interior de los templos, empleándose para los cristos crucificados dos bloques o troncos de madera, uno para el cuerpo y otro para los brazos, era normal que después de talladas las imágenes se policromaran.
En cuanto a su simbología, se le reresenta con los ojos abiertos como símbolo del triunfo de la santa cruz sobre la muerte y como el carácter de sus vestiduras como reflejo del apocalipsis.