Nos encontramos ante una obra arquitectónica, perteneciente al arte románico, concretamente con la catedral de Santiago de Compostela, situada en La Coruña, España.
Estamos ante una iglesia de peregrinación que surge de a raíz de una tradición antiquísima la cuál proclamaba que Santiago el Mayor vino a
predicar el Evangelio a España; luego regresó a Palestina, donde
fue martirizado. Sus discípulos embarcaron entonces su cuerpo y lo
trasladaron por mar a Galicia, pero la tumba fue abandonada y, con el
paso del tiempo, su memoria se perdió. La leyenda agrega que un
prodigio invitó a localizar los restos del Santo: comenzaron a verse
por la noche 'luces ardientes' sobre el sepulcro.
El
campus stellae (campo de estrellas), como se denominó el
paraje milagrosamente iluminado, la ciudad de Compostela en
honor del Apóstol.
Francia inauguró la peregrinación abriendo en
su territorio el Camino de Santiago. Los peregrinos partían
todos los años de cuatro localidades: Tours, Vézelay,
Le Puy y Arlés.
El
trayecto de cada etapa era de unos 30 kilómetros diarios, la
duración del itinerario oscilaba entre uno y dos meses. La dirección
aparecía marcada en la Vía Láctea y bastaba con seguir las
estrellas.
Cinco
eran estas iglesias de peregrinación: San Martín de Tours, San
Marcial de Limoges, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Tolosa y
Santiago de Compostela. Las cuatro francesas presidían cada uno
de los itinerarios que podían elegirse para emprender el camino a
Galicia.
La Catedral de Santiago de Compostela se inició en 1075 bajo el obispo Diego Peláez y la dirección arquitectónica de los maestros franceses Bernardo el Viejo y Roberto. Las obras se interrumpieron. Hubo que esperar a 1100 para que el Maestro Esteban reemprendiera los trabajos. A partir de esta fecha, el ritmo laboral se sigue con relativa precisión: se consagró el presbiterio. Se abrieron las puertas de Platerías y Azabachería. El siguiente paso fue levantar las naves.
Sus
características arquitectónicas han sido resumidas: grandeza de
dimensiones, con el propósito de acoger al mayor número de fieles
que se concentraba en las grandes solemnidades, y perfecta
circulación de entrada y salida en el templo, que se hacía por las
naves laterales. De este modo el peregrino podía orar ante los
altares-relicario de la girola, y presentir los restos del santo que
había originado la construcción del santuario, custodiados en una
cripta bajo el presbiterio.
El
interior
de la catedral se divides en tres naves.
La central posee un ancho de 10 metros y alcanza una altura de 22,
cubriéndose con bóveda de cañón. Las naves laterales, de menor
altura y unos 5 metros de anchura lo hacen con bóvedas de aristas.
Sobre dichas naves laterales se alzan tribunas que asoman a la nave
central mediante arcos geminados. Sus vanos exteriores proporcionan
iluminación a la parte superior de la nave central, lo que contrasta
con la mayor penumbra de la zona inferior.
Las
bóvedas se sostienen mediantes pilares compuestos que presentan
columnas adosadas, organizadas de forma tal que la columna que mira
hacia la nave central se eleva a lo largo de toda la altura de la
misma, hasta alcanzar el inicio del arco fajón correspondiente. El
transepto
se
organiza también en tres naves en cuyos extremos se abren sendas
portadas al exterior. Por otra parte, en uno de sus lados mayores
este transepto presenta cuatro absidiolos, dispuestos dos a cada lado
de la cabecera. Sobre el crucero se alza un cimborrio. En toda este
enorme transepto se alzan también tribunas sobre las naves
laterales.
La
cabecera
de
la catedral es de amplias dimensiones y dispone de una girola con
cinco capillas radiales en los absidiolos. De ellas, la central
presenta al interior forma absidada, mientras que al exterior se
cierra con testero plano.
Todo
el espacio interior del templo está organizado de manera que los
fieles (tras concluir aquí su peregrinación hasta la tumba del
apóstol Santiago) pudiesen acceder a la catedral por la portada de
los pies y recorrerla hasta llegar a la girola, en cuyo espacio
central se encuentra el sepulcro del citado apóstol. Todo este
camino
interior del
edificio permite que puedan desarrollarse sin interferencias las
ceremonias religiosas.
El
Maestro Mateo amplió la longitud de los pies y dotó a la fachada
principal del Pórtico de la Gloria, en cuyo parteluz la imagen del
Apóstol saludaba a los peregrinos con la frase evangélica en un
pergamino: 'Dios me envió'.
Santiago de Compostela es uno de los mejores ejemplos de iglesia de peregrinación que se construyen durante el Románico. Esta obra resume perfectamente las ideas de este estilo que nació en Francia y se difundió por Europa a través de los caminos de peregrinación, cruzadas y monasterios. Un estilo al servicio de la religión, los privilegiados y el Feudalismo.
Santiago simboliza la importancia de la ciudad y de la sede obispal en la que se encuentra situado el sepulcro de uno de los doce apóstoles. En este sentido, la propia planta de la iglesia es imagen de la cruz de Cristo que murió para la salvación del mundo.
Pero, por otro lado, la construcción simboliza el poder que van adquiriendo los reinos cristianos del Norte frente al mundo musulmán, Al-Andalus, que domina la mayor parte de la Península.
Además, esta catedral presenta influencias del arte
romano, como el arco de medio punto, la bóveda de cañón y los
sillares de piedra, y del arte paleocristiano, como es la planta
basilical, de cruz latina.