Nos encontramos antes una obra arquitectónica, concretamente con un templo dórico griego. Templo de la diosa Aphaia, que se encuentra en la isla de Egia y que fue realizado en el 490 a.C.
El templo, es un modelo dórico tradicional, hexástilo y períptero. Cuenta con seis columnas en la parte frontal , y
la cella adopta una estructura simétrica, precedida de pronaos y con
opistodomos adosado, ambos con columnas in antis. El espacio interior de
la cella se divide en tres naves, más ancha la central que las
laterales, por medio de dos filas de columnas que, además, sustentan un
orden superior. El material utilizado para la construcción fue la caliza
local estucada, de extraordinaria blancura, origen de la luminosidad
que irradia el templo. No obstante, su mayor atractivo es el efecto
armonioso que representa un logro inmenso por parte del arquitecto y que
consiste en dar al traste con la pesadez del dórico arcaico. El templo tambien cuenta con estilóbato de dos escalones, y con una perístasis que va de menos a más en altura.
Consta de una sala rectangular o naos, que alberga la efigie divina, procedida de un pórtico delantero abierto o pronaos, y secundada en el extremo opuesto por otro pórtico cerrado llamado opistódomo. Este núcleo longitudinal y simétrico se eleva sobre una plataforma de 3 gradas, donde el estilóbato aguanta el peso del edificio.
La arquitectura templaria es arquitabrada, y en época clásica el material de construcción predilecto fue el mármol, cuyas piezas se unñian mediantes grapas, pulimentándose después las paredes y los elementos. Una policromía final en tonos rojos y azules realzaba el edificio.
El Partenón es un tiemplo griego similar al diosaa Alphaia, es un templo octástilo, anfipróstilo y períptero, que sigue siendo el emblema monumental del arte griego. Se concebió como agradecimiento que sentían los atenienses por la diosa Atenea, que les había conducido a la victoria sobre los persas.