Nos encontramos ante una
obra arquitectónica procedente del arte islámico, concretamente un
abanico de arcos policromados entrecruzados o también llamados
mixtilíneos que nos permiten ver con una iluminación buena y una
decoración extraordinariamente increíble situados en la Capilla de
Lucernario o de Villaviciosa en la Mezquita de Córdoba.
Estos arcos están sustentados por unas
columnas de fustes lisos con capiteles encintados o almohades y
también se prolongan unas columnas más pequeñas adosadas a los
arcos con fustes lisos y capitel califal cordobés conocido como
técnica de trepanado. Los arcos tienen una decoración ataurique en
las dovelas y en las molduras de los propios arcos. Estas columnas
destacaban por colores como el rosa y el azul. Las columnas están
hechas de materiales como el mármol jaspeado y el alabastro, que
semejan un bosque de palmeras.
Fue encargada el 17 de octubre del año
916 por al-Hakam II a su chambelán Chafar, que firmó su
intervención con tres obras ejemplares: un lucernario en la actual
capilla de Villaviciosa, encubierto por una imponente cúpula nervada
y acotado mediante un abanico de arcos polilobulados y entrecruzados
sobre columnas rosas y azules; la maqsura, donde repite la fórmula
anterior triplicada; y el mihrab, concebido en forma de habitación
por vez primera en la historia del arte islámico, ya que se
correspondía con el nicho de las luces coránico, símbolo de la
presencia divina en el corazón.