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sábado, 23 de enero de 2016

Puerta de las Platerías


En esta imagen nos encontramos frente a la Puerta de Platerías, situada en el brazo sur del transepto de la Catedral de Santiago de Compostela, España. Fue construida entre 1103 y 1104, y su escultor fue Maestro Esteban. Esta portada está tallada sobre piedra. En su origen estuvo policromada, pero hoy día no se conserva. 

En la Puerta de Platerías asistimos a una composición especialmente abigarrada con una tendencia evidente al "Horror vacuii", donde no sólo se acumulan figuras en sus tímpanos, jambas y friso superior, sino que las enmarcan todo tipo de elementos arquitectónicos, arcos lobulados, "mochetas", columnas sogueadas, etc. Aunque esta acumulación de piezas ornamentales, que llegan a adquirir una cierta apariencia caótica, es también producto de las vicisitudes por las que ha pasado la Puerta a lo largo del tiempo, de tal forma que su aspecto actual dista mucho del original, entremezclándose esculturas procedentes de otras puertas junto a las originales.

Es igualmente magnífico el trabajo de las cabelleras, de los pliegues de las túnicas, con caídas onduladas que crean efectos rítmicos de luces y sombras, el tratamiento volumétrico, sólido y casi exento, la fuerza y el vigor de las formas, e incluso en ocasiones un naturalismo que permite completar su innato simbolismo con una cierta carga de emotividad y humanismo.

La portada de las Platerías o Meridional es el único pórtico románico exterior que se conserva de la catedral de Santiago de Compostela. La obra de Platerías destaca, aparte de por su riqueza iconográfica, por las tallas magníficas del maestro de Platerías, caracterizadas por su fuerte expresionismo de ojos grandes y abiertos en los que a veces para mayor efectismo se les excavaba el iris que se rellenaba con pasta. Sus puertas dan acceso a la nave central del transepto desde la fachada sur de la catedral.
 

La obra en su conjunto responde a las características que definen la escultura románica de su periodo pleno, su adaptación al marco arquitectónico, su esquematización anatómica, y su grafía clara y concisa, en este caso de talla exquisita.

Estructuralmente el conjunto se organiza en dos puertas con sus arquivoltas de medio punto abocinadas, tímpanos esculpidos y jambas de columnas adosadas a un piar y machón central. El contenido iconográfico de este pórtico presenta un desorden en la organización de las imágenes, derivado de los destrozos causados por el incendio del año 1117 y los añadidos de relieves procedentes de la desaparecida fachada norte o Francigena.

Por un lado, en el tímpano de la derecha, en la parte superior encontramos a la Virgen María  aparece  bienaventurada con su hijo en Belén y la Epifanía de los Reyes Magos de Oriente, y la estrella y el ángel que los conduce hacia el portal de Belén. En la parte inferior nos encontramos con la Pasión de Cristo. Ahí lo podemos ver atado a la columna a manos de los judios y azotado, mientras que Pilatos aparece sentado en su trono en actitud de juez.



Por otro lado, en el tímpano de la izquierda aparece Cristo sometido a las tentaciones de ángeles con aspecto muy feo y violento, demonios. Cristo resiste a las tentaciones de estos. 

 

Con respecto a los maestros creadores de este pórtico, podemos decir que los relieves que habitan aquí son fruto de diferentes manos, entre las que cabe destacarse: por un lado, el maestro de la Traición, a este de le atribuye los relieves de la Pasión de Cristo, los ángeles trompeteros y los Reyes Magos. Y por otro lado, el maestro Esteban, el cual realizó las imágenes de mayor calidad. Sus figuras tienen los ojos saltones, los pómulos hinchados y los labios gruesos.



En las jambas de ambas puertas también se sitúan magníficas tallas, sobresaliendo sobre todas las del rey David músico, la creación de Adán, Cristo en Majestad, la mujer de los leoncitos, etc. El friso se remata por canecillos y metopas, que lo separan de una parte superior que abre otros dos arcos, en este caso lobulados y con arquivoltas decoradas con ostentosos motivos vegetales, culminando el conjunto con una balaustrada con pináculos, construida en siglos posteriores.



Las columnas, unas de mármol y otras de piedra, tienen esculpidas bellas imágenes de flores, hombres, aves y animales. El mármol es de color blanco.
Fuera de los tímpanos, enmarcando la portada encontramos a Jesucristo Pantócrator, ángeles trompeteros,bestiarios o signos del Zodiaco, la Expulsión del Paraíso y al Rey David músico (obra del maestro Esteban que también procede de la portada norte) En toda la portada se observa las características del estilo románico: adaptación al marco, “horror vacuii” (no dejar ningún hueco sin relieves), ausencia de naturalismo, perspectiva jerárquica, etc.

En la confluencia de las dos arcadas, sobre ellas y en el friso se distribuye un gran número de relieves. Encontramos a Cristo, los endemoniados, Abraham saliendo del sarcófago y ángeles trompeteros.

En cuanto al friso superior situado sobre las arquivoltas y el Crismón, mezcla figuras de distinta procedencia, destacando del conjunto la figura de un Cristo, ya del S. XIII, rodeado por los apóstoles. En el friso resplandece con hermosura un llamativo conjunto de piezas de mármol blanco. Se amontona como en un rompecabezas el Pantocrátor, en posición central, acompañado de Santiago, San Juan, seres fantásticos procedentes de los bestiarios medievales, cipreses y signos del Zodíaco

También en el friso se dispone la expulsión de Adán y Eva –procedentes de la Puerta del Paraíso- que se completan con las relieves de la creación ubicados en los contrafuertes. A la primitiva portada norte pertenecería la excepcional imagen del rey David tocando la cítara que se ubica actualmente en el contrafuerte occidental.  

Finalmente, sobre los ciborios, hay cuatro ángeles con sendas trompetas que anuncian el día del juicio.

 

Juicio Final en el tímpano de la portada occidental (Iglesia de San Lázaro, Autum)


Nos encontramos frente al tímpano de una iglesia, concretamente, el tímpano de la puerta occidental de la iglesia de San Lázaro, en Autum, Francia. Este tímpano es uno de los ejemplos más relevantes de la escultura románica del siglo XII. Su autor autor es Gislebert, el cual firmó con su nombre en los pies del Cristo que preside el tímpano. Está labrado sobre piedra, y en su origen fue policromado.


La plástica de este periodo es antinaturalista. La representación se basa en la repetición de pautas y estereotipos. Las figuras son rígidas y no expresan ningún sentimiento, reflejando los valores de una sociedad feudal. Una sociedad en la que impera la teología neoplatónica agustiniana, la desconfianza hacia el mundo de los sentimientos que se considera imperfecto y que nos puede conduciar al pecado.
Las figuras son símbolos y deben transmitir valores ligados a una sociedad profundamente religiosa.

Según la tradición cristiana, San Lázaro fue el primer obispo de Marsella, martirizado en época romana y enterrado Autum, Francia. Este hecho es el que explica que a este santo esté dedicada la catedral de la ciudad, la cual se comenzó a construir en el año 1120. 

Centrándonos en el tímpano, una de las obras maestras de esta catedral, podemos ver que en él se representa el tema del Juicio Fina. Este tema se ponía en la portada de las iglesias con el fin de mentalizar a los fieles, haciéndoles saber lo que podría pasar en el momento de la muerte, en caso de haber sido buenos cristianos, ascender al cielo, y por contrario, ir al infierno. Se ponía en forma de imagen y no de forma escrita debido a que la mayor parte de la población era inculta, así que de este modo percibían rápidamente la idea que la iglesia quería transmitirles.

En el centro nos encontramos con Cristo en actitud de juez, muy estilizado y enmarcado por una mandorla. Cristo llevará a cabo el juicio que ha de celebrarse en el momento del juicio final, la muerte.

A la izquierda de Cristo se encuentran las bienaventurados, entre los que vemos a algunos apóstoles, obispos, niños e, incluso, peregrinos. Sobre ellos hay unos ángeles con trompetas que anuncian la salvación de estos, y los encaminan hacia el cielo,que en esta obra se representa como un edificio de grandes ventanales.

En el lado opuesto hallamos a los condenados. Aparece el arcángel San Gabriel pesando sus almas, mientras que un demonio -haciendo trampa- intenta descompensar la balanza para que las malas acciones supongan un peso mayor, lo cual le implique a la condenación. También, se representa el mismo infierno lleno de demonios.




También, podemos ver debajo que los muertos están resucitando, incluso los vemos saliendo de sus ataudes. En la izquierda, nos encontramos a los personajes que levantan sus brazos hacia el cielo, donde encontrarán la felicidad al lado de su Dios. Por su parte, los que están en la derecha se encuentran temerosos al saber lo que les espera en el infierno. Como punto de separación, está el arcángel San Miguel, que por un lado separa a los salvados y por otro a los condenados. 



El Juicio Final, es contemplado desde ambos lados de Cristo por la Virgen con un ángel anunciador por un lado, y por los profetas Enoch y Elías al otro lado. Y en el parteluz o intradós de la portada aparece esculpido San Lázaro ataviado de obispo.



























En la arquivolta superios de la portada el artista talló todo un zodiaco con sus correspondientes signos y una representación de los meses con los trabajos del año. Allí podemos ver la vendimis o la siembra junto a una escena u otra de coacción de pan, esto está representado en la parte exterior de la arquivolta. En la parte interior encontramos formas vegetales.


 

viernes, 15 de marzo de 2013

Nartex de la Magdalena (Vezelay)


Esta gran portada románica es una obra escultórica eminentemente religiosa vinculada al cristianismo.

Pertenece a un conjunto arquitectónico, puesto que en la portada hay diferentes partes: tímpano, dintel, parteluz, jambas...

En cuanto a la disposición, podemos hablar de unas figuras esculpidas en bajo relieve, ya que parte del cuerpo de piedra de las mismas está adosada a un muro o columna.
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Es la portada de la basílida de 'Santa Magdalena de Vezelay' en la ciudad de Borgoña (Francia), y está situada en uno de las vías del Camino de Santiago. Su construcción (nártex) data del año 1140-1150 (aprox), siendo recontruida después por los daños sufridos durante la Rev. Francesa.
El movimiento artístico al que pertenece es el románico, pero un tanto tardío, cercano ya al gótico.

El tema principal tratado es el Día de Pentecostés, es decir, la venida del Espiritu Santo sobre los Apóstoles, para que estos divulguen la doctrina cristiana por el resto del mundo. También tiene algunos aspectos referentes al Juicio Final representados en el dintel.

En el centro de la imagen se encuentra la imagen de Dios salvador con un tamaño mayor debido a la idea de jerarquización y con los brazos abiertos ofreciendo mediante sus manos una especie de 'iluminación divina' sobre los apóstoles. No es naturalista, entre otras cosas por el esquematismo en los excesos pliegues de vestiduras y la desproporción en manos y piernas aunque hay que destacar que el zig-zag que hay en la figura de Cristo no es nada común en el románico.

En el tímpano, a los lados de Cristo, están esculpidos los doce apóstoles, en un tamaño menor. Sus diferentes posiciones corporales dan a intuir una cierta comunicación o relación entre todas las figuras entre sí, algo muy poco desarrollado hasta entonces. Cómo no, el 'horror vacuii' se hace patente de nuevo, al evitar los huecos en blanco o sin figuras. Finalmente, se debe señalar la adaptación de las figuras al marco, lo que supone diferencia de tamaño y/o posición entre ellas.


Entre la arquivolta y el típano hay esculpidas 8 escenas individuales, que viene a ser los diferentes pueblos y razas humanas por las que los apóstoles deben predicar la palabra del Dios.

En la parte superior, la arquivolta, podemos observar una conjunto de medallones con diferentes escenas. Son los doce símbolos del zodiaco y los doce meses del año con sus correspondientes tareas agrícolas según la época. Es en toda regla un calendario en piedra.

En el dintel, hay una serie de personas que se diferencian según el lugar que ocupan en la portada. En la parte derecha de Cristo, están los salvados por él en el Juicio Final.
Aparentemente en posición tranquila y relajada. A su izquierda, los pecadores, que mantienen unas posiciones raras, ya que estos irán al infierno.

Si nos fijamos en el parteluz podemos ver una estatua. Pues bien, se trata de una representación de Juan Bautista, denominado "El predicador en el desierto" y fué el que bautizó a Jesus en el Rio Jordan.

En cuanto a los capiteles, pues no hay un tema concreto. Hay diferentes escenas en las cuales se plasman a hombres y animales.


No es un tema habitual en la escultura románica. Durante principio y mediados del románico, aparecían el ellas el Cristo Pantocrator (todopoderoso, creador, redentor, con los dedos cruzados, evangelio en la mano). En esta, se intenta saltar un poco el canon y ya se puede ver un poco de movimiento en algunas figuras.
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La portada mantiene una axialidad perfecta, ya que los elementos que componen la parte izquierda se repiten a la derecha.

Al ser una portada, lógicamente, se trata de ofrecer una visión frontal.

Esta obra de arte pretende ser una 'biblia en piedra' para que la sociedad analfabeta de la época pudiera captar mediante imágenes los hechos de Dios y, por otra parte, enseñar las doctrinas cristianas a todo el mundo.
Para concluir, decir que se aprecia un cierto estilo que rompe con los cánones clásicos.

martes, 19 de febrero de 2013

Majestad Batlló.

Majestad Batlló, es una imagen en madera policromada (Siglo XII) Situándose sobre el 1150 aproximada mente. que presenta a Cristo crucificado en actitud de triunfante o majestad sin rasgos o gestos que dejen entrever el sufrimiento de la crucifixión. Se caracteriza con los ojos abiertos, con una talla esquemática, que combina con cierto sentido del detalle como los que se observan en el pelo y la barba, le faltan los pies y algunos dedos de las manos. Es una de las muestras más interesantes de la imaginería medieval en Cataluña. Su procedencia se ha situado en la comarca catalana de la Garrocha. Esta obra se encuentra expuesta en el museo de arte nacional de Barcelona.

En cuanto a esta talla, debe su nombre a Enric Batlló i Batlló, que la compró en un mercado de antigüedades y la donó en 1914 a al diputación de Barcelona. Esta talla pasó desapercibida en un inicio al llegar al museo cubierta por una capa de barniz que impedía ver su policromía. Se cree que este tipo de iconografía se introdujo por los pisanos, quienes en 1114 entraron para ayudar al conde de Barcelona en su conquista de las Islas Baleares. Está tallada en madera de ciprés y se sitúa su procedencia en Olor en la anterior comarca mencionada. Tiene unas medidas de 94x96 17 cm y la cruz 156x120 cm.

 El Cristo está vestido con una larga túnica con mangas (túnica manicata) y pliegues tubulares paralelos que la recorren en su totalidad, está policromada con círculos de color rojo con fondo azul y motivos vegetales de clara influencia oriental.  La cruz está pintada a base de franjas azules, blancas y rojas y presenta en la parte superior la inscripción en latín "JHS NAZARENOS REX IUDEORUM (Jesús de Nazaret Rey de los Judíos).
En el románico, la madera fue uno de los materiales más empleados para la elaboración del mobiliario litúrgico y las imágenes para el interior de los templos, empleándose para los cristos crucificados dos bloques o troncos de madera, uno para el cuerpo y otro para los brazos, era normal que después de talladas las imágenes se policromaran.  
En cuanto a su simbología, se le reresenta con los ojos abiertos como símbolo del triunfo de la santa cruz sobre la muerte y como el carácter de sus vestiduras como reflejo del apocalipsis.