Análisis:
Estamos
ante una escultura formada por una religiosa en éxtasis ante la presencia de un
ángel.
El
material es el mármol blanco trabajado con una técnica extraordinaria, el
artista ha plasmado a la perfección la escena, con una gran naturalidad.
La
escultura presenta un solo punto de vista, frontal, el fondo de alabastro
refuerza esta impresión. Esta representación, al estar sobre una nube, de
sensación de ingravidez, en realidad el grupo está suspendido en el aire y eso
hace que, aparentemente, parezca carente de volumen.
En su
composición predomina la línea diagonal, que le da movimiento y dinamismo. Nos
encontramos con un aspa (cabeza del
ángel al pie de la religiosa y cabeza de santa hasta el extremo opuesto). Es
una escultura abierta, pues ambas figuras invaden el espacio que les rodea.
La luz
penetra por una ventana, que no podemos ver, creando un efecto casi
sobrenatural, ambientando muy bien la visión de la santa.
En
cuanto al color, como ya hemos apuntado, el grupo presenta el color blanco del
mármol, hemos de indicar que su entorno si es polícromo, pero el enfoque y los contrastes parecen enmascarar su monocromía.
Es una
representación figurativa, naturalista y realista, un realismo un tanto
exagerado, cargado de efectos de teatralidad, especialmente en la religiosa,
con su actitud nos pone de manifiesto que está en un profundo éxtasis, un total
abandono de lo material y una unión con Dios. El ángel, que esboza una ligera
sonrisa, tiene una expresividad menor. También, es interesante estudiar las
vestimentas, el hábito de la santa presenta plegados amplios, mostrándonos el
carácter burdo de la tela, por el contrario la túnica del ángel presenta un
drapeado fino dejando entrever las formas del cuerpo.
Clasificación y comentario:
Estamos
en presencia de una escultura barroca, siglo XVII, realizada por G. L. BERNINI,
llamada “El Éxtasis de Santa Teresa”, pertenece a su tercer periodo. Se basa en
un episodio descrito por la Santa en el libro de su vida, cuando en un arrebato
de amor divino sintió como un ángel traspasaba con un dardo encendido su pecho,
produciéndole a la vez dolor y deleite.
Era un
tema de actualidad pues la Santa había sido canonizada hacia poco tiempo y se
estaba renovando la iconografía. Su finalidad, como las imágenes religiosas del
barroco, era despertar la atención y convencer, enternecer la sensibilidad y
propiciar la devoción.
Fue creado para un
espacio autónomo: La capilla Cornaro en la Iglesia de S. Mª de la Victoria
en Roma. La arquitectura y su decoración están al servicio de la escultura,
como si se tratase de un escenario, todo está pensado para atraer la atención
hacia le nicho donde se encuentra el ángel y la Santa.
En las
paredes de la capilla hay unos nichos con miembros de la familia Cornaro, que
como espectadores asisten a la escena, como nosotros mismos, borrándose la
barrera entre el mundo real y el del arte.
Centrándonos en el momento
histórico-artístico podemos decir que el término barroco, designa la cultura
artística del siglo XVII y surge a finales del siglo XVI en el lenguaje técnico
de los joyeros portugueses aplicándolo a una perla de forma irregular, no
obstante, será a finales del siglo XVIII cuando adquiera un significado
estético, pero con un sentido peyorativo, indicando lo recargado, complicado,
ampuloso... Tendremos que llegar al siglo XIX para que se empiece a valorar su
categoría artística y su independencia.
Podemos indicar como
características fundamentales que: Nace en Italia.
Será el medio propagandístico de la Contrarreforma. Se pondrá al servicio de los monarcas
absolutos, especialmente en España y Francia.
Muchos de los personajes de los cuadros del Caravaggio o Velázquez
parecen sacados del teatro. Así como muchas de las formas arquitectónicas
barrocas parecen grandes escenarios teatrales. Es un periodo de crisis, con un
sentimiento de inseguridad que se reflejará en el arte: búsqueda de lo
inestable, ruptura con lo clásico, dinamismo, violencia...
Volviendo
a la escultura barroca podemos indicar que presenta los rasgos siguientes: Los
materiales varían, la piedra para
exteriores y el bronce, la madera, el mármol y el alabastro para interiores. En
los volúmenes se impone el ángulo desde donde van a ser contempladas. El
movimiento es importante, con
predominio de las diagonales y las formas abiertas. En la iluminación se buscan fuertes efectos de claroscuro. Y la
forma de expresión es naturalista y realista, las figuras aparecerán, en muchos
casos llenas de pasión y movimiento con los ropajes hinchados, desordenados y
agitados.
En
cuanto a los temas serán variados, unos de carácter sagrados, de acuerdo con la
Contrarreforma, pero también los habrá mitológicos y de carácter laico
(retrato). Su finalidad oscilará desde lo meramente decorativo a lo didáctico-
propagandístico.
Centrándonos en nuestro autor, su
obra está llena de realismo, teatralidad y monumentalidad en las composiciones,
movimiento y variedad de puntos de vista. Y podemos dividirla en 4 etapas:
Etapa juvenil, con obras como ENEAS Y
ANQUISES, APOLO Y DAFNE, DAVID… Segunda
etapa: Alto Barroco como ejemplo tenemos a
SAN LONGINOS. Tercera etapa: Periodo medio es el
más atractivo de su carrera con obras como EL ÉXTASIS DE SANTA TERESA, LA TUMBA DE URBANO
VIII… Y La Cuarta etapa: Estilo tardío
con LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO y LA ESTATUA YACENTE DE LA BEATA LUDOVICA ALBERTONI.