lunes, 22 de abril de 2013

Triunfo de Galatea.




Autor: Rafael

Fecha: 1511-12

Museo: Villa Farnesina


Características: 295 x 225 cm.


Estilo: Renacimiento Italiano

Material: Fresco

La pintura que podemos ver es una obra maestra del denominado Alto Renacimiento. Cronológicamente se sitúa en el siglo XVI, el llamado Cinquecento italiano, en el que Roma toma el relevo de Florencia en lo que a innovaciones artísticas y científicas se refiere. Uno de los artistas más influyentes de estos momentos será Rafael Sanzio (1483-1520) , autor de esta obra para la Villa Farnesina de Roma. LLeva por título El triunfo de Galatea, y en ella podemos ver, en primer lugar, la elección de un tema mitológico, como es el de la ninfa Galatea, que aparece en varias historias griegas, siendo una de las más famosas aquella en la que es objeto de amor por parte del cíclope Polifemo. Rafael situá una bella mujer semidesnuda que cabalga sobre el mar ayudada por dos delfines. A su alrededor se sitúa una corte de personajes que adoptan distintas posturas y movimientos. La escena parece estar enmarcada por cuatro figuras de cupidos que dirigen sus flechas hacia la joven. La composición, como es habitual en Rafael, es exquisita y equilibrada. Hay que decir que la armonía compositiva es una de las características más claras del Renacimiento, y en el caso de Rafael esto se ve reforzado por una acertada elección cromática que suele tener en los rojos y los azules sus centros de interés. Pero en estas obras del Alto Renacimiento se llegará a sus máximas consecuencias, y Rafael consigue crear una obra de movimiento contenido en la que nada está acartonado, pero tampoco nada es exaltado ni gratuito. Todo está en su justa medida. Quizás por eso, a partir de los grandes logros de Rafael, Leonardo o Miguel Ángel, se dio paso progresivamente al Manierismo, en el que los cánones clásicos fueron progresivamente evolucionando hacia las formas barrocas del siglo XVII.

Villa Capra.





Mansión construída en piedra, ladrillo, estucado y mármol, situada sobre un pequeño montículo en medio del campo en la ciudad de Vicenza (Italia).
El edificio presenta una planta de cruz griega enmarcada por una forma cuadrangular, extremadamente simétrica, en cuyos brazos se sitúan cuatro entradas totalemente iguales. Éstas están formadas por una escalinata seguida por seis columnas de orden jónico que sustentan un entablamento donde aparece el nombre del propietario (en este caso es el poderoso clérigo Marius Capra Gabrielis) y un frontón triangular en cuyos vértices aparecen tres estatuas. Lo más característico  de esta mansión es, sin embargo, la cúpula que cubre la sala circular central. Esta cúpula está rematada por un óculo y decorada en su totalidad con frescos realizados por diferentes pintores italianos del momento.
La Villa Capra pertenece al estilo renacentista, basado en una vuelta a las proporciones y gustos greco-latinos. Esta mansión está dentro de las villas, una tipología arquitectónica propia del siglo XVI herencia de las casas de campo de origen romano.
Debemos decir que Villa Capra es una obra del arquitecto Andrea Palladio, primer profesional dedicado en exclusiva a la arquitectura. Fue un erudito de la arqueología y estaba fascinado por la antigüedad clásica, la simetría, las reglas y las rpoporciones. Sus edificios presentan ciertos rasgos manieristas por lo que fue considerado impuro por los teóricos del Renacimiento y por los arquitectos del neoclasicismo.

Tributo de la moneda.




Esta obra pertenece al conjunto pictórico que adorna la capilla de la familia Brancacci en la florentina iglesia del Cármine. Dicho conjunto está organizado en torno a un retablo gótico y, está constituido por varios frescos, de los cuales éste se sitúa a la izquierda del retablo. Representa uno de los episodios de la vida de Cristo narrado por San Mateo, en el que se cuenta el milagro producido cuando el recaudador de impuestos exigió a Jesús el pago del impuesto de la alcabala y, éste ordenó al apóstol Pedro que sacase la moneda con la que pagarlo, del vientre de un pez que tenía que pescar en el río que se ve en la escena, hecho que definitivamente ocurrió
.

Masaccio narra en el mismo fresco las tres escenas del milagro, sintetizadas en una sola representación. En el centro vemos a Cristo rodeado por sus discípulos y al recaudador de impuestos (es la figura de espaldas), cuando Jesús ordena a Pedro pescar el pez y extraerle la moneda. A la izquierda, se observa el milagro propiamente dicho, pues vemos a Pedro arrodillado extrayéndola junto a un río pintado con gran sencillez. A la derecha del grupo principal, sobre un fondo arquitectónico, se ve a Pedro entregando la moneda al recaudador. Las diferentes escenas aparecen unidas mediante los gestos, Cristo señala el lugar donde Pedro hará el milagro, mientras el recaudador y las miradas de los apóstoles señalan al otro lado.


Toda la composición aparece enmarcada en un fondo de montañas esquemáticas con algunos árboles, de clara influencia del pintor florentino del Trecento, Giotto, considerado uno de los precursores del Renacimiento. Consigue dominar la inserción de las figuras en el fondo, colocando árboles cada vez más pequeños creando distintos planos. Por el contrario, el escorzo arquitectónico se acerca al espectador. El contraste paisaje-arquitectura hace que la escena se amplíe. Las cuestiones compositivas están resueltas siguiendo los dictados matemáticos de la perspectiva que había enunciado Brunelleschi, lo que resultó ser totalmente revolucionario para el mundo de la pintura.
Las figuras aparecen pintadas con líneas suaves y presentan una gran naturalidad que las aleja de la rigidez medieval. Frente al preciosismo de otras escuelas y pintores (pensemos en “El matrimonio Arnolfini” de Van Eyck, por ejemplo), Masaccio opta por las soluciones sencillas, austeras e incluso angulares que de nuevo nos vuelven a remitir a Giotto, en un intento por recrear fórmulas clásicas.
Los personajes aparecen envueltos en sencillas vestiduras y sorprenden por su sensación de volumen que les dota de una fuerza extraordinaria. Si a esta fuerza volumétrica les unimos los gestos grandiosos que en forma teatral muestran los personajes, el resultado es majestuoso. Miguel Ángel en el siglo siguiente, recogerá el testigo de Masaccio y valorará la fuerza volumétrica de los cuerpos y su sensación de masa.

En cuanto al colorido, se pude ver que se produce un contraste entre el fondo de colores apagados y las figuras, cuyas túnicas brillantes las hacen destacar aún más. Los colores aparecen matizados por la luz, consiguiendo la sensación de volumen mediante un modelado estatuario, con efecto de tridimensionalidad, pareciendo figuras muy corpóreas. Crea vacíos entre la figuración que nos dirigen la vista hacia el fondo y alejan el paisaje, mientras que el uso de colores cálidos en las figuras nos las acercan.

Iglesia de San Lorenzo.



Obra arquitectónica con planta de cruz latina, de tres naves y capillas laterales. Presenta cubierta exterior a dos aguas en la nave central y a un agua en las laterales.

 Construcción realizada en piedra, con mármol para los revestimientos decorativos y material de relleno en las bóvedas.
 Nos hallamos ante un edificio que presenta una planta de cruz latina muy alargada. Está dividido en tres naves a las que se adosan capillas laterales.
La nave central, de mayor altura y anchura que las otras, presenta una arquería con arcos de medio punto sostenidos por columnas corintias, cuyos capiteles sostienen cubos de entablamento con arquitrabe, friso y cornisa. A mayor altura aparece un muro perforado por amplios y esbeltos vanos de medio punto que permiten la iluminación natural del interior del templo. La cubierta interior de la nave es plana, con casetones decorados mediante rosetones dorados sobre fondo blanco.
Las naves laterales presentan bóovedas vaídas que apean, a un lado, sobre las columnas de la nave central y, al otro, sobre pilastras de orden corintio. Sobre éstas, a los lados externos, encontramos óculos de iluminación.
Las capillas de los extremos, siete a cada lado, muestran un acceso con arco de medio punto y se cubren con bóveda de cañón.

Por su parte, el transepto presenta en su frente cinco capillas , todas ellas rematadas con testero plano. La central, a modo de ábside, se alinea con la nave principal y posee el mismo tipo de cubierta adintelada. El testero queda enmarcado por dos columnas corintias sobre las que se alza una tribuna, generando una doble altura en la que se aprecian sendos arcos de medio punto. La otras cuatro capillas se alinean con las naves laterales y se cubren, al igual que éstas, con bóvedas vaídas. Además, posee el transepto otras tres capillas en cada uno de sus extremos, orientadas hacia la cabecera del templo (en un caso) y hacia el crucero (en los otros dos).
Adosados a ambos lados del transepto se encuentran dos amplios espacios, que sobresalen de la estructura del templo. Son las llamadas "Sacristía Vieja" (obra del propio Brunelleschi) y "Sacristía Nueva" (obra de Miguel Ángel).El crucero se cubre con cúpula semiesférica que aparece al exterior cubierta por una estructura a modo de cimborrio.
Al exterior el templo presenta una fachada inconclusa, hecha en piedra y ladrillo, ya que no se llevó a cabo su revestimiento con decoración de mármoles. Sin embargo, hacia el interior, la basílica muestra una contrafachada (obra de Miguel Ángel) que posee en la zona central un balcón sobre columnas corintias que enmarca la puerta principal, quedando a sus lados otras dos laterales.
No hallamos en la propia edificación referencias simbólicas evidentes, más allá de la que nos muestra la propia planta de la basílica, cuya cruz latina es una referencia obvia al más conocido símbolo de la religión cristiana. Por otra parte, la propia majestuosidad del edificio viene a simbolizar el creciente poder de la familia de los Médicis, que encargó su construcción.


La pesca milagrosa- Rafael Sanzio









Para cubrir los frescos quattrocentistas del presbiterio de la Capilla Sixtina, el papa León X encargó a Rafael la ejecución de una serie de diez cartones que serían convertidos en tapiz por el maestro flamenco Pieter van Aelst. Era una excelente oportunidad para comparar el estilo de Sanzio con el de Miguel Ángel  por lo que Rafael no defraudó a su cliente, considerándose como autógrafos la mayoría de los cartones, colaborando con el maestro Giulio Romano y Gianfrancesco Penni. Toda la serie está inspirada en los Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles.Según san Lucas ( 5; 1-12) cuando Cristo predicaba en el lago Genesaret solicitó a Simón Pedro que echara las redes para la pesca, obteniendo una captura tan numerosa que necesitó la ayuda de otra barca. Simón cayo a los pies de Cristo ante tan increíble pesca diciendo: "Señor, apártate de mi que soy un hombre pecador". Jesús le contestó: "Deja de temer; desde ahora serás pescador de hombres". Este es el momento elegido por el pintor para el cartón que contemplamos, destacando el preciso movimiento de las figuras cuyos escorzadas posturas se asemejan a las obras de Miguel Ángel  al igual que el aspecto escultórico y la acentuación de la anatomía. La escena se desarrolla en un amplio y luminoso paisaje, creándose una acertada sucesión de ritmos que refuerza el aspecto dramático y teatral de la composición, anticipándose el maestro al Barroco.

http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/6948.htm

Capilla Sixtina.

El nombre de esta viene financiado por el papa que planeó su proyecto, Sixto IV (1471-1484). La decoración de este siglo de las paredes incluye; las falsas cortinas, las Historias de Moisés (Paredes Sur-entrada) y de Cristo (Paredes Norte-entrada) y los retratos de pontífices (Paredes Norte-Sur-Entrada). En las pared norte destacan los frescos del Bautismo de Cristo y de la entrega de las llaves a San Pedro. En la Pared Sur destaca la Prueba de Moisés, de Botticelli. Fue realizada por un equipo de pintores formado entre otros por Sandro Botticelli y Pietro Perugino. Las dimensiones son 40,9 de largo por 12,4 de alto.

En la bóveda de cañón del techo se pintó un cielo estrellado entre 1481-1482. El 15 de Agosto de 1483 el papa consagró la nueva capilla a la Asunción de la Virgen. Aunque posteriormente se decidió modificar la decoración de este, confiándole la tarea a Miguel Ángel en 1508. En la parte central de la bóveda se encuentran nueve escenas sobre diferentes acontecimientos históricos relatados en la Biblia. Cronológicamente son, Dios separando la luz de las tinieblas, la creación del sol y los astros, la separación de la tierra y las aguas, la creación de Adán, la creación de Eva, El pecado original, la expulsión del paraíso terrenal, sacrificio de Noé, el diluvio universal y la ebriedad de Noé. En Octubre de 1512 se termina totalmente y el día de todos los santos se consagra con una misa solemne. En el conjunto de la bóveda destaca la creación del hombre.


En los espacios entre enjuntas aparecen sentados sobre tronos 7 profetas y 5 sibilas. En las 4 pechinas angulares se observan las Salvaciones de Israel mientras que las enjuntas y lunetos (Paredes Norte-Sur-Entrada) se ven los Antepasados de Cristo. Hacia finales de 1533 el pala Clemente VII encargó a Miguel Ángel la pintura de el Juicio Final en la pared del Altar. La obra se realizó entre 1536-1541. En otras estancias también intervinieron artistas como Rafael, Leonardo y Bramante.  En el Siglo XVI se restauran los frescos del Siglo XV y las capilla en conjunto se restauraron a mitad del pasado siglo. 

La Capilla Sixtina es conocida por ser el lugar donde se eligen a los nuevos papas y ser la capilla de la casa Pontificia. 

Enlaces de interés:
http://es.wikipedia.org/wiki/Capilla_Sixtina