Nos
encontramos ante las obras pictóricas, pertenecientes al arte
gótico, del famoso pintor florentino Giotto (Colle di Vespignano,
1267 – Florencia, 1337), que plasmó en la Basílica de Asís. Giotto
rompió con la 'manera griega' y abrió las puertas de la 'manera
latina': un lenguaje pictórico moderno, en el que triunfa el volumen
plástico, la realidad del paisaje y la gravedad humana.
Sus
composiciones son emotivas, frescas, llenas de vida e irradian un
espíritu humano intemporal. No tenía conocimientos técnicos avanzados de anatomía o
perspectiva, pero destacó por su realismo en su tiempo y sus
pinturas eran consideradas "milagros
del naturalismo"
por sus contemporáneos. Fue
el iniciador del espacio tridimensional en la pintura europea y
contribuyó a la creación del Renacimiento Italiano al pintar
figuras modeladas y humanistas en perspectiva.
Su
importancia en la historia del arte es tremenda. No solo por sus
innovaciones en el ámbito de la pintura, sino porque consiguió
alcanzar un estatus de reconocimiento social excepcional para un
artesano.
Estas
novedades comienzan a materializarse en las Historias
franciscanas de la
Basílica de Asís: una serie de veintiocho frescos que pinta en 1298
sobre la vida de Poverello,
Santo de los Pobres, según aparecía narrada en los textos oficiales
de la orden. En
cada panel del ciclo las figuras se destacan con colores y formas
macizas. En los fondos, el paisaje se dilata; en algunas escenas
incorpora animales y en otras aparece la arquitectura con edificios
cortados a propósito, para que el devoto compruebe la acción que se
desarrolla en su interior.
Aquí os presento los frescos más importantes:
La Visitación.
La Natividad.
La Adoración de los Reyes Magos.
La Presentación en el Templo.
La Matanza de los Inocentes.
El Viaje a Egipto.
El Regreso a Jerusalén.
Cristo hablando con los doctores con un logrado estudio de la perspectiva lineal.
La
Crucifixión. Es una de
las representaciones más primitivas de Giotto, ya muestra el mismo
gusto que mantendrá el resto de su vida a la hora de representar
este tema. Cristo con el paño de pureza hasta las rodillas pero
transparente, lo que aprovecha para realizar un esbozo de estudio
anatómico.
Milagros
de San Francisco: La
muerte y La
Resurección del niño Sessa.
Francisco
entrega su manto a un pobre.
La escena está enmarcada entre dos altas montañas sobre las que se
representan dos mundos, dos formas de vida: una ciudad y un
monasterio, a sus pies Francisco entrega su capa a un pobre, parece
haber decidido ya a qué mundo pertenece.
Renuncia
de los bienes del Mundo.
Ante el enfrentamiento con su padre por su decisión de dedicarse
plenamente a Dios y acusado de esquilmar los bienes familiares,
Francisco no tiene reparos en desnudarse delante de todos en la plaza
de Asís y entregar sus ropas a su padre en un gesto de renuncia de
todos los bienes materiales. El obispo de Asís cubre con su túnica
la desnudez del santo. De nuevo dos ambientes enfrentados: la vida en
el mundo y la vida en Dios.
Visión
del Carro de Fuego.
Mientras unos hermanos duermen en el interior de una iglesia, otros
en el exterior son testigos de una visión única que presenta a San
Francisco volando en un carro de fuego. Se presenta así a Francisco
como el nuevo líder de la cristiandad.
Exorcismo
en Arezzo.
Durante la guerra civil en Arezzo, San Francisco vio gran cantidad de
demonios sobre la ciudad y llama al hermano Silvestre para que los
expulse con un exorcismo, éste aparece levantando sus manos y
ordenando a los demonios que abandonen la ciudad. La pintura muestra
en los laterales dos construcciones monumentales, a la derecha la
ciudad rodeada por una gran muralla y a la izquierda una gran
iglesia. Una gran grieta en la tierra separa los dos ambientes, por
un lado la paz y la fe y por el otro la guerra y el pecado. Por las
puertas de la ciudad asoman ciudadanos que observan la escena.
Milagro
de la Primavera. Se trata de uno de los frescos que resultó más
dañado en el terremoto de 1997. Aparece Francisco orando por agua ya
que el hombre que le prestó la mula está muerto de sed, por eso
aparece en el suelo luchando por el agua que milagrosamente empieza a
surgir de la roca, mientras otros dos franciscanos departen ajenos a
la escena. Destaca el detallismo con el que Giotto ha realizado el
asno.
San Francisco predicando
a los pájaros.
Las aves atienden las palabras del santo que luego las bendice y es
solo entonces cuando echan a volar. Otro fraile asiste impresionado a
la escena. Encontramos mayor detallismo en la realización de los
paisajes que en otras pinturas de Giotto.
Muerte
y Ascensión de San Francisco.
Viendo cercana su muerte, Sen Francisco se trasladó a una pequeña
iglesia para morir rodeado de sus hermanos. En la misma
representación, Giotto introduce el ascenso de su alma al cielo y la
celebración de sus exequias. Para ello establece tres diferentes
niveles, el más bajo con la muerte, el segundo con la celebración
de exequias y el tercero refleja el Reino Celestial recibiendo el
alma del santo, siendo la imagen del santo mostrando los estigmas
dentro de una orla la que preside el conjunto.