Nos encontramos ante una obra escultórica perteneciente al
arte renacentista del Cinquecento de Miguel Ángel.
Esta obra fue un proyecto que realizó Miguel Ángel para el
sepulcro de Julio II (1505). Este proyecto fue “la tragedia de su vida”, ya que
no llegó a realizarse. El primer proyecto presentaba un túmulo exento con más
de 40 esculturas de tamaño natural que superaba en dimensiones y riquezas
cuantas tumbas se habían realizado.
Presentaba una estructura piramidal compuesta de: una base
adornada con Victorias flanqueadas por esclavos; una planta media con relieves
representando gestas del Pontífice, y cuatro grandes imágenes en las esquinas:
Moisés, San Pablo, la Vida Activa y la Vida Contemplativa; y por último
presentaba un ático en el que se mostraba a Julio II sentado en la silla
gestatoria sostenida por dos ángeles.
El programa iconográfico escondía un sentido alegórico de
raíz neoplatónica, que armonizaba la fama temporal con la salvación eterna del
Papa. Debido a las disputas con Bramante nunca llegó a realizarse, y entre 1506
y 1542 sufrió varias modificaciones y reformas.
A partir de 1513, ya muerto Julio II, elabora un segundo
proyecto. En este la composición ya no es exenta sino adosada a un muro de
tamaño más reducido y con algunas variaciones iconográficas. El resultado final
no satisfizo a nadie, empezando por su ubicación en San Pedro in Vincoli, en
vez del Vaticano. De las 47 imágenes proyectadas solo se realizaron ocho: los
dos esclavos de Louvre, los cuatro de la Academia de Florencia y el Moisés que
es la única que se conserva en el mausoleo.
El Moisés y los Esclavos sirven para mostrar dos aspectos de
la escultura de Miguel Ángel: la potencia dramática en estado puro o
terribilitá y el inacabado o non finito.
cincelado le ayudaron en el
taller dos jóvenes auxiliares: Pablo Uccello y Donatello, que mostrarían a su
maestro el nuevo lenguaje artístico de la composición espacial renacentista.