domingo, 10 de marzo de 2013

El Jardín de las Delicias







Se trata de un tríptico de madera pintado al óleo, técnica introducida y generalizada por los pintores denominados "primitivos flamencos".
Se trata de una Obra con una gran carga simbólica. Si observamos la tabla cerrada aparece representada la creación del mundo de manera que aparece la tierra dentro de una esfera de cristal. En su interior, una vez abierto el tríptico, cada tabla representa un tema: "la creación de Adán y Eva" (tabla de la izquierda), "el Jardín de las delicias" (tabla central) y "El infierno" (tabla de la derecha). Por lo tanto, aunque cada tabla refleja una temática diferenciada, todas giran e torno a la aparición del pecado en el mundo, la naturaleza de los pecados relacionados con los placeres terrenales y la consecuencias que el disfrute de estos conlleva con los castigos del infierno.

En la tabla central , la que da título al conjunto de la obra, aparece un paisaje en el que el pecado ha triunfado y multitud de seres humanos, hombres y mujeres sin distinción de su condición social o raza, sucumben a los placeres de la carne. La lujuria parece haberse adueñado de todos y se muestran todo tipo de relaciones sexuales. Así en la parte inferior aparecen numerosos desnudos en grupos o parejas aparecen en actitudes sexuales acompañados de moluscos, conchas así como de frutos rojos (cerezas, frambuesas, fresas) como metáforas de la fugacidad de los placeres sexuales. Igualmente aparecen pájaros gigantes en los que hay que ver connotaciones sexuales como símbolos del deseo sexual. Algunas de estas parejas aparecen dentro de conchas o pompas de cristal que aluden a la capacidad del pecado para atrapar a la persona. En el centro aparece un estanque circular recorrido por un cortejo de jinetes desnudos sobre animales, reales y fantásticos. El estanque podría representar la fuente de la eterna juventud o el estanque del adulterio en el que bañan sus cuerpos mujeres desnudas con tocados de cuervos y pavos, símbolos de la incredulidad y de la vanidad respectivamente. Detrás aparece un estanque en el que convergen cuatro  ríos en alusión a los ríos del Paraíso. Aparecen construcciones imaginarias.
Como vemos son innumerable los personajes y símbolos que llenan esta compleja obra. Sin duda, ésta encierra un mensaje moralizante advirtiendo al hombre de las consecuencias que tiene para el hombre el disfrute de los placeres carnales, que aunque dulces son de breve duración, como los frutos rojos, frente al carácter eterno de las torturas del infierno representada en la tabla anexa. Sin embargo, hay investigadores que han dado un sentido distinto a la Obra pues para ellos la tabla central, en vez de representar los pecados, representaría un estado idílico de un Paraíso de disfrute para el hombre, en el que no existe la vejez ni los trabajos, y que nunca existió como consecuencia del pecado cometido por Eva. No obstante, hay que ver una clara influencia medieval en la obra del Bosco visible tanto en los personajes fantásticos y demoníacos, que enlazan directamente con los bestiarios medievales, como en el recurso a la caricatura y la sátira con un fin moralizante.

La Virgen Blanca








Se trata de una escultura exenta realizada en alabastro policromado perteneciente al estilo gótico (siglo XIII-XV), situándose ya al final del mismo. Está situada en la fachada occidental de la Catedral de León.

 Es una obra escultórica exenta que representa a la Virgen de pie con el Niño cogido con el brazo izquierdo. Ambos personajes establecen una comunicación amable visible en los gestos sonrientes de la madre y el hijo así como en los gestos como el del Niño llevando su mano derecha en una caricia hacia la barbilla de su madre. El cuerpo de la Virgen se arquea por el peso del Niño generando una postura de contraposto y movimiento en todo el cuerpo que rompe el hieratismo de épocas anteriores. Igualmente la madre y el hijo se dirigen mutuamente las miradas, ajenos a cualquier contemplación del espectador, y poniendo fin a la frontalidad característica de la escultura románica.
Si bien los cuerpos quedan escondidos bajo los abundantes ropajes, se observa el deseo de representarlos de manera proporcionada y una búsqueda de la belleza ideal tanto en los rasgos de la Virgen como en los del Niño, éste último representando con gracia infantil. Este naturalismo en la representación también es visible en el tratamiento de los plegados.

La escultura que estamos analizando, característica del gótico, refleja la nueva sensibilidad religiosa. El tema de la Virgen como Teotocos o "trono de Dios", hierática, inexpresiva, alejada de cualquier naturalismo y ajena a los sentimientos humanos, da paso al tema de la Virgen como Madre, estableciendo una conversación con el Hijo y donde los sentimientos y la humanidad de los personajes es visible y cercana. Hay un intento a través del Arte de acercar al creyente a Cristo y la Virgen incidiendo en su faceta más humana, más próxima, de manera que este tema de la Virgen como el Cristo así como el de la Piedad, tema semejante pero en este caso incidiendo en el dolor por la pérdida del Hijo, serán temas recurrentes de la escultura gótica europea.

Retablo de la Cofradía del Espíritu Santo

Retablo de la Cofradía Del Espíritu Santo 



En este retablo cabe decir que esta dividido en calles y cuerpos y que la mayoría de las imágenes pintadas tienen como fondo el color dorado que es símbolo de la divinidad. 

El retablo, de carácter marcadamente popular, se aparta del criterio de valoración idéntica para apóstoles y Virgen, muy propio de las representaciones italianas. Aquí se consigue una gran exaltación de la Virgen acompañada por unos aqpóstoles que parecen tocados por la gracia divina. El resto del retablo nos aproxima a diferentes capítulos bíblicos, tales como la creación del mundo.
También muestra, el retablo, la "Anunciación de la Virgen", el "Nacimiento de Cristo" y la "Epifanía".
El retablo no ha querido descuidar la "Resurrección de Cristo". Este completo programa iconográfico, junto al tratamiento armónico y vivo del color, convierte el retablo del "Espíritu Santo" en uno de los mejores ejemplos de la pintura gótica europea.
El pintor Pere Serra se fija muy bien a la hora de pintar esta obra, pues observa los detalles y los representa con gran minuciosidad. Como ya he dicho anteriormente en esta época se utiliza como matrial para pintar las obras la tabla. También hay que decir que cada imagen está coronada por un marco arquitectónico, pues hace la forma de un arco con entrantes y salientes que forman un lóbulo (podríamos decir que esta forma de arco se utiliza también pero con otra estética en el arte islámico, el cual tiene su nombre: arco polilobulado). También cabe comentar que este retablo tiene mucha decoración arquitectónica como por ejemplo los pináculos que presenta en los laterales de cada calle; además encontramos arcos de medio punto, arcos conopiales y decoración vegetal que rodea todo el retablo. La parte del medio es más ancha y larga porque en ella se encuentra la imagen más importante en la cual se observa una paloma que es símbolo del Espirítu Santo.
Respecto al retablo del Espirítu Santo es una pintura sobre tabla de Pere Serra que fue realizada entre 1393 y 1394 para el gremio del cuero de la ciudad de Manresa, en cuya catedral albergada. Constituye, junto aotras obras de Pere Serra y de su hermano Jaume, la obra maestra de quienes son considerados máximos exponentes del llamado "Trececento catalán".

Palacio Real de París

                 

PALACIO REAL DE PARÍS


                Palacio Real París
Nos encontramos ante una imagen que representa una obra arquitectónica, en el análisis de la obra según su tipología vemos que se trata de un palacio cuyos elementos arquitectónicos son la planta que es de  tres naves una central y dos laterales en posición transversal, el material utilizado es el mármol  Los soportes del edificio son las columnas que se posicionan en la parte principal del edificio sobre una segunda altura, también hay muchos ventanales, en la parte principal hay tres con una forma triangular en la parte de arriba, los demás tienen formal circular.
El edificio no tiene grandes volúmenes ,está repartido por igual.
El aspecto exterior es más bien sobrio.
En cuanto a su identificación, ePalacio Real de París comenzó a construirse en 1624 por encargo del famoso Cardenal Richelieu. De hecho, originalmente era conocido como el Palacio del Cardenal, ya que era propiedad del mencionado personaje.  Las obras se encargaron al arquitecto Jacques Lemercier y gran parte de la decoración interior corrió a cargo del pintor Philippe de Champaigne. Antes de su muerte, el Cardenal Richelieu legó la propiedad a la Corona, motivo por el cual, a pesar de no haber sido nunca residencia oficial de la monarquía, es conocido como Palacio Real.





Palacio Real París




La propiedad del Palacio Real de París consta de un fantástico palacio y unos jardines que fueron abiertos al público en 1784 por Luis Felipe José de Orleans tras una profunda remodelación. Las galerías que encontraremos durante nuestra visita están repletas de comercios, cafeterías y restaurantes.

En los extremos de las galerías funcionaban dos teatros. Esta zona se convirtió en una de las preferidas por bohemios y artistas varios, que buscaban disfrutar de un entorno privado donde cualquier idea podía ser expresada. Sus cafés fueron muy populares y acostumbraban a ser visitados por personajes como Victor Hugo, George Sands, Camille Desmoulins, Henry James, Balzac, Flaubert o Zola.
Actualmente el Palacio Real es la sede del Consejo Constitucional, el Consejo de Estado, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional. Abierto desde 1784, el restaurante Grand Vêfour forma parte integral del Palacio Real. Los jardines resultan interesantes para visitarlos si disponemos de algo de tiempo, con sus fuentes, esculturas y cuidadas flores que iremos encontrando en nuestro paseo. La visita  al Palacio Real culmina con un alto en el Patio de Honor, donde nos esperan sus espectaculares columnas.


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