Necrópolis del Valle de los Reyes
Los hipogeos o "casas de la eternidad" se ubican en posiciones disimuladas y a una altura arbitraria de la fachada rocosa para impedir a los saqueadores el acceso al sarcófago y la profanación de la momia. A pesar de tantas preocupaciones, todas fueron asaltadas, con excepción de la de Tutankhamón.
El Valle de los Reyes fue la necrópolis real de los faraones tebanos del Imperio Nuevo. Fue Champollion el primero en darle este nombre que es con el que se conoce todavía actualmente. De manera oficial, los antiguos egipcios lo llamaban "La grande y augusta necrópolis de los millones de años al faraón Vida Fuerza Salud al Oeste de Tebas". Posteriormente, los árabes pasaron a denominarla Biban el- Moluk.
Actualmente se accede al Valle a través de una carretera asfaltada que sigue el antiguo camino que se usaba en la época faraónica llamado "El Camino donde se pone Ra". El Valle es un uadi (cauce de río seco) abierto, excavado por lasa lluvias que fueron desgastando la zona calcárea, formando una depresión. Se divide en dos ramas: la oeste que se llama Valle Occidental y la rama principal que se encuentra en la carretera por la que actualmente se accede y que se denomina Valle de los Reyes propiamente dicho. Además, el Valle se encuentra dominado por la Cima Tebana,llamada el-Qurn, debido a su forma piramidal. La diosa cobra Meretseger " la que ama el silencio" era considerada la encarnación de esta montaña.
Los faraones de la Dinastía XVIII escogieron este lugar para construir sus tumbas. La razón o una de las razones fue de tipo práctico: debido a la posición y conformación geográfica, no resultaba fácil acceder a este paraje y por otra parte, los medjay podían controlar a los posibles saqueadores de tumbas.
Las entradas a las tumbas en contra de lo que se pueda pensar, no estaban escondidas, sino que se podían ver claramente y los medjay vigilaban el camino que conduce al valle, inspeccionaban con frecuencia las entradas, comprobando si los sellos colocados en el momento del entierro estaban intactos. Sin embargo, estas medidas de seguridad resultaron ineficaces. Cuando terminó el reinado de Ramsés III, se produjo un período de inestabilidad política y social, que fue a peor hasta el final de la dinastía. Fue entonces cuando las tumbas fueron saqueadas y los tesoros que contenían, robados cada vez con mayor frecuencia. Como consecuencia de ello los sacerdotes tomaron la decisión de trasladar las momias reales a lugares más seguros para que no se llevara a cabo ninguna profanación más.
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