sábado, 15 de diciembre de 2012

Basílica de Santa Sabina



Se dice que hacia el año 125 una matrona romana (Sabina) y su esclava, ambas convertidas al cristianismo, murieron por la persecución de los cristianos a manos  del emperador Adriano, pero que antes de morir la matrona donó su vivienda a los cristianos de Roma.
Como un homenaje a tal mártir se levanta en el aventino una basílica consagrada a ella.
Es uno de los escasos templos de la cristiandad primitiva que han llegado hasta nosotros en un estado de conservación bastante fiel a como fue originalmente.
Fue construida entre los años 422 y 432, bajo la dirección del sacerdote Pedro de Iliria. Responde al modelo que se difundió en la arquitectura cristiana primitiva tras la publicación del Edicto de Milán (313), es un edificio basilical, con un eje longitudinal claramente marcado, con una cabecera absidada que enmarca el altar y con un nártex adosado a los pies del templo. Está dividida en 3 naves (siendo la central la más alta y ancha), que están separas unas de otras mediante arcos de medio punto sostenidos sobre columnas de estilo corintio.
La menor altura de las naves laterales permite colocar sobre ellas una hilera de ventanales que junto con los del ábside iluminan el interior de la iglesia.







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