domingo, 16 de diciembre de 2012

Giovanni Battista de Rossi.


Giovanni Battista de Rossi (Roma en 1822 y fallecido en Castel Gandolfo en 1894) fue un arqueólogo italiano. Se doctoró en derecho, pero ya desde muy joven se apasionó por la arqueología. En 1850 descubrió las Catacumbas de San Calixto, cerca de la Vía Apia antigua, junto con Alexandre Panon de Richmont. Responsable de la constitución del Museo cristiano lateranense, hoy parte de los Museos Vaticanos, en 1854 colaboró con Wilhelm Henzen y Theodor Mommsen en la compilación del Corpus Inscriptionum Latinarum.
En 1861 inició la publicación de las Inscriptiones christianae urbis Romae septimo saeculo antiquores («Inscripciones cristianas de la ciudad de Roma, anteriores al siglo VII»), en 1863 fundó el periódico Bullettino di archeologia cristiana y en 1864 publicó el primer volumen de su Roma sotterranea cristiana («Roma subterránea cristiana»). Fue director del Museo cristiano vaticano y presidente de la Pontificia Academia romana de Arqueología.
De Rossi tuvo una verdadera vocación para los estudios arqueológicos. 
Si bien graduado en jurisprudencia, dedicó toda su vida al redescubrimiento científico de las catacumbas cristianas. Buscó sistemáticamente "itinerarios" en las bibliotecas de toda Europa, y tuvo la suerte de encontrar muchos. Guiado por esos escritos, por su intuición y su pasión, de Rossi se puso a explorar palmo a palmo la vía Apia, "Regina Viarum" (reina de las vías) de los antiguos romanos, en busca del sepulcro del papa Cornelio muerto en el 253, de cuyo sepulcro varios libros antiguos daban indicaciones sumarias. De Rossi hurgó, hasta que llegó a descubrirlo.

Pero de Rossi tuvo la suerte de encontrar a Pío IX, el pontífice que gobernó por más largo tiempo a la Iglesia. En ese lapso, dicho papa fue actor y testigo de un difícil período de vida de la Iglesia, del nacimiento del Reino de Italia, del fin del poder temporal de los papas y de Roma convertida en Capital de Italia. Aun en medio de tantas vicisitudes políticas, que perturbaban su función apostólica, supo desarrollar una intensa actividad magisterial y cultural; no última, la de seguir, apoyar y subvencionar los descubrimientos arqueológicos que entonces se estaban efectuando. 

En 1849 saliendo de las galerías subterráneas su ojo experto se posó sobre una losa de mármol despedazada, que había servido de grada de una escalera. "En letras muy antiguas -recordaba- leí la leyenda… NELIVS MARTYR. Era fácil completar el nombre en CORNELIVS". Se trataba de la inscripción sepulcral del papa San Cornelio Mártir, muerto en Civitavecchia en el año 253, y sepultado algún año después en el cementerio de San Calixto. Desde ese momento de Rossi tuvo la absoluta certeza de que las famosas Catacumbas de San Calixto, el cementerio oficial de los cristianos en la Roma imperial del 200 después de Cristo, estaban ahí bajo sus pies.

Había que comprar esas viñas e iniciar las excavaciones. Desde ese momento él se dedicó de lleno a vencer la desconfianza de los docentes de arqueología y de las autoridades. 





Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Giovanni_Battista_de_Rossi
http://mercaba.org/FICHAS/catacombe/16_historia_de_las_catacumbas.htm

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