viernes, 6 de diciembre de 2013




Nos encontramos ante una escultura perteneciente al Arte Romano. Según su tipología, el resalte de la escultura es de bulto redondo o exenta , representa a una figura humana por lo tanto podemos decir que es una estatua y tiene una posición de pie. El material utilizado con el que esta hecha la escultura es el mármol blanco , la técnica utilizada en la ejecución es el tallado y esculpido pero aparece la técnica de los paños mojados que se utilizó tanto en arte egipcio como en el arte griego.
Su género y temática nos dice que es un retrato de cuerpo entero, del Emperador Octavio Augusto con una toga representando al emperador como pontifex maximus, ya que lleva la cabeza cubierta, lo que significa que esta representado como un sacerdote. Esta posando con una actitud oferente con los brazos abiertos. Mide 217 cm y se encuentra en la actualidad en el Museo de las Termas en Roma.




Si nos centramos en la parte de la cabeza de la escultura vemos que es un retrato togado, con una vestimenta religiosa, que le tapa la cabeza con aires helenísticos, por sus rasgos más naturales y cotidianos y no tan idealizados. Es una escultura que describe las facciones del emperador como cabeza suprema del imperio romano. También destaca su flequillo característico de la época. Su rostro es tranquilo y serio,pero con rasgos de superioridad como su posición o vestimenta. Podemos ver en la parte de los pies en la imagen de arriba del todo que tiene espartanas (zapatos) y también  en la mano mostraba la pátera del oficiante pero desapareció esa parte de la escultura. Pero aún así su principal elemento es el velo de la cabeza.

El cargo que tenía como pontifice máximo se le otorgaba al principal sacerdote del colegio de pontifices, y era el cargo más honorable en la religión romana, al que inicialmente sólo podían aspirar los Patricios, hasta el 254 a.c., cuando un plebeyo logró hacerse con el título. En los inicios de la República Romana el título tenía influencia meramente religiosa pero fue ganando poder en el ámbito político hasta la época de Augusto, cuando el emperador lo asoció a la dignidad imperial.

Este cargo, el emperador lo aceptó en el año 12 a.c.. A pesar de su avanzada edad los rasgos siguen siendo juveniles, ya que el rondaba los cincuenta años, respondiendo al prototipo de belleza ideal, que se desentiende del aspecto físico  para representar el rango, la vida interior y el debate que tiene lugar en su conciencia. De esta manera es como quiso ser recordado Augusto: hermoso como un atleta y piadoso con la religión, pero abrumado por la servidumbre del Imperio.




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