Nos encontramos frente a una obra pictórica, en la cual observamos a una gitana practicando la quiromancia en la mano de un joven. En esta pintura podemos observar la picarezca de la mujer, pues aprovenchando que está agarrando la mano del joven, disimuladamente le roba el anillo que este lleva en su mano. Otro rasgo importante y destacable de esta obra es el uso de las luces, pues su autor ha enfocado la luz en aquello que le parece más importante y quiere resaltar, en cambio, el fondo está sombreado.
Esta obra, concretamente, es La Buenaventura del artista italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio
(1571 – 1610), más conocido, simplemente, como Caravaggio. Es una de las
principales figuras pictóricas del Barroco italiano.
La Buenaventura es un lienzo pintado al óleo en 1594. Este lienzo tiene unas dimensiones de 99 x 131 cm. Esta obra se encuentra en el Museo del Louvre, París.
El tema es cotidiano, ya que nos
representa una escena habitual en la Roma de aquella época. En este
caso, la lectura de la mano que realiza la chica gitana al joven para
decirle la buenaventura, el porvenir..., mientras que el chico mira
ensimismado a la chica, esta corresponde con una mirada astuta, ya que
sabe que le está engañando. Caravaggio pintaba del natural, dibujando a
modelos reales de la calle, de ahí el naturalismo, por ello, tanto la
gitanilla como el joven petimetre, llevan las vestimentas propias de
cada uno.
La composición apretada y mostrando media figura, y el fondo neutro y
plano, hace que los personajes destaquen y se separen de él, por lo que
consigue espacio pictórico e introducir al espectador en el cuadro.
El color predomina sobre el dibujo, que apenas se aprecia. La gama
cromática es cálida y contrastada, son colores naturales, donde
predominan los terrosos.
La luz es cálida y dorada (influencia veneciana), imitando al sol, y
procede de un foco externo al cuadro.Es direccional, típico de
Caravaggio.
La obra muestra una comunicación entre los dos jóvenes y hace participar
al espectador, ya que podemos adivinar más o menos, los pensamientos de
los personajes, a través de sus expresiones.
La datación de las dos representaciones de la Buenaventura ha sido
muy controvertida, se cree que la primera versión –que actualmente se
encuentra en Los Museos Capitolinos de Roma- dataría de 1594 mientras
que la versión del Louvre, Paris, sería de un año después, de 1595.
Parece ser que estos fueron los primeros lienzos en los que el
artista trató la escena de género. En ambas versiones los protagonistas
ocupan la inmensidad del lienzo y están recortados de medio cuerpo, un
hecho que hace facilita al espectador su incorporación a la escena como
si estuviese mirando a través de un ventanal a una escena típica de la
época que se desarrolla en un interior.
Un joven bien vestido según los gustos de la época le tiende la mano a
una muchacha para que ésta le lea la buenaventura. Ella es bella y
aunque su condición es más humilde que la del joven aparece limpia y en
una actitud descarada. El joven aparece ensimismado manteniendo
una intensa mirada con la joven y parece no darse cuenta que ella, con
mucho disimulo, está quitándole el anillo de su dedo.
En la versión del Louvre los personajes están más definidos y la obra presenta mayor calidad. En ambos lienzos el fondo se mantiene neutro una característica propia del artista barroco,
los personajes están recortados contra una pared y en ella se proyectan
algunas sombras. La luz procede de un foco exterior e incide
directamente sobre los personajes pero aún no vemos el afamado
tenebrismo caravaggiesco.
Ambas obras presentan una fuerte simbología que tiene que ver con el engaño
y la adulación; la seducción de las mujeres “de mala vida” a ingenuos
varones. En algunas ocasiones se ha mencionado que las obras de
Caravaggio pudieron servir para ilustrar un madrigal de la época que
trata este mismo tema o que incluso éste podría ser la fuente de
inspiración del artista, sin embargo ninguno de estos hechos ha sido
probado.
En cuanto al autor de la obra, Caravaggio ha sido mundialmente conocido por sus pinturas de altísima
calidad artística y por la incorporación de un nuevo tratamiento
lumínico que traspasó las fronteras de Italia, el tenebrismo.
Bajo esta denominación se conoce la nueva estética lumínica que el
artista utilizó en sus obras de madurez y a través de la cual se opta
por iluminar intensamente y con un foco de luz artificial y exterior la
escena principal del lienzo mientras el resto queda sumido en una
profunda penumbra y oscuridad.
El artista tuvo una vida tumultuosa en la que su fuerte carácter le
costaría más de una refriega con las autoridades; su avanzada capacidad
artística no siempre fue bien comprendida y a menudo mantenía acaloradas
disputas con los comitentes. El artista buscaba el realismo en sus
obras, un hecho que le llevó a utilizar modelos populares para la mayor
parte de sus lienzos.
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