viernes, 13 de mayo de 2016

Las tres Gracias

Estamos ante una obra pictórica. En la imagen aparecen las tres gracias de la mitología griega. Se representan a dos de ellas de perfil y la del medio, de espaldas con la cabeza vuelta, estando las tres con el cuerpo desnudo.El trío está enmarcado con un árbol a la izquierda que se tuerce y quiebra con contraste cromático y el color de una gasa en la rama y a la derecha hay un cupido con una cornucopia dorada de la que cae agua y arriba del cuadro una guirnalda de flores. A esto se le une un gran colorido y luz, con un fondo en el que se representa un paisaje en el que hay una serie de animales. Están representadas con un peinado de la época, desnudas y reunidas, pero conectadas entre sí a través de los brazos, el velo transparente y las miradas, parecen iniciar una danza al tener todas una actitud delicada y un pie retrasado. Se caracterizan por la flacidez de sus carnes y la ampulosidad de sus contornos.El colorido es muy brillante y predomina el color sobre el dibujo.


 Aplicando la teoría, sabemos que se trata de Las tres Gracias. Es un cuadro del pintor barroco Pedro Pablo Rubens, realizado en 1368 expuesto en el Museo del Prado de Madrid, España. Está pintado al óleo y mide 221 cm de alto por 181 cm de ancho. 

Historia:
Las Tres Gracias es la obra más famosa de Rubens. Fue adquirida por Felipe IV entre los bienes del pintor, subastados tras su fallecimiento -el 30 de mayo de 1640- pasando a decorar alguna de las salas del Alcázar de Madrid. El hecho de estar pintado sobre tabla indica la relación del maestro con la pintura flamenca antigua. Las Tres Gracias se llamaban Eufrosine, Talía y Anglae y eran hijas de Zeus y Eurymone. Siempre aparecen desnudas ya que la belleza no necesita cubrirse. Son las representaciones de la afabilidad, la simpatía y la delicadeza. El asunto y la manera de tratarlo se remontan al arte clásico pero fue Rafael, en el Renacimiento, quien lo recobró.


 
Las Gracias (Rafael)

Análisis de la obra:
Rubens mantiene la composición del italiano, pero cambia la relación entre las tres figuras que están conectadas entre sí a través de los brazos, el velo y sus miradas, es decir, psicológicamente, dando así nueva unidad al grupo. También ha cambiado el canon de belleza, empleando el típico de sus pinturas, con mujeres entradas en carnes pero proporcionadas, elegantes. La sensación de movimiento y gracia que irradian las tres jóvenes es excelente, obteniendo el efecto de invitar al espectador a integrarse a la escena. Las flores de la guirnalda superior y el fondo de paisaje acentúan la belleza del conjunto. El fuerte foco de luz que utiliza el maestro resalta el colorido perlado de las muchachas, en cuyos rostros creen algunos reconocer las facciones de las dos esposas del pintor -Isabella Brant y Hélène Fourment- mientras otros opinan que se trata de diferentes variaciones de ésta última. La belleza femenina de la pintura de Rubens está resumida en este magnífico trío.

 
Rubens: 
  Como características de su obra destacan:
– Dinamismo y movimiento de las figuras y la composición, con esquemas diagonales.
– Colorido intenso y cálido, inspirado en la pintura veneciana.
– Exuberancia de las figuras: hombres musculosos, mujeres carnosas y sensuales que se agrupan en composiciones de ritmo turbulento en formas enroscadas.
– Cultivó todos los géneros y su influencia fue enorme.

Como pintor religioso: crea composiciones grandiosas y teatrales, con aspecto a veces de escenas cortesanas, como La Adoración de los Magos, que conectan con el sentido triunfal y el deseo de magnificencia de la iglesia católica. Otras obras son:La Caída de los Condenados y El Descendimiento
                                        
                                                     La caída de los condenados

Los temas mitológicos son un pretexto para introducir desnudos dinámicos y actitudes teatrales movidas; son composiciones de tipo histórico-alegórico en las que junto a los personajes de la historia aparecen las divinidades del Olimpo: los desnudos de carnes abundantes, blandas y nacaradas, para los que utilizó a veces como modelos a sus esposas. Destacan entre ellos: El Rapto de las hijas de Leucipo y El rapto de las Sabinas, El juicio de Paris y Las tres Gracias.
El juicio de Paris

Como retratista, crea un tipo de retrato cortesano, en el que más que la psicología del personaje, cuida el vestido y el escenario como símbolo de su categoría social. Destacan Retrato de Elena con sus hijos, La mujer del sombrero de plumas, El Retrato de María de Médicis o su propio Autorretrato.
María de Medicis
Sus paisajes de taller revalorizan la vida rural, de juegos de luces dramáticas y una naturaleza movida, basándose en nubes, caminos y troncos que se retuercen: Paisaje con Filemón y Baucis, La Vuelta del Campo
 
Paisaje con Filemón y Baucis

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