Nos encontramos frente al tímpano de una iglesia, concretamente, el tímpano de la puerta occidental de la iglesia de San Lázaro, en Autum, Francia. Este tímpano es uno de los ejemplos más relevantes de la escultura románica del siglo XII. Su autor autor es Gislebert, el cual firmó con su nombre en los pies del Cristo que preside el tímpano. Está labrado sobre piedra, y en su origen fue policromado.
La plástica de este periodo es antinaturalista. La representación se basa en la repetición de pautas y estereotipos. Las figuras son rígidas y no expresan ningún sentimiento, reflejando los valores de una sociedad feudal. Una sociedad en la que impera la teología neoplatónica agustiniana, la desconfianza hacia el mundo de los sentimientos que se considera imperfecto y que nos puede conduciar al pecado.
Las figuras son símbolos y deben transmitir valores ligados a una sociedad profundamente religiosa.
Las figuras son símbolos y deben transmitir valores ligados a una sociedad profundamente religiosa.
Según la tradición cristiana, San Lázaro fue el primer obispo de Marsella, martirizado en época romana y enterrado Autum, Francia. Este hecho es el que explica que a este santo esté dedicada la catedral de la ciudad, la cual se comenzó a construir en el año 1120.
Centrándonos en el tímpano, una de las obras maestras de esta catedral, podemos ver que en él se representa el tema del Juicio Fina. Este tema se ponía en la portada de las iglesias con el fin de mentalizar a los fieles, haciéndoles saber lo que podría pasar en el momento de la muerte, en caso de haber sido buenos cristianos, ascender al cielo, y por contrario, ir al infierno. Se ponía en forma de imagen y no de forma escrita debido a que la mayor parte de la población era inculta, así que de este modo percibían rápidamente la idea que la iglesia quería transmitirles.
En el centro nos encontramos con Cristo en actitud de juez, muy estilizado y enmarcado por una mandorla. Cristo llevará a cabo el juicio que ha de celebrarse en el momento del juicio final, la muerte.
A la izquierda de Cristo se encuentran las bienaventurados, entre los que vemos a algunos apóstoles, obispos, niños e, incluso, peregrinos. Sobre ellos hay unos ángeles con trompetas que anuncian la salvación de estos, y los encaminan hacia el cielo,que en esta obra se representa como un edificio de grandes ventanales.
En el lado opuesto hallamos a los condenados. Aparece el arcángel San Gabriel pesando sus almas, mientras que un demonio -haciendo trampa- intenta descompensar la balanza para que las malas acciones supongan un peso mayor, lo cual le implique a la condenación. También, se representa el mismo infierno lleno de demonios.
También, podemos ver debajo que los muertos están resucitando, incluso los vemos saliendo de sus ataudes. En la izquierda, nos encontramos a los personajes que levantan sus brazos hacia el cielo, donde encontrarán la felicidad al lado de su Dios. Por su parte, los que están en la derecha se encuentran temerosos al saber lo que les espera en el infierno. Como punto de separación, está el arcángel San Miguel, que por un lado separa a los salvados y por otro a los condenados.
El Juicio Final, es contemplado desde ambos lados de Cristo por la Virgen con un ángel anunciador por un lado, y por los profetas Enoch y Elías al otro lado. Y en el parteluz o intradós de la portada aparece esculpido San Lázaro ataviado de obispo.
En la arquivolta superios de la portada el artista talló todo un zodiaco con sus correspondientes signos y una representación de los meses con los trabajos del año. Allí podemos ver la vendimis o la siembra junto a una escena u otra de coacción de pan, esto está representado en la parte exterior de la arquivolta. En la parte interior encontramos formas vegetales.
En el centro nos encontramos con Cristo en actitud de juez, muy estilizado y enmarcado por una mandorla. Cristo llevará a cabo el juicio que ha de celebrarse en el momento del juicio final, la muerte.
A la izquierda de Cristo se encuentran las bienaventurados, entre los que vemos a algunos apóstoles, obispos, niños e, incluso, peregrinos. Sobre ellos hay unos ángeles con trompetas que anuncian la salvación de estos, y los encaminan hacia el cielo,que en esta obra se representa como un edificio de grandes ventanales.
En el lado opuesto hallamos a los condenados. Aparece el arcángel San Gabriel pesando sus almas, mientras que un demonio -haciendo trampa- intenta descompensar la balanza para que las malas acciones supongan un peso mayor, lo cual le implique a la condenación. También, se representa el mismo infierno lleno de demonios.
También, podemos ver debajo que los muertos están resucitando, incluso los vemos saliendo de sus ataudes. En la izquierda, nos encontramos a los personajes que levantan sus brazos hacia el cielo, donde encontrarán la felicidad al lado de su Dios. Por su parte, los que están en la derecha se encuentran temerosos al saber lo que les espera en el infierno. Como punto de separación, está el arcángel San Miguel, que por un lado separa a los salvados y por otro a los condenados.
El Juicio Final, es contemplado desde ambos lados de Cristo por la Virgen con un ángel anunciador por un lado, y por los profetas Enoch y Elías al otro lado. Y en el parteluz o intradós de la portada aparece esculpido San Lázaro ataviado de obispo.
En la arquivolta superios de la portada el artista talló todo un zodiaco con sus correspondientes signos y una representación de los meses con los trabajos del año. Allí podemos ver la vendimis o la siembra junto a una escena u otra de coacción de pan, esto está representado en la parte exterior de la arquivolta. En la parte interior encontramos formas vegetales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario