Este edificio fue promovido por el cónsul Marco Agripa,
yerno del emperador Octavio Augusto, quien se lo regaló a la recién fundada
ciudad entre los años 16 y 15 a.C., según consta en las inscripciones aún en
sus dos puertas de acceso. El teatro romano de Mérida fue diseñado siguiendo
los preceptos vitruvianos, y su construcción se apoya en la falda de un cerro
para proteger a los espectadores de los vientos. Estuvo en uso hasta la segunda
mitad del siglo IV, sufriendo algunas remodelaciones en siglo I y II d.C. Originalmente tenía un aforo para unas 6.000
personas y ha mantenido completas las partes en las que se sentaban los espectadores
según su clase social: la cavea ima, la cavea media y, por último, la cavea
summa, que ocupaba la zona más elevada del teatro. Los tres sectores estaban separados
por anchos pasillos, llamados praecintores. La summa cavea o gradería alta era
el lugar reservado para los esclavos y las clases menos favorecidas. En la
actualidad es la más deteriorada por el hundimiento de las bóvedas. La media
cavea, compuesta de cinco filas de gradas, acogía a la plebe libre. La ima
cavea o gradas inferiores esta formada por 22 filas de asientos reservados a
los caballeros.
Fuente: http://iesjorgejuan.es/sites/default/files/apuntes/sociales/historiadelarte2/tema4arteromano/4.13_comentario_teatro_romano_merida.pdf
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