La capilla de Villaviciosa fue la primitiva Capilla Mayor de
la Mezquita Catedral de Córdoba y fue levantada en el lucernario de Alhakén II
entre los años 1257 y 1274.
Fue transformada a finales del siglo XV, convirtiéndose
entonces en una nave con arcos apuntados de cantería y moldura gótica, cubierta
a dos aguas y arcos formeros de medio punto. Nos encontramos ante el único
ejemplo en Córdoba donde se utilizó una techumbre de madera sobre arcos
diafragmas; de ahí el interés por su análisis, aunque también reside en el
ajuste de una concepción arquitectónica del gótico tardío a las formas
musulmanas previamente existentes, magistralmente realizado. Esta techumbre es
la única de este tipo existente en Córdoba y se debió realizar a finales del
XV. En esta época ya habían llegado a Córdoba las bóvedas estrelladas, que
constituían la cubierta más frecuente en aquel entonces; por tal motivo, la
techumbre de la nave de Villaviciosa es una excepción en la ciudad. Su
construcción pudo estar condicionada por la cubrición de las naves musulmanas
con techumbres de madera. En cuanto a los antecedentes, hay que señalar que se
venía utilizando comúnmente desde mucho tiempo antes, en numerosas iglesias
gallegas y catalanas, de forma que se extendió por toda la Península.
Mientras que en uno de sus lados se respetaron los arcos de
herradura de la mezquita, con sus respectivas columnas, en el lado opuesto se
hicieron arcos sobre anchas pilas de ángulos redondeados, como si se hubiera
embutido una columna en cada uno de ellos, por lo que resultan semejantes a las
del claustro de San Jerónimo, construido a fines del XV y principios del XVI.
Las ventanas son abocinadas y lucen vidrieras neogóticas. A
los pies tiene un rosetón de tracería gótica. El lucernario fue profundamente
restaurado por Ricardo Velázquez Bosco a comienzos del siglo XX, momento en el
que fueron trasladadas a este lugar muchas de las laudas sepulcrales que
contiene, mereciendo destacarse la del obispo Alonso Manrique, que luce su
escudo episcopal entre motivos ornamentales mudéjares. La Capilla de Villaviciosa fue el lugar de cumplimiento de
todas las obligaciones y devociones hasta 1607, en que todas fueron trasladadas
a la nueva Capilla Mayor. Desde 1607 se dedicó al culto y honra de Nuestra
Señora de Villaviciosa, cuya imágen, correspondiente al siglo XIV, se veneró
aquí desde entonces.
La bóveda que cubre la capilla se levanta sobre una planta
rectangular. Los huecos o lucernas surgieron en la línea de arranque de los
arcos . Y mientras cuatro de éstos unen los puntos medios de los flancos,
concretando el dibujo de un cuadro, otros cuatro, que se unen de dos en dos, se
integran por los centros de los anteriores. El cuadrado del centro da lugar a
un octógono por un cerco de figuras triangulares, y consigue una bóveda de doce
gallones, llamados así porque traen a nuestra imaginación los gajos de una
gigantesca naranja. Los cuatro ángulos de la planta cuentan con cuatro bóvedas
pequeñas, inercaladas de otros gallones y estrellas que han surgido del acto
creador de los arcos entrelazados. Los sillares de la capilla se hallan
dispuestos a soga y tizón.
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