Del tema de Arte Prehistórico también salió en Selectividad, hace ya algunos años, la imagen de la Cova dels Cavalls, de Tirig, en Castellón. La entrada en nuestro blog la realizó Sergio. ¡Gracias!
Está ubicado en la margen izquierda de la Valltorta, en lo alto de un acantilado, y a unos 80 m sobre el fondo del barranco. Se trata de un abrigo de 14,1 m de arco por unos 10,5 m de cuerda orientado al Oeste. Atendiendo a su forma, puede dividirse en dos cavidades de extensión más o menos equivalente en lo que a superficie decorada se refiere. Entre las distintas pinturas que contiene cabe destacar la representación de una cacería de ciervos en la que cuatro arqueros están disparando sobre una manada de animales compuesta por un ciervo macho, siete ciervas y dos cervatillos. Por la edad y el sexo de los animales pintados se sabe que el artista prehistórico representó a una manada de ciervos en otoño, cuando los venados se apropian de los grupos de hembras y los cervatos nacidos en primavera todavía conservan el pelaje moteado.
http://www.arqueomas.com/peninsula-iberica-arte-rupestre-abrigos-del-barranc-de-la-valltorta.htm
http://elmundodemarialopez.blogspot.com.es/2008/12/prehistoria-cacera-de-ciervos-castelln.html
HAY VARIOS ENLACES A DESTACAR:
CACERÍA DE CIERVOS. ABRIGO DE LOS CABALLOS, BARRANCO
DE LA VALLTORTA. CASTELLÓN.
Análisis:
Estamos ante la representación de
una cacería de cérvidos realizada sobre roca, pintura rupestre. En cuanto a la
técnica se debieron utilizar pinceles de pelo, plumas u otros materiales
orgánicos, llevando a cabo una pincelada acabada.
Los contornos de las figuras están
bien delimitados, no existe modelado y los colores son planos, también vemos
que hay un par de figuras que no están totalmente rellenas de color, lo que se
podría interpretar como un alarde de un cierto realismo (moteado de las pieles
de los animales). Podemos apreciar que carece de perspectiva, todas las figuras
están en primer plano. En realidad es una representación plana, lineal y sin
volumen.
En cuanto a su iluminación, son
pinturas realizadas para ser contempladas bajo la luz solar dentro de abrigos
naturales.
La composición es sencilla, enfrenta
a los arqueros con los animales,
basándose en la combinación de líneas horizontales, las flechas, arcos y
brazos, con las verticales que forman las patas de los animales.
Finalmente, podemos decir que es una
representación figurativa, más
naturalista con relación a los animales que a la figura humana. Vemos que los
cazadores están representados de una manera esquemática, se muestran gestos y
no anatomías, con una gran estilización que pretende mostrar el ímpetu de una
cacería, si nos fijamos veremos que los cuerpos acaban siendo un elemento más
de los arcos en tensión. Incluso para aumentar el movimiento, los animales
abren extremadamente sus patas y se ubican en forma diagonal.
Clasificación y comentario:
Estamos
ante una pintura del Mesolítico (3500-2000 a. C.), realizada por las tribus de
la zona levantina y se trata de la Cacería de Ciervos, en el Abrigo de los
Caballos, ubicado en el Barranco de La Valltorta (Castellón).
A finales de la última glaciación,
en torno al 9000-8000 a.C. se produce un cambio importante en las formas de
vidas de los humanos y este hecho va a repercutir
en
su arte. El artista deja las cuevas del Paleolítico de la zona
franco-cantábrica y se decantará por los abrigos naturales ubicándose en la
zona mediterránea.
Sus características serán distintas
a las del periodo anterior, el Paleolítico. En primer lugar, se realizaron para
ser contempladas no bajo la luz del fuego sino bajo la luz solar. Se
representarán escenas, en las que junto a los animales ahora va a aparecer la
figura humana, normalmente pequeñas, estilizadas y recurriendo a formas
estereotipadas, en las que el movimiento va a ser muy importante, recurriendo a
efectos expresionistas: piernas abiertas, músculos exagerados y la utilización
de la diagonal, como podemos contemplar en la imagen que estamos comentando.
Los animales más representados serán
ciervos, como en la pintura que estamos analizando, cabras montesas, jabalíes,
toros, caballos, insectos… Entre las figuras humanas destacan las masculinas,
armadas con arcos y flechas y en segundo plano las femeninas, más escasas,
vestidas con faldas largas y el torso descubierto.
Predomina la monocromía, silueteando
las imágenes en blanco, negro o rojo.
En cuanto a los temas nos
encontramos con tres grandes bloques: actividades económicas (caza,
recolección, ganadería…), aquí podíamos ubicar nuestra pintura; escenas de
guerra; y escenas lúdico-religiosas (danzas, hechicería…).
Con relación a su significado,
también podemos pensar que pudiera ser de
tipo religioso o propiciatorio, similar a las del Paleolítico, aunque sabemos
que su intención sigue siendo muy discutida. En este caso la temática es más
amplia y en ocasiones pudiera ser que su finalidad fuera meramente narrativa.
Otros
ejemplos pueden ser “Mujeres danzando en
el abrigo de Cogull, Lérida”, “Recolección de miel, cueva de La Araña, en
Bicopr, Valencia”…
Las pinturas rupestres levantina
superarán el Mesolítico y se adentrarán
en el Neolítico y en la Edad de los Metales.
OTRO COMENTARIO MÁS:
”Cacería de ciervos”.
Cova dels cavalls. Conjunto rupeste de La Valltorta
(Castellón). h. 6000 a.c.
El final
de la última glaciación, alrededor del 8.000-9.000 a.c. supone un cambio
importante de hábitos y formas de vida de los humanos, que lógicamente tendrá
su repercusión en sus manifestaciones artísticas. Éstas no desaparecen, pero
cambia notablemente su situación, ahora en abrigos más abiertos que las cuevas
paleolíticas, cambian las técnicas artísticas y cambian sobre todo los temas y
la composición de las obras pintadas. La expansión espacial de estas pinturas
también es mayor. Las manifestaciones artísticas que se desarrollan en este
amplio periodo de tiempo son diversas: en primer lugar el llamado arte
epipaleolítico europeo, etapa de transición hacia el mesolítico, que a su vez
es una etapa intermedia entre el Paleolítico y el Neolítico, tratándose por
tanto de una fase de cambios, del fin de una sociedad nómada y de cazadores,
que progresivamente se irá asentando en zonas fijas. También se incluye en este
periodo el arte rupestre desarrollado en el norte de África, especialmente en
el área sahariana; el arte rupestre de Escandinavia y Rusia, y sobre todo el
fenómeno aislado que representa el arte levantino en España. Es en relación a
este último, en el que centramos nuestro estudio inmediato por razones obvias:
no sólo de proximidad cultural y geográfica, sino por la enorme importancia de
sus obras y su carácter extraordinariamente singular.
Así como la pintura paleolítica peninsular encuentra
paralelismos muy semejantes con otras de ámbitos geográficos diferentes, como
ocurre entre las obras de las cuevas cantábricas y las del sur de Francia que
se pueden considerar hermanadas, la pintura prehistórica levantina es un hecho
aislado, circunscrito exclusivamente al ámbito peninsular. Sólo algunos
conjuntos saharianos pueden resultar parecidos, pero son un fenómeno distinto
en cualquier caso.
La mayoría de
las pinturas se encuentran situadas en las paredes, cornisas y covachos rocosos
de las serranías que se extienden desde los Pirineos hasta la Penibética, si
bien las zonas de mayor concentración de obras y también las más importantes se
encuentran en la Serranía de Albarracín (sur de Teruel y norte de Cuenca);
Maestrazgo y Bajo Ebro (sur de Tarragona y norte de Castellón) y sur del País
Valenciano.
En cuanto a su
cronología sigue aún hoy en día la controversia, no pudiéndose establecer
todavía una cronología segura para estos conjuntos. Al principio de las
investigaciones, autores como el abate Breuil u Obermaier pensaban que se
trataba de un arte paleolítico realizado por etnias distintas de las del norte
peninsular, por eso eran tan diferentes. Más adelante en base a los propios
yacimientos y la fauna representada que en ningún caso era paleolítica, se
consideraron los conjuntos de una cronología mucho más reciente, que oscila
según los autores entre los 6.500 años a los 5.000 según otros. Para algunos
por tanto son obras que podríamos considerar Mesolíticas si bien para otros son
representaciones relacionados con las primeras manifestaciones Neolíticas del
Mediterráneo. De todas formas y como una prueba más de la disparidad de
criterios existente, todavía hay investigadores que mantienen cronologías
paleolíticas, entre 12.000 y 11.000 años de antigüedad, aunque sin duda son las
menos defendidas.
En cuanto a sus
características plásticas, su técnica y temáticas observamos también notables
diferencias respecto a las pinturas paleolíticas franco-cantábricas. Tampoco se
puede decir que su uniformidad sea demasiado evidente entre todas ellas, de tal
forma que se notan variaciones acusadas producto de diferencias regionales y de
la dilatada cronología en que se desarrollaría el devenir de este arte, pero a
pesar de todo se pueden establecer unos criterios comunes para este arte
levantino.
Desde un punto
de vista puramente técnico se advierten estas carcacterísticas: La utilización
de pinceles de pelo, plumas finas, u otros materiales orgánicos para la
aplicación de la pintura. Parece que en este caso no se utilizaban los dedos ni
la técnica del soplado para la difuminación del color, como en época
paleolítica
Los colores utilizados son
el rojo, el negro y el blanco, cuyos orígenes naturales serían los mismos que
en la época paleolítica, aprovechándose en este caso el carbonato de calcio
para la coloración blanca. Sobre esta base los matices cromáticos son
múltiples, a veces conseguidos por el propio pintor y otras producto de efectos
naturales, como el grado de humedad, la conservación, el tono de la roca, etc.
También en este tipo de pintura se emplearían aglutinantes orgánicos y
suponemos que principalmente la grasa.
Desde el punto de
vista estrictamente artístico es donde se advierten mayores diferencias
respecto a la pintura paleolítica franco-cantábrica: en primer lugar aparece la
figura humana, elemento ajeno a la pintura paleolítica. Además es habitual, que
las imágenes representadas creen escenas y no aparezcan aisladas como en la
etapa anterior.
Su solución
plástica abandona el realismo característico de la etapa paleolítica y tiende
ahora a una esquematización, rayana en la geometrización, que otorga a las
figuras mayor expresionismo. Si aquella era una pintura característica de
tendencias naturalistas, ésta lo es de propuestas simbólicas.
Tampoco hay una
gradación de color, sino que por el contrario las figuras son monocromas y
además presentan una aplicación de colores planos. Hay casos en que las figuras
no están rellenadas totalmente de color, lo que suele interpretarse como un
recurso a veces de realismo (el moteado de la pieles de los animales), o
incluso para dar sensación de volumen. Puede incluso que se trate de obras
inacabadas.
Otra
característica es que la mayoría de estas obras son pinturas, no existiendo
prácticamente el grabado, mas que a veces como perfilado.
Las figuras son
pequeñas, aunque es habitual la existencia de un gran número de ellas en cada
escenificación representada. Los recursos plásticos suelen utilizar todo tipo
de fórmulas estereotipadas, así sobre todo la sensación de movimiento que se
transmite a base de efectos muy expresionistas: se estilizan las figuras, se
abren en extremo las piernas de los corredores, se exageran los músculos, e incluso
en un recurso verdaderamente avanzado se disponen composiciones en diagonal,
para acentuar esa sensación de movimiento.
El resto
de manifestaciones sacrifican el realismo en beneficio de un esquematismo casi
geométrico, pero que potencia el expresionsimo, objetivo central de este tipo
de representaciones, más orientadas a la narración documental, que a la visión
realista y totémica del arte paleolítico.
En cuanto
a la temática abundan principalmente tres grandes áreas de contenidos dentro de
las cuales la variedad de temas es grande. Estos tres son : actividades
económicas (caza, recolección, agricultura, ganadería, monta, etc); escena de
guerra; escenas lúdico-religiosas (danzas, fecundación, hechicería, rituales,
etc).
Es evidente por
tanto que de ello se deduce tambíen una significación de tipo religiosa o
propiciatoria, similar a las de la época paleolítica, aunque en este caso la
temática es mucho más amplia y en ocasiones pareciera que la pinturas tuviesen
también una intención meramente narrativa. En cualquier caso y al igual que
ocurría en la pintura paleolítica, las hipóstesis al respecto siguen siendo
múltiples y ninguna es de momento en el estado de nuestros conocimientos,
rechazable.
En este
comentario de hoy comentamos una obra conservada en los abrigos rocosos de la
Valltorta, en concreto en la Cova dels cavalls. Asistimos a una escena
de caza en la que se trata de reproducir todo el dinamismo y la tensión del
momento. De ahí que en esta escena como en pocas se haya ejecutado con mayor
intensidad el sentido del movimiento.
Para ello se
vuelve a la característica esquematización de las figuras, que pierden por
completo su referencia real, pero consiguen un efecto plástico enormemente
ilustrativo y por tanto expresivo de la idea que se quiere representar.
Obsérvese a los cazadores
extraordinariamente estilizados, con cánones también desproporcionadamente
grandes, y cuyos trazos esquemáticos representan el gesto y nunca su anatomía,
en este caso el ímpetu y la tensión del disparo de sus flechas, hasta el punto
de ser los cuerpos como un elemento más de los arcos en tensión. Para mayor
efecto dinámico los animales abren extraordinariamente las patas y se colocan
en una disposición diagonal.