Nos encontramos ante una obra
pictórica, concretamente con la cámara de ofrendas de la tumba de
Nefertari, localizada en el Valle de las Reinas en Tebas. Situamos
esta obra en 1265 a.C.
Esta obra es una pintura parietal,
pintada en la cámara de ofrendas de la tumba de Nefertari, esposa de
Ramsés II. En el muro izquierdo escena y fórmula escrita de la
petición de Nefertari a Thot, de cabeza de ibis, dios de la
escritura y del saber, para que le proporcione tinta y recado de
escribir que necesitará en el otro mundo. En la otra pared la reina
hace una ofrenda de paños y pieles a Osiris.
Esculturas y pinturas se concibieron
para decorar tumbas y templos. Las imágenes de los dioses y los
faraones tendieron al hieratismo, mostrando mayor vivacidad las
escenas civiles. Los materiales utilizados fueron basalto, granito,
caliza y madera: y la policromía quedó estandarizada en carnaciones
tostadas para los hombres y amarillentas pálidas o rosadas para las
mujeres. Las pelucas eran negras y las vestimentas blancas.
Los egipcios se distinguieron de las
demás civilizaciones fluviales contemporáneas por buscar
deliberadamente el canon de belleza ideal del cuerpo humano.
Sintetizaron tres conceptos: la armonía de las proporciones, la ley
de frontalidad y la visión rectilínea. Estos fundamentos se
consideraban de origen divino.
El cuerpo humano debía estar
armónicamente proporcionado, ofreciendo un acorde perfecto entre sus
partes. Luego, decidieron que el puño del módulo regulador y
codificaron la longitud perfecta del individuo en 18 puños
distribuidos de la siguiente manera: 2 para el rostro, 10 desde los
hombros hasta la altura de las rodillas y los 6 restantes para las
piernas y los pies.
El segundo precepto inmutable de la
plástica egipcia fue la ley de frontalidad. Como bien podemos
obsevar en nuestra pintura los hombros y las caderas de las imágenes
representadas presentan una línea recta.
La tercera de las normas, llamada
visión rectilínea, afectó solo al relieve y a la pintura. Para los
egipcios, todas las figuras estaban compuestas a partir de cuatro
puntos de vista: uno frontal, otro dorsal y dos laterales. El
resultado fue un plano en el que se insertaba de frente, el ojo y el
tronco, y de perfil, la cabeza y las extremidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario