lunes, 20 de octubre de 2014

Colosos de Memnón.

     Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte egipcio y se trata de las estatuas sedentes de Amenofis III llamadas los Colosos de Memnón.


     Se trata de una escultura de bulto redondo en la cuál aparece el cuerpo sedente de Amenofis III, por lo que estamos hablando de una estatua.

     Dicha obra está realizada con arenisca. Para realizarla, existen dos técnicas principales: la talla, en este caso sobre piedra, y el moldeado sobre materiales blandos como la arcilla o la cera. Es una obra original, y son los únicos restos "in situ" que se poseen del templo funerario que Amenofis III construyó en honor a Amón-Re.

     Sobre su color apreciamos que la escultura probablemente estuvo policromada pero con el paso de los años este detalle ha desaparecido.

     Por la visión que tenemos de esta imagen y por el material con el cuál está compuesto podemos imaginar que poseerá un taco áspero.

     Podemos observar que la escultura está situada en un espacio abierto en la actualidad, pero anteriormente se encontró en un templo funerario, es decir, un espacio cerrado.
Apreciamos que es una obra de gran peso puesto que sus dimensiones también son bastante grandes.

     La escultura está diseñada para ser observada tanto de manera frontal como de perfil. También se creó con la intención de no ser contemplada básicamente por nadie debido al lugar en el que se encontraba situada, por lo cuál no tuvo intencionalidad ninguna de que los efectos de la luz formasen parte de ella.

     Aunque no se nos permite observar bien su rostro, podemos decir que se trata de una figura realista en cuyo cuerpo existe rigidez y naturalidad.

     Por su enorme dimensión deducimos que son estatuas creadas con un principio jerárquico, es decir, se representaban de tamaño según el poder que tuviera el rey. También se representabaan así con intención de avergonzar al resto de faraones.

A continuación, proporciono esta imagen para poder observar desde una perspectiva mas lejana y diferente dichas estatuas:



     Conocemos que los egipcios caracterizan su escultura y pintura por seguir en ella un canon de belleza ideal del cuerpo humano, sintetizando tres conceptos importantes: armonía de proporciones, ley de frontalidad y visión rectilínea.

     Para que el cuerpo estuviera perfectamente proporcionado la escultura debería tener 18 puños: 2 para el rostro, 10 desde hombros y rodillas y 6 para el resto de piernas y pie.

     La línea de hombros y cadera era representada de manera recta para seguir los pasos de la ley de frontalidad. Podemos nombrar la escultura de Hesiré y la Tríada de Mykerinos entre la diosa Hathor y en nomo de Kynópolis, entre muchas de ellas.

     El último de estos conceptos: la visión rectilínea, solo afecta al relieve y pintura. Las figuras estaban formadas por cuatro puntos de vista: uno frontal, uno dorsal y dos laterales. El resultado es en un plano de frente el ojo y el tronco, y en uno de perfil la cabeza y extremidades. Podemos nombrar la obra: Amenofis IV, su esposa Nefertiti y dos de sus hijas, ofreciendo flores de loto al dios Atón.

     Las figuras se hacen alargadas y naturalistas. Las esculturas y pinturas fueron creadas para decorar tumbas y templos. Se tendió al hieratismo en las figuras de dioses y faraones, es decir, a la demostración de vivacidad de escenas civiles.

     Se utiliza el granito, basalto, caliza y madera y se usa la policromía: carnaciones tostadas en hombres y amarillentas pálidas o rosadas para mujeres, utilizando siempre pelucas negras y vestimentas blancas.

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