martes, 25 de noviembre de 2014

Los propileos de la acropolis de Atenas.





Los propileos de la Acrópolis de Atenas no son solo el acceso a uno de los recintos sagrados más destacado de toda la antigüedad clásica sino que constituyen por si mismos uno de los mejores monumentos de todo el clasicismo. En ellos se reflejó la perfección del clasicismo y son uno de los mejores ejemplos de combinación entre la estética y la funcionalidad.

Los propileos eran la única manera de acceder en la antigua Grecia a la Acrópolis sagrada de Atenas. Según las fuentes clásicas los nuevos propileos se levantaron para sustituir una construcción anterior que fue destruida por el pueblo persa. Pericles, en una etapa de esplendor de la ciudad tras salir vencedor de las Guerras Médicas, decidió dotar a la ciudad de numerosos monumentos entre los que se encontraba una nueva entrada para el recinto sagrado.
Los anteriores propileos habían sido levantados por Pisistrato en el siglo IV pero en época de Pericles, la construcción estaba semiderruida y en vez de restaurar el antiguo acceso se optó por levantar uno nuevo en el mismo lugar. Fidias había sido el encargado de la restauración que el gobernante Pericles había llevado a cabo en Atenas, pero en esta ocasión el escultor y arquitecto delegó la obra de acceso a la necrópolis en otro arquitecto, Mnesicles.

De manera paralela a los accesos de la construcción se planeó levantar dos alas, la norte y la sur, que darían cobijo a la pinacoteca y a la biblioteca, sin embargo parece ser que el proyecto nunca llegó a realizarse completamente quizás debido al estallido de la Guerra del Peloponeso.


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