viernes, 5 de diciembre de 2014

Sala de los Reyes, Alhambra.

     Nos encontramos ante una obra arquitectónica, en concreto se trata de la Sala de los Reyes de la Alhambra, perteneciente al arte nazarí de al-Ándalus. Esta situada en Granada.



     Se trata de una sala que forma parte del Patio de los Leones. Posee muros sustentantes ya que sobre ellos recae el peso de la estructura superior. Posee pilares en función de soportes.  Dicha obra consta de arcos mocárabes en siete tramos: tres cuadrados y claros por estar abiertos al Patio de los Leones y cuatro rectangulares y oscuros por tener sus frentes cerrados con paredes.

     Posee una abundante decoración con zócalos de azulejería y artesonados de madera con dibujos geométricos, y paramentos de estucos repletos de inscripciones y atauriques. La obra cuenta con figuras humanas en las bóvedas y con el uso de flores naturalistas en los arcos que alavan el derecho a representar seres vivos en los palacios musulmanes.


     La Sala de los Reyes recibe este nombre por tener a diez dignatarios islámicos pintados en el techo, que se acostumbra a identificar con otros tantos sultanes granadinos de la dinastía nazarí. Tenía como función la de albergar fiestas y banquetes durante la época estival, ordenándola edificar el sultán Muhammad V en 1362, a la vuelta de su exilio por tierras de Marruecos y Sevilla. La inauguración debió de producirse en torno al año 1380.

     Los nazaríes iniciaron la construcción de una acrópolis sobre el cerro de la Sabika, que recibiría el nombre de Alhambra o "castillo rojo", por el color ferruginoso de la arcilla. Se distribuye en tres núcleos independientes: la alcazaba militar, los palacios reales y una ciudad autónoma, urbanizada con calles estrechas y serpenteantes. Muhammad levantó el circuito defensivo, situando la alcazaba con un patio de armas y su heredero Muhammad II dulcificó la arquitectura con la roturación del Generalife: una finca con un primoroso pabellón de recreo. Por su parte, Muhammad III incorpora la cultura del agua y la jardineria a la meseta de la Alhambra, ordenando construir el Partal.

El real esplendor llegó bajo el mandato de los sultanes Yusuf I y su hijo Muhammad V con los robustos exteriores, que enmascaran una fastuosa ornamentación interior. Yusuf I reconstruyó las puertas y las torres de la muralla. Entre los accesos destaca la Puerta de la Explanada y por lo que respecta a las torres, sobresale la de Comares, concebida como sede oficial del trono y salón de embajadores. Sus entrañas aparecen revestidas de materiales frágiiles y pobres como el barro, yeso y madera. En el artesón que cubre el techo de Comares aparecen representados los siete cielos del Paraíso musulmán presididos por el trono de Alá. Muhammad V ordena edificar el Cuarto de los Leones, un patio de crucero con una fuente de doce leones en el centro, que expulsan chorros de agua por sus fauces. Se reutiliza en la Alhambra con fines simbólicos. En los cuatros frentes del patio se abren: la Sala de los Mocárabes, la Sala de los Reyes, la Sala de los Abencerrajes y la Sala de las Dos Hermanas.

Muhammad V y su aliado el rey Don Pedro destruyeron la palza de Algeciras, y este acontecimiento fue celebrado con la edificación en la Alhambra de la Puerta del Vino y la fachada y el patio de los Arrayanes.

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