BUEN PASTOR. CATACUMBA DE CALIXTO.
Nos encontramos ante una obra pictórica de la época Pleocristiana (siglo III d.C.) Pintura del Buen Pastor, representado con pinceladas rápidas y vivaces. Cristo aparece como un pastor de ovejas, dentro de la tradición del Nuevo Testamento, que lleva a sus fieles (su rebaño) hacia el camino de la salvación de sus almas, mediante la puesta en práctica de sus enseñanzas espirituales.
El tema del buen pastor tiene, en este caso, una finalidad funeraria al aparecer en catacumbas paleocristianas. La técnica está poco desarrollada, es una pintura esquemática, que plantea problemas en la representación de la perspectiva y en la del volumen. En la catacumba de Priscila, el buen pastor es el centro de una composición, éste aparece rodeado por un círculo rojo, y enmarcado por cuatro lunetas, cada una de ellas, con la figura del pavo real y todo ello, a su vez, dentro de otro gran círculo (el círculo simboliza lo eterno y lo divino). La figura de Cristo como guía de los creyentes, es recurrente en la iconografía paleocristiana como puede observarse en las catacumbas de Gala Placidia, en Rávena, las de Domitilia y en la cripta Lucine.
El buen pastor de aspecto romano con pelo rizado es la primera imagen de Cristo, su símbolo y su iconografía, debido a que los pintores de las catacumbas tuvieron que inventar su iconografía ya que no existía ningún retrato suyo y los evangelistas habían omitido en todos sus escritos la descripción física del Mesías.
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