Nos encontramos ante una obra arquitectónica, se trata del alminar de la antigua mezquita de Sevilla conocido con el nombre popular de la Giralda por la estatua giratoria de la Fe que corona el campanario cristiano construido en el siglo XVI. Nos encontramos por lo tanto ante una obra arquitectónica fruto de la fusión de dos estilos diferentes, la torre de época almohade (siglo XI), y el campanario, obra renacentista del siglo XVI.
Se trata, junto al patio, de los únicos restos que perviven de la antigua mezquita pues ésta fue demolida en el siglo XV para la construcción de la catedral gótica, decidiéndose no obstante respetar estos elementos. Realizada en ladrillo, la torre tiene planta cuadrangular existiendo un segundo cuerpo, hoy día desaparecido, más reducido que se remataba con una cúpula y tres manzanas doradas de tamaño decreciente. La torre se ve recorrida en cada uno de sus caras por ventanas y cuatro balcones con arcos geminados, alternando los arcos de herradura de tradición califal con arcos mixtilíneos, todos ellos a su vez enmarcados por arcos mixtilíneos. La decoración es muy austera, algo propio del estilo almohade en comparación con otras épocas del arte hispanomusulmán, como el califal cordobés anterior o el nazarí posterior. Esta decoración queda reducida a dos parejas de paños de sebka o red de rombos, creados con ladrillos, que recorren la torre en su sentido ascendente. En el remate del cuerpo superior, se repite este elemento decorativo que descansa sobre arcos ciegos mixtilíneos. El segundo cuerpo, hoy día desaparecido, se repetía el motivo decorativo del paño de sebka.
El alminar de la mezquita sevillana, la torre desde la que el almuédano llamaba a la oración a los fieles, es el mejor ejemplo del período almohade en Al Andalus. Los almohades, pueblo procedente del norte de África de origen bereber, destacaron por su integrismo religioso que se tradujo en un arte sobrio de decoración aunque no por ello exento de gran belleza. Sevilla se convirtió en la capital del reino almohade y por ello en 1172 se procedió a construir una nueva mezquita mayor que sustituía a la antigua. En 1184 se inició la construcción del alminar bajo la dirección del arquitecto Ahmad Ben Baso rematándose la obra con las bolas doradas en 1195. La giralda repite el modelo decorativo y constructivo de los alminares de Marraquech ,de la mezquita de Kutubia y la torre Hasan de Rabat, Debiendo ser consideradas todas obras construidas dentro de un mismo entorno religioso cultural y artístico.
Tras la conquista de Sevilla por Fernando III en 1248 la mezquita se convirtió en templo cristiano. En 1356 un terremoto provocó la caída de las manzanas doradas que remataban la torre, por lo que se procedió a la construcción de un pequeño campanario. La construcción de la nueva catedral en el siglo XV supuso la destrucción de gran parte de la mezquita si bien el cabildo decidió conservar la torre para que sirviera de campanario así como el patio. En el siglo XVI el arquitecto Hernán Ruiz III recibió el encargo de crear un cuerpo de campanas rematado por una estatua-veleta que representara la Fe logrando el aspecto con el que nos ha llegado a la actualidad.
La obra que comentamos no sólo se trata del antiguo alminar de la mezquita de Sevilla sino una de las construcciones más hermosas del arte hispanomusulmán y el edificio más reprsentativo de la capital andaluza así como uno de los edificios más famosos de España. Cabe destacar la armonía de los dos elementos, torre y campanario, pertenecientes a estilos tan distantes en el tiempo, el almohade y el renacentista, dándole al conjunto un aspecto unitario e inconfundible.
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