jueves, 11 de febrero de 2016

Le Beau Dieu 1230.



Nos encontramos ante una obra escultórica del arte gótico, para ser más exactos, estamos frente a Le Beau Dieu (el bello Dios), erigido en el año 1230 y situado en el parteluz de la portada occidental de la Catedral de Amiens, en Francia.

El Beau Dieu es un Cristo humanizado, y que el historiador Pijoán alabó como la "representación más excelsa de un gentil hombre del norte de Francia, culto y civilizado". Aunque el Beau Dieu suplantara al Pantocrátor, tienen detalles en común bastante apreciables: la biblia en la mano izquierda y la mano derecha bendiciendo.

Se trata de un relieve alto, de carácter plástico. El material utilizado para realizar la escultura es la piedra, que como hay que recordar, crea un aspecto compacto de solidez y permite una vida más duradera a la obra. El tema es claramente religioso.

Portal del Juicio Final, Catedral de Amiens


El gran portal central o del Juicio Final tiene a sus lados otros dos portales más pequeños: el de la Virgen, a la derecha del espectador, y el de San Fermín, a la izquierda.

El tímpano por encima de la puerta principal está decorado con una representación del Juicio Final, cuando, según la tradición cristiana, los muertos resucitarán y serán juzgados por Cristo. Este tímpano está dividido en tres registros. En el nivel inferior, los resucitados salen de sus tumbas al sonido de las trompetas. El arcángel San Miguel y su balanza se encuentran en medio de ellos para hacer el pesaje de las ánimas. En la parte inferior de la escena, un demonio intenta provocar un engaño haciendo que la balanza se incline a su favor. En el registro intermedio, los condenados están separados de los escogidos y desnudos, son arrastrados por los demonios y dirigidos a la boca del monstruo, el Leviatan. En el registro superior, se encuentra Cristo en su trono, con las manos levantadas y el torso desnudo mostrando sus heridas. Está rodeado por la Virgen María y San Juan, que arrodillados interceden por la salvación de las almas; también hay ángeles que portan los símbolos de la Pasión.

La representación del infierno y el cielo está en las dovelas de las arquivoltas inferiores al tímpano. En el cielo, primero se ven las almas reunidas al lado de Abraham. Después se dirigen hacia una ciudad que representa la Jerusalén celestial. La representación del infierno, como se muestra, es muy similar a la de Notre-Dame de París. Se ven jinetes desnudos sobre caballos, evocando el Apocalipsis.

En el centro del pórtico central, sobre el parteluz, se encuentra una escultura de Cristo Salvador, El Bello Dios de Amiens, una magnífica representación de Cristo. La figura de Jesús aparece bendiciendo con la mano derecha y con la izquierda sostiene los Evangelios, pisando una serpiente. Bajo su figura, al pie del pilar, la imagen del rey Salomón. En ambos lados de la doble puerta se hallan las grandes estatuas de los doce apóstoles y los cuatro profetas mayores. De izquierda a derecha sucesivamente: los profetas Daniel y Ezequiel, seguidos por Simón o Judas, Felipe, Mateo, Tomás, Jaime el Menor y Pablo. En la siguiente secuencia: Pedro, Andrés, Jaime el Mayor, Juan, Simón o Judas, Bartolomé, y los profetas Isaías y Jeremías. En su base, se puede ver una serie de medallones lobulados que representan los vicios y las virtudes. Lateralmente en la parte derecha de la puerta, entre la puerta del Juicio y la de la Madre de Dios, hay otra serie de medallones con otras escenas, entre ellas, Jonás saliendo del cuerpo de la ballena


Parte lateral izquierda
                                     

Parte lateral derecha

Papel de la escultura gótica

La portada gótica sigue cumpliendo la misma función caterquética y docente que ejerció durante el Románico. Las diferencias hay que buscarlas en la supremacía de la escultura sobre los elementos arquitectónicos que configuran el portal, en la masiva presencia de imágenes, en la novedad iconográfica de los temas y en su composición naturalista.

Otra innovación que enmascara la estructura arquitectónica son las arquivoltas esculpidas. Paralelamente, comienza a desplegarse un exuberante ornato florar, en el que las ramas, los tallos del rosal y los sarmientos de la vid cubren de vegetación los perfiles tectónicos.

La invasión de imágenes se explica por la necesidad narrativa, por el apuntamiento ojival del tímpano, que ofrece un mayor espacio representativo, y por hacer concordar el número de portadas con las naves transversales y longitudinales del templo.

La piedad popular rinde culto en las portadas a los santos protectores, a los mártires milagreros y a los patronos de las ciudades, aunque la principal fuente de inspiración iconográfica es el Nuevo Testamento. Se representan los doce apóstoles y los cuatro Evangelistas. El Maiestas Domini, es suplantado por el Beau Dieu, un Cristo Humanizado, lleno de bondad.

La mayoría de las catedrales francesas, alemanas y españolas están consagradas a Santa María. Notre-Dame de París le dedica cuatro puertas, desarrollando un ciclo mariano en el que tienen cobijo desde la Presentación de la Virgen niña en el templo hasta su gloriosa Asunción y Coronación. Sus frecuentes milagros y apariciones durante el siglo XIII la habían aproximado tanto a los hombres, que la Virgen Dorada de Amiens y la Virgen Blanca de Toledo, aparece como una doncella coqueta que sotiene al Niño en sus brazos y gira la cabeza sonriente.

La composición de estas imágenes marianas, levemente arqueadas y animadas de viveza, inauguraba el naturalismo gótico, quebrando para siempre el hieratismo de la ley de frontalidad románica.

Dentro del templo, encontramos el retablo que decora la capilla principal. Se concibe como una portada interior, confeccionada en madera policromada. La principal causa de este desarrollo era la necesidad de embellecer el altar mayor. El programa iconográfico que reciben los retablos puede ser pictórico o escultórico, y la disposición que adoptan las tablas y los relieves es la de casillero.

Cataluña optó por los retablos pintados, y durante la segunda mitad del siglo XIV el taller barcelonés de los hermanos Serra surtió de obras a toda la región.

Castilla prefirió los retablos escultóricos flamencos. A lo largo del siglo XV, Bruselas, Malinas y Amberes se convierten en centros de exportación de retablos, inaugurando en Europa un gran comercio artístico a gran escala. Paralelamente, se afincan en las ciudades castellanas retablistas nórdicos con el objetivo de hacer fortuna. 

Por último, aquí os dejo un vídeo muy breve donde se explican las características y motivos de la escultura gótica.



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