Finalizada la construcción del templo, Fidias y su taller se ocuparon de
la decoración escultórica, que incluía un friso en bajorrelieve de unos
ciento sesenta metros de longitud, dos frontones decorados con figuras
exentas y noventa y dos metopas en altorrelieve.
ANÁLISIS FORMAL:. Como
el relieve tiene alrededor de 5 cm de fondo y resulta más bien plano,
los inconvenientes derivados de la ubicación se paliaron y
contrarrestaron de la única manera posible, que consistió en no dar a
los bloques de mármol forma rectangular y plana, sino ligeramente
inclinada hacia fuera por la cara anterior, para
que al relieve le llegara la luz de abajo. Provisto de numerosos
accesorios de metal, perdidos en la actualidad, usaba el color para
definir algunos objetos no esculpidos.
En la organización del trabajo
del friso se constata cierta anarquía fruto de los variados autores y
que parece oponerse a la idea de proyecto general unificado. Lo que hace
pensar en una cohesión lograda a base de indicaciones orales, de
esfuerzo común y de criterios comunes. Ello provoca diferencias
estilísticas que deben ser atribuidas a la participación de numerosos
escultores y, además, al hecho de que unos bloques fueron esculpidos a
pie de obra y otros tras haber sido colocados en su sitio. El análisis
exhaustivo permite saber que primero se esculpieron los lados cortos,
este y oeste, cuyos bloques tuvieron los escultores a mano; luego se
montaron los bloques de los lados norte y sur y, una vez asegurados en
el muro, se inició la labra.
Fidias consiguió crear una escuela de escultores que definió el estilo clásico ateniense. Este se aprecia perfectamente en esta obra, en lo que se conoce como "estilo Partenón".
La disposición de las figuras en actitudes diversas y en ocasiones
contrapuestas rompen la posible monotonía del desfile, usando escenas
cotidianas y anecdóticas (un joven atándose la sandalia, caballos
encabritados, etc) sin recurrir nunca a los gestos muy marcados o
excesivos y manteniéndose en el marco de la "serenidad clásica".
Finalmente se caracteriza ese estilo por su maravillosa plasticidad, por
la destreza y fluidez del modelado, que obtiene del mármol resultados
similares a los de un material blando. De ahí la apariencia real de la
anatomía, la gracia espontánea de los peinados y, sobre todo, la
contextura de los paños, airosos y naturales en la caída como
copos de algodón que muestran el perfecto dominio de la "técnica de los
paños mojados" (resaltar la anatomía del cuerpo debajo de la
vestimenta). El otro elemento destacado es la magnífica gradación del
relieve que permite crear la sensación de profundidad en un marco tan
pequeño (5 cm.).
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO: Lejos de representar la idea de sometimiento al rey, es decir, de
despotismo oriental, se exalta el significado de la democracia ática con
la participación de ciudadanos libres. Y es que el programa escultórico
del Partenón estaba cohesionado por un objetivo claro: proclamar la
gloria de Atenas (y por tanto sus ciudadanos) y de Atenea, su divinidad
protectora.El friso de las Panateneas era sólo una parte del conjunto
iconográfico del templo. En los frontones, la parte más alta dedicada a
la escultura, se representaba a los dioses; más abajo, en las metopas,
a los héroes; y en el friso, zona todavía más cercana al suelo, los
primeros se reunían con los humanos. El friso representa la procesión de
las Grandes Panateneas, celebración en honor de la diosa Atenea, que
se realizaba cada cuatro años y que culminaba con la entrega, por parte
de las doncellas del peplo -una rica túnica tejida por ellas mismas- a
la imagen primitiva de la divinidad.
Los fragmentos originales de las esculturas del Partenón se hayan
diseminados por numerosos museos – Británico, Louvre, Acrópolis desde
que Lord Elgin decidió comprarlos al entonces gobierno turco, dueño de
Atenas, y conservarlos para que no se perdieran. Finalmente los vendió
al British Museum y hoy en día son reclamados por el gobierno griego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario