lunes, 15 de diciembre de 2014

Madinat al-Zahra 





Madinat al-Zahra es una ciudad islámica de 112 ha de superficie. Fue mandada construir por el primer califa de al-Andalus, Abd al-Rahman III en el año 936 ó 940, como regalo a su esposa favorita, Azahara. Como residencia personal y sede del gobierno, la zona palaciega albergaba las viviendas de los dignatarios más importantes y el conjunto de los órganos administrativos del Estado, que fueron trasladados desde Córdoba. Durante los reinados de Abd al-Rahman III y al-Hakam II, la ciudad se convirtió en la capital de al-Andalus y por sus salones desfilaron los embajadores procedentes de los países mediterráneos y de la actual Centroeuropa.
Se dispone la ciudad en tres terrazas rodeadas por una muralla, de las cuales el Alcazar se situaba en las dos más altas y el resto de estancias, viviendas y la mezquita, en la inferior. Abd al-Rahman no escatimó en materiales para lograr el efecto buscado: la insignia del poderoso reino que gobernaba. Ricos mármoles violáceos y rojos, oro y piedras preciosas, además del cuidado trabajo artesanal de los mejores canteros y las legendarias contribuciones bizatinas.
Parte del alcázar tenía carácter público y era donde se sucedían las visitas oficiales. En la parte más alta se sitúa el Salón Alto, dispuesto en cinco naves con arcadas. Más abajo se encuentra el Salón Rico. La estancia se divide en tres naves con arcos de mármol rojo y azulado, siendo las laterales ciegas y abierta la central. La decoración de ataurique (motivos vegetales labrados) y la riqueza e los materiales han configurado el nombre del engalanado recinto, completado con baños y abierto al Jardín Alto, de gran hermosura. Se desarrolla este jardín en cuatro zonas, quedando el punto de intersección ocupado por un pabellón y cuatro albercas. Una de éstas, la enfrentada al Salón Rico ha pasado a la leyenda por cobijar en su interior mercurio y bañar el grandioso recinto con destellos de mil colores.
Otras de las estancias que destacan son: la mezquita Aljama, orientada hacia La Meca. Consta de un patio porticado en tres de sus lados y una sala de oración de cinco naves longitudinales separadas por arquerías perpendiculares al muro de quibla.
El patio de los pilares, se trata de uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes del palacio. No se conoce con precisión cuál fue la función y el uso al que estuvo destinado este conjunto, aunque su posición central en el sector privado del palacio, próximo a las residencias califales, parece indicar un carácter residencial. Se organiza en torno a un gran patio rodeado de pilares cuadrados. 
Salón de Abd al-Rahman III, identificado con uno de los grandes salones de recepción existentes en la ciudad, el llamado Salón Oriental, este edificio fue el marco arquitectónico destinado a la celebración de recepciones políticas por parte del califa.

El recinto sufrió grandes destrozos a través de las sucesivas guerras que asolaron Al-Andalus a principios del siglo XI, transformando en ruinas Madinat al-Zahra. El esfuerzo por crear una ciudad ideal tan sólo duró setenta años, efímera vida para la que fuera "la favorita" del primer califa.

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