lunes, 15 de diciembre de 2014

Santa Sofía

Nos encontramos ante una obra arquitectónica de Arte Bizantino. En ella podemos ver una cúpula gigantesca, dentro de lo que parece ser una iglesia. Se trata de la iglesia de Santa Sofía (532-537) en Constantinopla (actual Estambul), Turquía.

Es un edificio de planta centralizada cuyos muros cumplen una función sustentante. Está Construida sobre mármol, ladrillo y tejas porosas de la isla de Paros. Tiene cuatro pilares que sustentan el peso de la cúpula. Utiliza un sistema abovedado con una cúpula enorme en el centro y dos semicúpulas en los lados. Tiene gran cantidad de vanos pero, en referencia al tamaño de la estructura, quedan muy reducidos por lo que genera oscuridad. Toda la basílica estaba policromada y, aún, conserva muchos restos de policromía.
 
Vemos que hay gran cantidad de elementos decorativos como los mosaicos y las serigrafías árabes que tienen una función propagandística.

El edificio tiene unas dimensiones colosales y en su espacio interior podemos encontrar varios elementos. Se trata de un espacio unitario, cerrado y completamente simétrico. Dentro del edificio destaca en sobremanera esa gran cúpula nervada y las dos semicúpulas que la sostienen en los lados. El edificio estaba destinado para actos religiosos, como podemos apreciar en alguno de los mosaicos que aún se conservan. En este caso hay muchas aperturas de vanos, pero al ser una basílica tan sumamente grande necesita de tantos para iluminar el interior. Este espacio se relaciona con el exterior en cuanto a su enormidad y su simetría.

En el arte de Bizancio pueden apreciarse varias influencias: el arte romano, el helenismo griego y la Persia Sasánida. En la arquitectura bizantina se distinguen varios elementos arquitectónicos característicos:

En la tipología de los templos, según la planta, abundan los de planta centralizada, sin duda concordante con la importancia que se concede a la cúpula central, pero no son inferiores en número las iglesias de planta basilical y las cruciformes con los tramos iguales (planta de cruz griega). En casi todos los casos es frecuente que los templos, además del cuerpo de la nave principal, posean un atrio o narthex, de origen paleocristiano, y el presbiterio precedido de iconostasio, llamada así porque sobre este cerramiento calado se colocaban los iconos pintados. 

Uno de los grandes avances de la composición espacial bizantina consistió en cubrir mediante una cúpula semiesférica (o de media naranja) un espacio de planta cuadrada, consiguiendo así la posibilidad de articular una sucesión de cubiertas con cúpulas. Para ello se intercalan entre los apoyos y la cubierta cuatro triángulos



 curvos llamados pechinas; estas pechinas parten de los vértices de cuadrado y se unen en la parte superior formando un anillo sobre el que descansa la cúpula, facilitando el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Geométricamente, las pechinas, se pueden definir como fragmentos triangulares de una esfera de diámetro igual a la diagonal del cuadrado de la planta y que pasa por los cuatro vértices de éste.

La iglesia de Santa Sofía es una de las obras cumbre del arte bizantino. Su significado es Divina Sabiduría y está dedicada a la tercera persona de la Santísima Trinidad. Durante casi un siglo fue el centro espiritual del Imperio bizantino, escenario de los actos estatales importantes y marco de un esplendoroso ceremonial en el que se manifestaban el poder y la dignidad del imperio teocrático.

Fue construida entre los años 523 y 537 d. C, durante el mandato de Justiniano en Constantinopla, capital del Imperio Bizantino (hoy Estambul, Turquía), por los arquitectos y matemáticos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto.

La cúpula de Santa Sofía es de tal grandiosidad que sólo tiene su antecedente en el panteón de Agripa (Roma). Tiene un gran anillo de ventanas y está apoyada en cuatro pechinas, las cuales a su vez posan sobre cuatro pilares, que al estar en el exterior del edificio parece como si la cúpula se sostuviera en el aire.


En la parte exterior se extiende un gran atrio de cinco pórticos. Después del atrio hay dos nártex o vestíbulos que mediante nueve puertas nos comunican a la iglesia. Tiene una nave central y dos naves laterales, y un ábside interior semicircular. También tiene cuatro pináculos que son un añadido posterior de época musulmana.

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