miércoles, 4 de marzo de 2015

Palacio de Carlos V.

Nos encontramos ante una obra arquitectónica, perteneciente al arte renacentista y en concreto al renacimiento español.


Esta obra representa el concepto de purismo, es decir, la aplicación de la preceptiva clásica, despojándola de adornos, o dicha de otra manera, es el resultado de transplantar a España el severo diseño bramantesco.
Exteriormente, se distribuye también en dos pisos, almohadillándose a la rústica la planta baja.
Se trata de una obra con un esquema geométrico de planta central, inscribiendo un patio circular en un cuadrado. Posee una severa tipología que queda reforzada por una bóveda anular que presiona el primer piso, siendo este de orden dórico y la pesada barandilla que defiende el corredor jónico alto.


Está construido con piedra de Santa Pudia y mármol de Macael y posee unas dimensiones de 63 x 63 metros.

El 4 de junio de 1526, el emperador Carlos V llega a Granada y decide construir un alcázar en la Alhambra. La realización del proyecto y la dirección de las obras se confían al pintor y retablista toledano Pedro Machuca.

También cabe mencionar como monumento que representa la opción del purismo el Monasterio de San Lorenzo el Real, en El Escorial, considerado por sus contemporáneos como "la octava maravilla del mundo", recoge en su arquitectura la ideología religiosa, funcional y artística de Felipe II. Este edificio se concibe como una moderna reconstrucción del Templo de Jerusalén, cuya función debía ser servir a la vez de palacio, panteón y convento.

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