Nos
encontramos ante una obra pictórica, perteneciente al arte barroco,
concretamente con el lienzo de Baco, una de las obras más bellas del
pintor italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571 – 1610) más
conocido simplemente como Caravaggio. El artista barroco es
mundialmente conocido por su estilo naturalista y el tratamiento
lumínico del tenebrismo, unos aspectos que en esta ocasión no se
aprecian en este Baco ya que nos encontramos con una de sus primeras
obras importantes.
Se
encuentra realizada en óleo sobre lienzo. Algunos estudiosos datan
la obra en torno a 1596 mientras que otros se inclinan por retrasar
un par de años su datación, sobre 1598. Con todo, lo que sí parece
seguro es que Caravaggio realizaría la obra bajo el mecenazgo de uno
de sus bienhechores más importantes, el cardenal Francesco María
del Monte, quién coleccionó un buen número de obras realizadas por
el artista. El Cardenal del Monte encargaría este lienzo a
Caravaggio con motivo de los desposorios de Cosme II de Médicis.
El
artista italiano representa un dios joven y fornido que ataviado con
una túnica blanca nos ofrece una copa de vino para unirnos a su
celebración. La figura de Baco es de gran belleza y en ella se
resaltan los aspectos andróginos que hacen del dios una encarnación
de ambos géneros. Su cuerpo aparece cubierto por una fina túnica
blanca que nos deja ver la parte derecha de su torso y un musculado
brazo. La cabeza está coronada por hojas de parra y uvas que hacen
juego con el bodegón de frutas que aparece en la mesa dispuesta en
primer plano; en ella también se ve una espumeante jarra con vino de
la que el joven dios acaba de servir una copa para ofrecerla, con un
gesto poco mañoso de su mano izquierda, al espectador.
Precisamente
es esta incómoda postura del dios lo que ha suscitado la idea de que
Caravaggio pudiera estar representando una imagen proyectada en un
espejo. La encarnación rosada de las manos y el rostro de Baco nos
indican su ligera embriaguez que contrastan con el resto de su piel
blanquecina.
Pese
a todo el artista no sólo busca plasmar una temática mitológica
sino que la obra se presenta como un ejercicio de pericia y
perfección compositiva. Abriendo la senda que después seguirán
otros grandes artistas, Caravaggio plantea una unificación temática
en la que conjuga a la perfección el bodegón realista con la
pintura mitológica.
La
luz es aún manierista, ésta se disemina por toda la composición y
está alejada de la tendencia tenebrista que el artista desarrollará
en sus próximas obras. Así aunque este Baco es una de las primeras
obras del artista italiano ya se aprecian en él las maneras de un
gran genio; a la perfección técnica del lienzo debe unirse el
complicado estudio iconográfico y la multitud de matices que aún
los historiadores del arte siguen analizando. En este sentido cabe
destacar algunos detalles como el hecho de que la cesta de fruta del
primera plano esté repleta de frutas no comestibles o que en el
cristal de la copa de Baco aparezca representado el propio
Caravaggio.
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