domingo, 9 de marzo de 2014

LA VIRGEN BLANCA

 CONTEXTO

La Virgen Blanca, es una escultura de estilo gótico y de origen francés. Fue realizada en el siglo XIV y desde entonces está situada en el interior del coro de la catedral de Toledo. Se encuentra el «altar de prima», llamado así por ser donde se oficiaba la misa durante esa hora canónica, a la salida del sol. Sobre su altar la imagen conocida como «La Virgen Blanca», es una obra en alabastro blanco que presenta policromía dorada.
Puede identificarse con la blancura del material con el que se hizo.Es muy habitual identificarla con un milagro de la Virgen que se asocia con el color blanco: el que da origen a la advocación de Nuestra Señora de las Nieves, que se celebra el 5 de agosto (conmemorando una nevada insólita en Roma, que señaló el lugar donde se levantó la iglesia de Santa Maria Maggiore).
 Teológicamente, el blanco indica la pureza de la Virgen, que puede asociarse al concepto de virginidad o al de la Inmaculada Concepción. Entre los colores de las vestiduras de la virgen en las representaciones pictóricas suele utilizarse el blanco para la túnica, y el azul o el rojo para el manto. El lirio blanco es la flor que se utiliza como símbolo iconográfico de la Virgen, especialmente en la representación de la escena de la Anunciación. También tiene relación con la blancura la asociación simbólica de la Virgen con la luna o las estrellas o con la paloma.

DESCRIPCIÓN

 Destaca por mostrar una tierna y alegre imagen de maternidad. La madre de rostro oval, sostiene el hijo en su brazo derecho y lo está mirando con una sonrisa característica de las imágenes de este periodo del gótico; presenta un ligero contraposto con el peso del cuerpo sobre una pierna. Mientras, el niño acaricia con la mano izquierda la barbilla de su madre y con la derecha sostiene un fruto redondo que suple al antiguo atributo del globo terráqueo de las imágenes románicas. Está pintado con oro la corona, el pelo y las franjas de los vestidos; los rostros se dejaron en color natural, que el tiempo ha dejado una pátina en color más oscuro que el blanco del material con que estaba hecha. Su conservación ha permanecido perfecta sin repintes ni rupturas, seguramente debido a la protección que le ha supuesto la costumbre de vestir las imágenes, pues así estuvo, con ropajes hasta entrado el siglo XX. Parece que esta imagen fue donada a la catedral por Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz, alcalde de Toledo y notario mayor del reino de Castilla. 
Nos encontramos ante una de la esculturas más hermosas del gótico europeo que muestra los cambios en la sensibilidad religiosa y artística producidos en la Europa bajomedieval (siglos XIII-XV) así como el avance en el naturalismo que se mostrará imparable hasta culminar en el estilo renacentista.




 

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