martes, 10 de febrero de 2015

Descendimiento de Cristo y Quinta Angustia de María.

Nos encontramos ante una obra pictórica, perteneciente al arte gótico y elaborada por Roger van der Weyden.



     Como observamos en la imagen, nos encontramos con la presencia de Cristo y María, acompañados entre otros por San Juan, Nicodemos y María Magdalena.

María muestra la desolación y el desmayo que sufre durante el descendimiento de Cristo, al no poder controlar sus emociones. Tanto en su cuerpo como en el de Cristo, nos encontramos con cuerpos lánguidos y simétricos. También podemos observar la perfecta proporción existente entre el cuerpo y el brazo tanto de Cristo como de María.

El tratamiento del rostro doloroso de María y otros personajes que la acompañan, cuyas lágrimas aparecen representadas también en su rostro y el detallismo de los ojos enrojecidos que acompañan al llanto:


 

Podemos destacar también detalles como el tratamiento de la herida abierta de Cristo, y la aparición de matorrales y una calavera junto a restos de huesos, que simbolizan que tras la muerte viene la vida ultraterrena:


No cabe duda de que a Roger van der Weyden no se le olvida ningún detalle, y en el rostro de Cristo también podemos observar la lenta caída de la sangre por su frente, debido al daño que le ocasiona la corona de espinas. También el tratamiento de las arrugas en la frente, incluso la representación del vello en la barba y la boca a medio abrir:



Este autor pertenece al grupo de los primitivos flamencos, caracterizados por introducir por primera vez la pintura al óleo. A parte de nuestro autor, destacan también los hermanos Van Eyck y El Bosco.

Estos primeros reflejan el realismo que reclamaba la burguesía, y se resumían en la observación concreta del hombre y de la naturaleza, la invitación de palpar los objetos cotidianos, etc. Entre sus obras destacan el Políptico del Cordero Místico, Virgen en una Iglesia, el matrimonio Arnolfini, La Virgen del canciller Rolin y La Virgen del canónigo van der Paele.

El Bosco sin embargo utiliza una técnica miniaturista y un lenguaje simbólico, inspirado en los refranes y canciones populares, que a los ojos actuales parece enigmático, pero que en su época era fácil de interpretar. En sus obras destaca una visión pesimista de la existencia humana, donde la salvación sólo es posible mediante el control de las pasiones. Destaca el Jardín de las delicias: se trata de dos trípticos que resumen la filosofía moralizante del Bosco. A la izquierda se trata de la representación del paraíso, a la derecha el infierno y en el centro los pecados capitales. En la parte superior se encuentra representada la fuente de los cuatro ríos, en el centro la cabalgata del deseo, que representa el apetito sexual y la lujuria, y por último en la parte inferior se representan las actitudes eróticas.



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