sábado, 7 de noviembre de 2015

Adriano



Nos encontramos frente a una escultura exenta de bulto redondo romana, concretamente ante el busto de Adriano. Esta escultura procede de Itálica y, según García Bellido, es un retrato póstumo a su fallecimiento, en el año 138, realizado en tiempos de sus sucesores Antonino Pío o Marco Aurelio.
Está hecho con mármol, se sabe que mide 81 cm y, que se encuentra en el Museo Arqueológico de Sevilla.
Como podemos ver en la imagen anterior, Adriano, el emperador viajero y enamorado de las costumbres griegas, luce la barba en su rostro, se dice que este se dejó la barba para cubrir las cicatrices que le afeaban la cara. Esto de dejarse las barbas en hombres se puso de moda, y se mantuvo en vigor dos siglos.
También podemos observar sobre su coraza la cabeza de la Medusa Gorgona, que la llevaba ahí para que lo protegiese.
En esta obra vemos un claroscuro entre la tesura de la piel y la cabellera crespada del personaje. En este relieve, aunque ya debido al desgaste de su policromía inicial, se hizo una incisión de la pupila y el iris sustituyendo al globo ocular liso.
Aunque no conociésemos esta obra, podemos saber rápidamente que es Adriano debido a que es un retrato de medio cuerpo que representa hasta los pectorales y parte de los brazos, que era lo habitual en Adriano.
El retrato es la labor escultórica en la que se representa a un personaje, la mejor obra escultórica que representa al ciudadano romano. Los orígenes de este género artístico se remontan a la época republicana. Tiene normalmente, vinculación religiosa y con la muerte. En el caso de la obra que estamos tratando, nos encontramos una Imagines Maiorum se trata de la efigie de un difunto. Esto se vincula con la tradición de los griegos en el periodo helenístico.
Polibio describe en los año centrales del II a.C. que las familias patricias para conservar la imagen de sus difuntos le hacían mascarillas de cera, que se obtenía directamente del cadáver poco después de morir.  Estas mascarillas las van a hacer escultores griegos, en escrupulosa veracidad. También, narra el culto que se le daba a esta colección de antepasados en el ámbito doméstico y en los entierros de sus miembros mas cualificados.

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