sábado, 23 de enero de 2016

La catedral de Santiago de Compostela.

Nos encontramos ante una obra arquitectónica, perteneciente al arte románico, concretamente con la catedral de Santiago de Compostela, situada en La Coruña, España.

Estamos ante una iglesia de peregrinación que surge de a raíz de una tradición antiquísima la cuál proclamaba que Santiago el Mayor vino a predicar el Evangelio a España; luego regresó a Palestina, donde fue martirizado. Sus discípulos embarcaron entonces su cuerpo y lo trasladaron por mar a Galicia, pero la tumba fue abandonada y, con el paso del tiempo, su memoria se perdió. La leyenda agrega que un prodigio invitó a localizar los restos del Santo: comenzaron a verse por la noche 'luces ardientes' sobre el sepulcro.
El campus stellae (campo de estrellas), como se denominó el paraje milagrosamente iluminado, la ciudad de Compostela en honor del Apóstol. 
Francia inauguró la peregrinación abriendo en su territorio el Camino de Santiago. Los peregrinos partían todos los años de cuatro localidades: Tours, Vézelay, Le Puy y Arlés.
El trayecto de cada etapa era de unos 30 kilómetros diarios, la duración del itinerario oscilaba entre uno y dos meses. La dirección aparecía marcada en la Vía Láctea y bastaba con seguir las estrellas.

Cinco eran estas iglesias de peregrinación: San Martín de Tours, San Marcial de Limoges, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Tolosa y Santiago de Compostela. Las cuatro francesas presidían cada uno de los itinerarios que podían elegirse para emprender el camino a Galicia. 



La Catedral de Santiago de Compostela se inició en 1075 bajo el obispo Diego Peláez y la dirección arquitectónica de los maestros franceses Bernardo el Viejo y Roberto. Las obras se interrumpieron. Hubo que esperar a 1100 para que el Maestro Esteban reemprendiera los trabajos. A partir de esta fecha, el ritmo laboral se sigue con relativa precisión: se consagró el presbiterio. Se abrieron las puertas de Platerías y Azabachería. El siguiente paso fue levantar las naves.

Sus características arquitectónicas han sido resumidas: grandeza de dimensiones, con el propósito de acoger al mayor número de fieles que se concentraba en las grandes solemnidades, y perfecta circulación de entrada y salida en el templo, que se hacía por las naves laterales. De este modo el peregrino podía orar ante los altares-relicario de la girola, y presentir los restos del santo que había originado la construcción del santuario, custodiados en una cripta bajo el presbiterio.




El interior de la catedral se divides en tres naves. La central posee un ancho de 10 metros y alcanza una altura de 22, cubriéndose con bóveda de cañón. Las naves laterales, de menor altura y unos 5 metros de anchura lo hacen con bóvedas de aristas. Sobre dichas naves laterales se alzan tribunas que asoman a la nave central mediante arcos geminados. Sus vanos exteriores proporcionan iluminación a la parte superior de la nave central, lo que contrasta con la mayor penumbra de la zona inferior.

Las bóvedas se sostienen mediantes pilares compuestos que presentan columnas adosadas, organizadas de forma tal que la columna que mira hacia la nave central se eleva a lo largo de toda la altura de la misma, hasta alcanzar el inicio del arco fajón correspondiente. El transepto se organiza también en tres naves en cuyos extremos se abren sendas portadas al exterior. Por otra parte, en uno de sus lados mayores este transepto presenta cuatro absidiolos, dispuestos dos a cada lado de la cabecera. Sobre el crucero se alza un cimborrio. En toda este enorme transepto se alzan también tribunas sobre las naves laterales.

La cabecera de la catedral es de amplias dimensiones y dispone de una girola con cinco capillas radiales en los absidiolos. De ellas, la central presenta al interior forma absidada, mientras que al exterior se cierra con testero plano.
Todo el espacio interior del templo está organizado de manera que los fieles (tras concluir aquí su peregrinación hasta la tumba del apóstol Santiago) pudiesen acceder a la catedral por la portada de los pies y recorrerla hasta llegar a la girola, en cuyo espacio central se encuentra el sepulcro del citado apóstol. Todo este camino interior del edificio permite que puedan desarrollarse sin interferencias las ceremonias religiosas.



El Maestro Mateo amplió la longitud de los pies y dotó a la fachada principal del Pórtico de la Gloria, en cuyo parteluz la imagen del Apóstol saludaba a los peregrinos con la frase evangélica en un pergamino: 'Dios me envió'.

Santiago de Compostela es uno de los mejores ejemplos de iglesia de peregrinación que se construyen durante el Románico. Esta obra resume perfectamente las ideas de este estilo que nació en Francia y se difundió por Europa a través de los caminos de peregrinación, cruzadas y monasterios. Un estilo al servicio de la religión, los privilegiados y el Feudalismo.
Santiago simboliza la importancia de la ciudad y de la sede obispal en la que se encuentra situado el sepulcro de uno de los doce apóstoles. En este sentido, la propia planta de la iglesia es imagen de la cruz de Cristo que murió para la salvación del mundo. 
Pero, por otro lado, la construcción simboliza el poder que van adquiriendo los reinos cristianos del Norte frente al mundo musulmán, Al-Andalus, que domina la mayor parte de la Península. 
Además,  esta catedral presenta influencias del arte romano, como el arco de medio punto, la bóveda de cañón y los sillares de piedra, y del arte paleocristiano, como es la planta basilical, de cruz latina.

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