Título: Grupo del Laoconte y sus hijos. Museos Vaticanos. Roma
Género: Escultura. Bulto redondo. Grupo.
Estilo: Arte Griego.Autor: (otras obras): Polidoro, Agesandro y Atenodoro; no se conocen otras obras de estos autores, ya que lo nornal en el helenismo son las escuelas y no los autores individuales.
Cronología: Es una obra del período helenístico (S.IV- I. a.C.); En concreto, esta copia del Museo Vaticano es del Siglo I a.C., copia de un original probablemente de los siglos III o IV a.C.
Otras obras: no de los autores, pero sí de las misma escuela son: Victoria de Samotracia o Grupo del Toro Farnesio.
ANÁLISIS
– Tipología: La obra que comentamos es una escultura de bulto redondo, en concreto un grupo escultórico.
– Material: Está hecha en mármol, pero se trata de una copia romana; el original era de bronce.
– Volumen: la obra es de gran volumen, que es subrayado por el movimiento y la tensión de la escena. El grupo presenta una concepción bidimensional, está concebido para ser visto de frente, y no para que el espectador de la vuelta en torno a él. Tiene unas dimensiones de 2,45 m. de altura.
– Técnica: Por la técnica de esta obra, podemos decir que la escultura griega ha alcanzado el grado de barroquismo, como se puede apreciar en la tensión y dramatismo de los rostros cuerpos y el movimiento y la inestabilidad de todo el grupo.
El personaje central, Laooconte, de mayor tamaño, destaca por su estudio anatómico y del rostro. Tiene postura semisedente, que parece apoyarse en el asiento, del que cuelgan unos rígidos ropajes. Tiene la pierna derecha doblada y la izquierda retrasada, acentuando la idea de tensión.
La composición más que piramidal, se puede considerar triangular. Las figuras laterales, los hijos de Laoconte se abren en forma de ángulos rompiendo la verticalidad. Por lo tanto, nos encontramos ante un gran desequilibrio compositivo. El movimiento forzado y la tensión del conjunto se acentúan por la disposición de las serpientes que, con sus anillos de formas sinuosas con curvas y contracurvas a la vez cierran y abren el conjunto. El cuerpo desnudo de Laoconte es un perfecto estudio anatómico, se trata de la anatomía de un atleta ya maduro, casi decadente, pero con una musculatura hiperdesarrollada (muy propio del helenismo), que contrasta con los cuerpos menos expresivos y más clásicos de sus dos hijos.
Las calidades táctiles están estudiadas con gran virtuosismo técnico: piel, cabellos, los escasos vestidos. Podemos apreciar las rugosidades y texturas de la piel, los rizos con abundante labor de trépano en barbas (presenta profundas incisiones para dar efecto de gran relieve de claroscuro), los cabellos que acentúan los efectos de luz y sombra y el acanalamiento rígido de los paños. Los rostros y gestos son tremendamente expresivos, reflejan miedo y dolor, pero lo gestual y emotivo no sólo están en los rostros, sino en los cuerpos en movimiento, en el dinamismo de la composición, en el ritmo marcado por brazos, piernas y serpientes: Lo dramático, el “Pathos” se ha impuesto definitivamente.
COMENTARIO
– Tema o asunto representado: El tema representado aquí es mitológico: el sacerdote troyano Laoconte (figura central y de mayor tamaño), es castigado por los dioses a morir junto a sus hijos por dos tremendas serpientes marinas.
– Explicación simbólica: Esta obra expresa como ninguna del mundo antiguo la cólera de los dioses y los castigos crueles que éstos pueden poner a los pobres mortales. Simboliza el enfrentamiento entre las fuerzas poderosas de lo incomprensible y la impotencia humana. En este caso, el sacerdote troyano de Apolo, es castigado por exhortar a sus compatriotas a no aceptar el Caballo de Troya como regalo de los griegos; los dioses al ver frustrados sus planes de destruir Troya, enviaron dos gigantescas serpientes de mar para que se apoderaran del sacerdote y de sus dos desafortunados hijos y los estrujaran entre sus anillos. En el rostro de Laoconte se puede apreciar el dolor, no sólo físico, sino el moral al verse impotente y no poder hacer nada por sus hijos inocentes.
– Funcionalidad: Esta obra tiene una clara funcionalidad propagandística: en el mundo helenístico las obras se hacían por encargo de personajes poderosos: monarcas o sátrapas, generales, etc. También tiene una funcionalidad religiosa: ver los castigos que se podían recibir cuando los mortales desobedecían o enojaban a los dioses.
La obra pertenece al Arte Griego (S. VIII-I a.C.), y más concretamente al período helenístico (323-S.I a.C.), que se caracteriza por la pérdida del equilibrio formal y psicológico, así como la atenuación del idealismo clásico y tendencia a representar lo naturalista y el realismo extremo, aunque éste resulte desagradable o deficiente (niños, ancianos, agonizantes...), se prefiere lo feo a la belleza formal, triunfa lo anecdótico, lo recargado, lo expresivo; se alcanza la perfección en el movimiento, con escorzos, composiciones en diagonal, desequilibrio en los cuerpos, dramatismo y tensión en los rostros. Se pierde parte de la independencia e individualismo de los artistas, al concentrarse estos en talleres o escuelas.
Pertenece a la Escuela de Rodas; esta escuela, junto con la de Pérgamo, se diferencia de la de Atenas, más clásica, y la de Alejandría, más cotidiana y alegórica por el movimiento exagerado, el sentido expresivo hasta lo agónico, complicación formal y dinámica; dramatismo y patetismo, la acentuación del sufrimiento y el dolor, el gusto por lo recargado y lo barroco. Otras obras de esta misma escuela son la Victoria de Samotracia, el grupo del Toro Farnesio o el desaparecido Coloso de Rodas.
Esta obra tendrá una gran trascendencia en la historia del arte. Se ocultó en Roma y se descubrió en el siglo XVI, causando un gran impacto. Miguel Ángel quedaría impresionado e influirá en su obra, así como en el Manierismo. También El Greco se sentiría atraído e influiría en su pintura. Incluso la iglesia adoptó el rostro del Laoconte como prototipo del mártir cristiano por la expresión del dolor.
http://www.arteiconografia.com/2010/09/laocoonte-y-sus-hijos.html
http://artetorreherberos.blogspot.com.es/2010/10/comentario-del-grupo-del-laoconte.html