Este lienzo formaba parte de la serie encargada a Rubens por la
reina madre de Francia, María de Medicis, para
decorar el salón principal del Palacio del Luxemburgo en París. Con esa serie se
pretendía exaltar y glorificar la vida y la regencia de la soberana.El matrimonio de Enrique IV de Francia y María de
Medicis formaba parte de los habituales enlaces de Estado, en los que los
contrayentes no se conocían. María era hija del gran duque de Toscana y tenía 25
años mientras que Enrique, divorciado sin hijos de Margarita de Valois, esperaba
una unión fecunda y más lucrativa que la anterior. Sería la riqueza de la dote y
no la belleza de la joven lo que animó al monarca francés a contraer
matrimonio.Esta escena es la cuarta del ciclo y en ella Rubens imagina un primer
encuentro entre los futuros esposos a través del arte. Enrique IV recibe el
retrato de su prometida de manos de Himeneo -dios del matrimonio, en la
izquierda- y Cupido -dios del amor, en la derecha-. Galia, la personificación de
Francia, ataviada con un casco emplumado y un vestido adornado con flores de
lis, aconseja adecuadamente al monarca mientras que en la zona superior de la
composición se halla la pareja olímpica, Júpiter y Juno, acompañados cada uno
por sus símbolos: el águila con los rayos del dios y el carro y los pavos reales
de la diosa. La presencia de los dioses es una referencia a los "alter ego"
divinos de Enrique y María, simbolizando la armonía conyugal.Las figuras se
ubican ante un fondo de paisaje en el que observamos una columna de humo como
referencia a la reciente guerra de Saboya, hecho por el que el monarca aparece
con armadura y portando el cetro y la banda de general. Con su casco y escudo
juegan dos amorcillos a sus pies. El objetivo del matrimonio será convertir a un
monarca belicoso en un rey amante de la paz, lo que provocará la prosperidad y
el desarrollo de las artes en el reino, en la línea que se aprecia en las
escenas de la Regencia. La política defendida
por la propia María estaría vinculada con esta filosofía que defendía la paz y
potenciaba la diplomacia por vía matrimonial. No en balde, este ciclo estuvo
finalizado con motivo del enlace de la princesa Enriqueta María con el futuro Carlos I de Inglaterra. La Educación de María de Medicis y el Triunfo de María de Medicis en Juliers también
forman parte de la serie.
Este lienzo formaba parte de la serie encargada a Rubens por la
reina madre de Francia, María de Medicis, para
decorar el salón principal del Palacio del Luxemburgo en París. Con esa serie se
pretendía exaltar y glorificar la vida y la regencia de la soberana.El matrimonio de Enrique IV de Francia y María de
Medicis formaba parte de los habituales enlaces de Estado, en los que los
contrayentes no se conocían. María era hija del gran duque de Toscana y tenía 25
años mientras que Enrique, divorciado sin hijos de Margarita de Valois, esperaba
una unión fecunda y más lucrativa que la anterior. Sería la riqueza de la dote y
no la belleza de la joven lo que animó al monarca francés a contraer
matrimonio.Esta escena es la cuarta del ciclo y en ella Rubens imagina un primer
encuentro entre los futuros esposos a través del arte. Enrique IV recibe el
retrato de su prometida de manos de Himeneo -dios del matrimonio, en la
izquierda- y Cupido -dios del amor, en la derecha-. Galia, la personificación de
Francia, ataviada con un casco emplumado y un vestido adornado con flores de
lis, aconseja adecuadamente al monarca mientras que en la zona superior de la
composición se halla la pareja olímpica, Júpiter y Juno, acompañados cada uno
por sus símbolos: el águila con los rayos del dios y el carro y los pavos reales
de la diosa. La presencia de los dioses es una referencia a los "alter ego"
divinos de Enrique y María, simbolizando la armonía conyugal.Las figuras se
ubican ante un fondo de paisaje en el que observamos una columna de humo como
referencia a la reciente guerra de Saboya, hecho por el que el monarca aparece
con armadura y portando el cetro y la banda de general. Con su casco y escudo
juegan dos amorcillos a sus pies. El objetivo del matrimonio será convertir a un
monarca belicoso en un rey amante de la paz, lo que provocará la prosperidad y
el desarrollo de las artes en el reino, en la línea que se aprecia en las
escenas de la Regencia. La política defendida
por la propia María estaría vinculada con esta filosofía que defendía la paz y
potenciaba la diplomacia por vía matrimonial. No en balde, este ciclo estuvo
finalizado con motivo del enlace de la princesa Enriqueta María con el futuro Carlos I de Inglaterra. La Educación de María de Medicis y el Triunfo de María de Medicis en Juliers también
forman parte de la serie.
Este lienzo formaba parte de la serie encargada a Rubens por la
reina madre de Francia, María de Medicis, para
decorar el salón principal del Palacio del Luxemburgo en París. Con esa serie se
pretendía exaltar y glorificar la vida y la regencia de la soberana.El matrimonio de Enrique IV de Francia y María de
Medicis formaba parte de los habituales enlaces de Estado, en los que los
contrayentes no se conocían. María era hija del gran duque de Toscana y tenía 25
años mientras que Enrique, divorciado sin hijos de Margarita de Valois, esperaba
una unión fecunda y más lucrativa que la anterior. Sería la riqueza de la dote y
no la belleza de la joven lo que animó al monarca francés a contraer
matrimonio.Esta escena es la cuarta del ciclo y en ella Rubens imagina un primer
encuentro entre los futuros esposos a través del arte. Enrique IV recibe el
retrato de su prometida de manos de Himeneo -dios del matrimonio, en la
izquierda- y Cupido -dios del amor, en la derecha-. Galia, la personificación de
Francia, ataviada con un casco emplumado y un vestido adornado con flores de
lis, aconseja adecuadamente al monarca mientras que en la zona superior de la
composición se halla la pareja olímpica, Júpiter y Juno, acompañados cada uno
por sus símbolos: el águila con los rayos del dios y el carro y los pavos reales
de la diosa. La presencia de los dioses es una referencia a los "alter ego"
divinos de Enrique y María, simbolizando la armonía conyugal.Las figuras se
ubican ante un fondo de paisaje en el que observamos una columna de humo como
referencia a la reciente guerra de Saboya, hecho por el que el monarca aparece
con armadura y portando el cetro y la banda de general. Con su casco y escudo
juegan dos amorcillos a sus pies. El objetivo del matrimonio será convertir a un
monarca belicoso en un rey amante de la paz, lo que provocará la prosperidad y
el desarrollo de las artes en el reino, en la línea que se aprecia en las
escenas de la Regencia. La política defendida
por la propia María estaría vinculada con esta filosofía que defendía la paz y
potenciaba la diplomacia por vía matrimonial. No en balde, este ciclo estuvo
finalizado con motivo del enlace de la princesa Enriqueta María con el futuro Carlos I de Inglaterra. La Educación de María de Medicis y el Triunfo de María de Medicis en Juliers también
forman parte de la serie.
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