martes, 3 de noviembre de 2015

El Doríforo de Policleto (440 a.C.)



Nos encontramos frente a una escultura griega, individual y exenta, de bulto redondo, concretamente, el Doríforo (portador de lanza) de Pericles, el cual sabemos que fue hecho en el 440 a.C.  En sus principios fue de bronce, hoy día tenemos una copia en mármol. Al principio de su creación era polícroma. En la actualidad se encuentra en el Museo Arqueológico de Nápoles.


El Doríforo representa una figura masculina, joven, desnuda, de pie. Su tamaño es superior al natural 2,12 m., aunque quiere destacar el parecido con la realidad, abandonando el colosalismo que aparecía en las esculturas del período arcaico. La figura está en actitud de marcha, la cabeza aparece ladeada hacia la derecha y el rostro dotado de serenidad, con mirada lejana y distante. Representa un joven atleta desnudo, aunque  lo más probable es que se trate de una dedicación victoriosa. Desconocemos su finalidad. Aunque esta obra esté considerada como clásica tiene algunos rasgos de arcaísmo ya que, se trata de una escultura tallada con cierta rudeza.


 El Doríforo fue encontrado en el s. XVI en la villa Aldobrandini de Frascati, el original pudo venir a Roma como botín de guerra. El restaurador tuvo mucho trabajo, le faltaba el antebrazo izquierdo, el brazo derecho, pedazos en ambos muslos, dedos del pie derecho, etc. Gracias a un camafeo en el que aparecía su reproducción se comprobó que la restauración estaba bien hecha.


En esta obra se reproduce la realidad idealizada, el  más claro ejemplo lo vemos en la forma de los testículos del personaje, pues uno está más descolgado que otro. Pero no solo nos encontramos con esto, sino que esta escultura se basa en la armonía de las proporciones, en el principio de la diartrosis y la postura de contraposto. El Doríforo dota a la escultura de tridimensionalidad.


En el momento que se esculpió esta escultura, siglo V, la armonía de las proporciones fue de siete cabezas, es decir, el cuerpo debía estar proporcionado con el tamaño de la propia cabeza siete veces.


El principio de la diartrosis lo vemos en la desnudez del cuerpo, que permite ver con claridad la línea inglinal, la línea pectoral y la línea abdominal.



Por último, la postura de contraposto, la vemos en el posición de las caderas del Doríforo, este tiene el peso apoyado sobre una cadera y la otra la tiene relajada a la vez que refleja movimiento con la doblez de su rodilla. También, podemos percibir movimiento con la posición de su cabeza y la de su brazo.

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