Nos encontramos ante una obra escultórica, perteneciente al arte griego, concretamente con el friso de las Panateneas del templo griego más importante, el Partenón, situado en Atenas, Grecia.
Este friso fue esculpido en los años 442-438 bajo la dirección de Fidias, ya que decidió encapsular un friso jónico para narrar el ceremonial que seguían los atenienses durante las grandes fiestas estivales de la Panateneas. Todos los años, el 28 de julio, la ciudad subía en procesión a la Acrópolis para celebrar la hecatombe de ganado que se ofrecía a Atenea, distribuyéndose luego la carne entre los atenienses, que la consumían en un alegre banquete. Estas Panateneas Menores se intercalaban con las Mayores, que tenían lugar una vez cada cuatro años. Entonces, las doncellas entregaban a los sacerdotes una prenda que habían tejido para que revistiesen a la diosa. Ambas conmemoraciones aparecen reflejadas en el friso. Jinetes, carros, músicos y los victimarios con los animales de las ofrendas.
El friso de las Panateneas consiste en un bajorrelieve realizado en mármol pentélico y es la mejor parte conservada de la decoración escultórica del Partenón. Se encuentra sobre
la pronaos hexástila a modo de friso jónico y recorre la parte
superior del lado externo del muro que delimita la naos del templo.
El
friso oeste se encuentra aún en su ubicación original en el
Partenón, mientras que los otros tres lados están repartidos en
diferentes museos: en el Museo de la Acrópolis de Atenas, en el
Museo Británico de Londres y en el Museo del Louvre de París.
De
los 160 metros, se han perdido 32 metros. Esta parte la conocemos
gracias a los dibujos hizo el artista francés Jacques Carrey en 1674
y que se conservan en la Biblioteca Nacional de París. Estos dibujos
fueron realizados trece años antes del bombardeo veneciano que
provocó la desaparición de parte del friso.
Sin
duda, el friso fue realizado por diferentes escultores. La
variación en las crines de los caballos ha sido objeto de estudio
por parte de diferentes expertos para intentar distinguir las
diferentes personalidades artísticas de los escultores que
trabajaron en el friso. Fue policromado pero no se conserva
color alguno. El fondo seguramente fue azul como el fondo de las
estelas funerarias. Es posible que las figuras se completaran con
diferentes objetos. Los agujeros que se han encontrado en las cabezas
de Apolo y Hera nos indican que estos dioses podían portar coronas
de bronce dorado.
El
friso del Partenón representa la cumbre de la escultura clásica del
siglo V. Una innovación importante del estilo es el uso de los
drapeados como una expresión de movimiento o para sugerir la
anatomía humana de la figura. Otra de las características más
destacadas es el tratamiento del relieve, realizado intencionadamente
aplanado para poder disponer diferentes figuras en un relieve de tan
sólo 5,6 cm en los lugares de máxima profundidad.
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