EL ÉXTASIS DE
SANTA TERESA.
Situada en la
capilla Cornaro de Santa María della Vittoria en Roma, Bernini realiza una
representación de carácter religioso de Santa Teresa en trance mientras espera
ser atravesada por una flecha a manos de un ángel.
En dicha
escultura se caracteriza el más puro estilo del barroco, utilizando Bernini un
juego entre los materiales como el mármol, bronce, etc. con los que representa
en mármol las figuras exentas de la santa y del ángel, mostrando una
composición abierta y centrípeta así como un gran dominio técnico de dicho
material, al precisar de forma muy detallada los pliegues de los ropajes, al
igual que la expresión de los rostros en los que resalta las pasiones y
sentimientos dándole cierto sentido de dramatismo, así como trabaja de igual
forma la superficie rugosa de la nube donde se encuentra Santa Teresa lo cual
le da la sensación de estar flotando en el aire a la vez que crea una sensación
de movimiento y un conseguido juego con los claroscuros; todo esto dentro de un
marco arquitectónico cerrado por columnas de orden Corintio que se compone de
un fuste hecho en bronce, con basa y capitel de mármol, sosteniendo sobre si un
frontón partido en cuyo tímpano se representan las figuras de 3 ángeles. En la
parte posterior de la estructura hay abierto un Transparente que deja pasar luz
natural del exterior, haciendo parecer que la escena está siendo iluminada por
la luz divina de Dios, acentuando aún más esa característica con la colocación
de unos relucientes paneles hechos en bronce con la forma de rayos de luz que
caen sobre la escena con lo que se consigue, junto con las sombras que crea
dicha luminosidad, un ambiente rodeado de misterio.
Por otro lado
destaca la impresión de teatralidad con la que dota Bernini a la obra, ya que
representa en los laterales de la imagen principal, pinturas al fresco donde
aparecen personajes dirigiendo sus miradas hacia la composición de Santa Teresa
y el ángel viendo lo que ocurre en el interior del cuadro arquitectónico.
La figura
escultórica del Éxtasis de Santa Teresa puede compararse con el San Longinos
del mismo autor, ya que en ambas obras son muy parecidas en cuanto a la
elaboración del ropaje. En las dos obras parece que la figura cobra vida al
estar mecidos sus ropajes por el viento y jugar con las luces y sombras, así
como se puede acentuar la profundidad del cabello que, elaborados con labor de
trépano, también consiguen cierta sensación de movimiento. Por otro lado se
asemejan en la composición centrípeta con líneas diagonales que apuntan cada
una hacia un punto distinto hacia fuera del cuerpo de la obra. Por último la
postura y la expresión de los rostros son muy parecidas ya que la escultura
barroca, y sobre todo la escultura de Bernini, se caracteriza por recoger en
sus obras un momento de máxima tensión, sin tener la sensación de que la figura
está posando mientras que espera a ser realizada la escultura, como ocurre en
autores anteriores como Donatello, en el Renacimiento.
Desde el
punto de vista arquitectónico, aquí se reflejan elementos y características
propias de la arquitectura de Bernini, ya que se asemeja al Baldaquino de San
Pedro por el Transparente situado en la pared, y por el uso de los tonos
dorados, al utilizar el Bronce para sus obras, así como el Frontón partido se
puede comparar con el de San Carlo alle Quattro Fontane, donde también es muy
característico la forma de dicho elemento, que ya se venía viendo desde el
renacimiento con Miguel Ángel, y que se seguirá utilizando en todo el barroco.