domingo, 31 de agosto de 2014

CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA.




Catedral de Santiago de Compostela, arte Románico S. XII.
            La Catedral de Santiago de Compostela comenzó a construirse en el año 1075 por iniciativa del obispo Diego Peláez, pero no acabará hasta el S. XII (1128). Participaron en la construcción el Maestro Esteban, Bernardo “el Viejo”, el Maestro Bernardo “el Joven” y el Maestro Mateo, autor del Pórtico de la Gloria.
            El proceso de construcción de la Catedral de Santiago de Compostela se encuentra recogido en el Códice Calixtinu y en La Crónica Compostelana.
            El material utilizado para la construcción de esta catedral es la piedra y su planta responde al modelo de iglesia de peregrinación.
            Presenta planta de cruz latina, con los brazos del crucero muy desarrollados, cabecera con deambulatorio y pequeñas capillas absidiales, permitiendo la celebración de los ritos cristianos a la vez que los peregrinos visitan las reliquias. A sus pies un nártex, donde se sitúa el Pórtico de la Gloria. Este pórtico se coloca entre dos torres, salvando un desnivel en altura de la Catedral y la Plaza del Obradoiro. Bajo él, la cripta de la catedral Vieja, hoy museo.
            El interior del templo se divide en tres naves siendo la central más alta y ancha que las dos laterales. La nave central mide diez metros de ancho y alcanza una altura de veintidós metros, mientras que las laterales presentan menor altura y cinco metros de anchura.
            La nave central se cubre con una bóveda de cañón con arcos fajones y las laterales con bóvedas de aristas. Sobre las naves laterales se levantan tribunas, que permiten el alivio de la carga de la bóveda central, al mismo tiempo que aumentan la altura y sirven para alojar a los peregrinos temporalmente.
             La mayor altura de la nave central permite colocar el botafumeiro. La única luz que entra en la catedral lo hace a través de vanos exteriores, por lo que no posee mucha iluminación, algo característico de las construcciones románicas.
            La bóveda principal se sustenta sobre pilares compuestos, es decir, pilares cuadrangulares con columnas adosadas en el interior de los arcos de medio punto peraltados (para elevar en altura la nave) y doblados, y columnas corridas que se unen con el arco fajón de la bóveda de cañón.
            El segundo cuerpo es la tribuna, que asoma a la nave central mediante arcos de medio punto geminados.
            El transepto se divide en tres naves también, y en sus extremos se abren portadas al exterior, de entre las que destaca la Puerta de las Platerías y la Puerta de las Azabacherías. Sobre el transepto se alzan también tribunas, y el crucero se cubre mediante un cimborrio.
            La cabecera de la catedral es de amplias dimensiones y dispone de un deambulatorio con cinco capillas absidiales, la catedral presenta al interior forma absidiada, mientras que al exterior se cierra con testero plano.
            La catedral se concibe pensando en que es el fin del Camino de Santiago, y el peregrino visitará la tumba del apóstol Santiago, por lo que se accederá por los pies de la misma hasta la cabecera sin pasar por la nave central y sin interrumpirla liturgia y las distintas ceremonias religiosas.
            La catedral de Santiago de Compostela fue construida tras haber sido derruida una iglesia anterior.
            El hallazgo de la tumba del apóstol Santiago, enterrado en Galicia según la tradición, permitió que Alfonso II el Casto construyera un primer templo hacia el año 834 (S. IX).
            Este templo, de reducidas dimensiones, fue sustituido más tarde por otros de estilo prerrománico, y finalmente por la actual Catedral de Santiago de Compostela.
            Las iglesias de peregrinación, como lo es la Catedral de Santiago de Compostela, se caracterizan por tener grandes dimensiones para albergar la gran cantidad de peregrinos que las visitaban.
            Esta gran afluencia de peregrinos es debida a que en la época de las iglesias de peregrinación y por tanto, en la época románica, siglos XI, XII y en algunos países XIII se dan tres grandes acontecimientos: el terror del año mil, el feudalismo y las peregrinaciones.

            Los siglos del románico estaban repletos de hambre, epidemias, invasiones de los normandos, húngaros y musulmanes y el deterioro de la Iglesias. Esto fue lo que causó la afluencia de peregrinos a visitar reliquias religiosas.

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